Llega la hora de la verdad: 'Twitch Enrique' ante Alemania
España puede desatar hoy el estado de euforia generalizada si elimina a la Mannschaft del Mundial de Catar.

"Me encuentro mejor gestionando problemas, soy así de gilipollas", avisaba Luis Enrique en la previa del España-Alemania. Debe estar 'sufriendo' el seleccionador en estos momentos, con casi todo el país subido a su patinete tras el idílico debut ante Costa Rica (7-0). Si hoy la Selección gana a la Mannschaft, hasta los más escépticos entonarán el 'himno-streamer' de Luis Padrique: "¡Vamos cuesta abajo y sin frenoooos!". Con seis huevos, los que se come algunos días el asturiano...
Con 52 años, el técnico ha mostrado la habilidad de mantener enganchados a los más jóvenes, tanto en la teoría (tercera plantilla más joven del Mundial de Catar) como en la práctica (único streamer-seleccionador). Han pasado 5.264 días desde aquel gol de Fernando Torres, en el Ernst Happel de Viena, el día que cambió la historia del fútbol español ante la selección germana. 14 años, cuatro meses y 29 días de una hazaña. La Generación Z (nacidos entre 1994 y 2010) ha crecido pensando que es normal que nuestra Selección pueda eliminar a Alemania, incluso hasta en el segundo partido de clasificación de un Mundial (aunque no sea de manera directa después del triunfo de Costa Rica ante Japón.). Lo de los tiempos de Clemente les suena a ciencia ficción.
Si Flick tuviera la sangre de Luis Enrique ("cuando más tratan de hundirme es cuando sale mi nervio"), la tetracampeona del mundo (2014, 1990, 1970 y 1954) sería un rival temible. Pero de momento no se recupera del terremoto contra Japón (1-2), aunque el epicentro viene de los tiempos de Löw: eliminados en primera fase en el Mundial de Rusia (2018) y en octavos de la Eurocopa de 2020. Su equipo inicial tiene un promedio de edad de 27,5 años, mientras que el de España 26,3.
Una imagen de @LUISENRIQUE21 y su patinete en la concentración de la @SEFutbol Foto @pablogsacristan #wolrdCup2022 pic.twitter.com/VIwD6aYrWR
— Pablo García (@pablogsacristan) November 19, 2022
Pero los españoles parecen más jóvenes y felices. Müller, con 33 años, y Rüdiger, con 29, aparentan 10 años más; sus jóvenes Musiala (19) y Moukoko (18) no tienen el peso de Pedri (20) y Gavi (18); y Flick echa demasiado de menos a su estrella, Leroy Sané (26), que arrastra un problema de rodilla, mientras que en España no emerge ningún indiscutible. Nos sonríen hasta las estadísticas frente a los germanos: no perdemos en un partido que no sea amistoso desde hace 34 años. Pinta todo demasiado bonito para ser verdad.
Con el entrenador español se perfilan pocos fijos (que se lo pregunten a Gayà). En sus 45 partidos al frente de la Selección, nunca repitió una alineación. Carvajal es la única novedad respecto al debut, que entra por Azpilicueta, y cabe la posibilidad de que un triunfo ante Alemania y el primer puesto del grupo nos metiese en el lado del cuadro más complicado, que nos emparejaría con Brasil en unos imaginables cuartos de final (si acaban como primeros del grupo G). Este último escenario da pánico a la generación Clemente (es decir, a Millennials, Generación X y anteriores), mientras que a la Generación Z les produce indiferencia y hasta irreverencia ("si somos los mejores, bueno y qué", postearán en el Twitch de Luis Padrique).
El país teutón se encuentra desenganchado de este Mundial (uno de los más críticos con el asunto de los derechos humanos en Catar). Tal vez no sea casualidad que sea la única selección de las 32 que duerma a 100km de Doha. Eso sí, en el estadio de Al Bayt habrá 7.000 alemanes con arbitraje del árbitro neerlandés Danny Makkelie. La Mannschaft sigue imponiendo respeto, aunque se presente como un gigante con pies de barro. Pero España se ha adaptado a los nuevos tiempos gracias a Luis Enrique, que ayer, en lugar de ver en directo el Argentina-México, estaba bromeando con la chavalada en Twitch: "¿Qué prefiero para dormir? ¿Slip o boxer? Prefiero tanga en realidad (risas). Es broma, como me escuche mi mujer...". Está consiguiendo lo que parecía improbable, que muchos españoles y españolas se metan en la cama fantaseando con La Roja campeona del mundo. Hoy ante Alemania, la hora de la verdad: despertar o seguir soñando.