MUNDIAL DE CATAR

India y Bangladesh: La otra albiceleste en Catar

La selección argentina ha sumado miles de aficionados asiáticos a sus 38.000 desplazados desde Sudamérica.

Samir, aficionado indio, apoyando a la selección argentina. /Diego Campoy
Samir, aficionado indio, apoyando a la selección argentina. Diego Campoy
Diego Campoy

Diego Campoy

Son las 10 de la mañana en Doha. Es el tramo más caluroso del día. Las calles de la recién construida y deshabitada zona de Lusail están repletas de fans saudíes y argentinos que animan a sus selecciones en su primer partido del Mundial. Hay mayoría albiceleste. La embajada argentina en Catar estimó 38.000 desplazados. Con lo que no contaban era con la impresionante cantidad de aficionados asiáticos que apoyan a los chicos de Lionel Scaloni.

La mayoría de la gente que reside en Doha nació fuera de Catar. India, Pakistán, Sri Lanka, Nepal y Bangladesh, entre otros países, pueblan las calles de una ciudad que respira fútbol hasta el 19 de diciembre. Casi ninguno de los inmigrante asiáticos tiene la posibilidad de animar a su selección en esta Copa del Mundo porque sus combinados no se han clasificado. Pero tienen un favorito: Leo Messi.

"Me llamo Samir, soy de India y mi selección favorita es Argentina por culpa de Leo Messi", comenta un fan en las inmediaciones del Lusail Stadium. "He venido aquí para animar pero no tengo entrada para el partido".

Dos fans de Leo Messi en las inmediaciones del Lusail Stadium  Diego Campoy
Dos fans de Leo Messi en las inmediaciones del Lusail Stadium Diego Campoy

La pasión por el fútbol en Oriente Medio y el Sudeste Asiático ha aumentado en los últimos años. Pese al sol infernal que golpea Doha hasta el anochecer, muchos aficionados se han desplazado a los exteriores del estadio solo para impregnarse de los cánticos y la cultura sudamericana.

"Soy Joseph, vengo de Bangladesh. Voy con Argentina porque mi país no está clasificado", afirma otro hincha con la bandera albiceleste colgada del cuello. La polémica de los fake fans no afecta al equipo de Lionel Scaloni. Si alguien tuviera que comprar aficionados extra para animar a Leo Messi, la organización tendría que triplicar la capacidad en los estadios.