Llegó la primera sorpresa: Argentina se hunde en el desierto

Lusail debutaba en este Mundial y se teñía de celeste y blanco. El 75% del estadio vestía de albiceleste, con mayoría de hinchas argentinos pero también con una gran cantidad de aficionados de países asiáticos como la India, que quiere que gane Messi. El primer tiempo se caracterizó por dos cosas: los goles anulados a Lautaro y los siete fueras de juego de Argentina, más que en toda la copa del mundo del año 2018. El complemento comenzó con drama: dos goles de Arabia Saudí ponían en jaque a la albiceleste. Scaloni movía el banquillo y daba ingreso a Enzo Fernández y Álvarez, pero la albiceleste nunca pudo encontrarse en el desierto de Doha. Scaloni no tiene tiempo para muchos inventos y el partido ante México será a vida o muerte.

El milagro del técnico francés no es nuevo. Capaz de ser campeona de África con Costa de Marfil y con Zambia, Hervé Renard tuvo más de un mes para juntarse con su equipo, prepararse físicamente y jugar amistosos para llegar de la mejor manera al Mundial. El plan del primer tiempo, jugando en 20 metros y tirando el fuera de juego, le salió bien. En la segunda parte, los goles de Al-Shehri y Al Dawsari le dieron mucha fuerza a sus jugadores para defender con uñas y dientes el resultado y quitarle el invicto histórico a la selección albiceleste.

Argentina puede jugar en Doha, en Abu Dhabi, en Londres, en Tokio o en Nueva Delhi que siempre va a tener hinchas y aficionados albiceleste en las gradas apoyando a los jugadores. Hay argentinos por todo el mundo, pero también hay muchos aficionados que quieren que gane la albiceleste a pesar de no haber nacido en el país sudamericano. Hasta en Brasil encontré locales que querían que gane Argentina, algo nunca visto. A pesar de la derrota, los argentinos estarán el sábado ante México alentando a los suyos.

Puede ser el último Mundial de Messi y eso nos entristece a todos los argentinos. Ahora que lo vemos suelto y con ganas de disfrutar, todo tiene pinta de que acabará tras Catar. O no. Pero cada imagen de él celebrando, de sus compañeros abrazándolo y de todo un país coreando su nombre, es una alegría. Que sea el primero de muchos en este Mundial a pesar de la derrota en el primer encuentro.

Mi amigo Pato ve muy bien el fútbol y también lo demuestra en Twitter. Argentina no se soltó, el primer partido de un Mundial siempre tiene ese problema, lo anímico y emotivo cuenta más que lo futbolístico. La entrada de Papu Gómez en el lugar del lesionado Lo Celso era para juntar pases y cansar al equipo de Renard, algo que la albiceleste no consiguió tanto como debía. Scaloni buscó la verticalidad cuando necesitaba horizontalidad y mover a Arabia Saudí, dejando de hacer muchas cosas de las que venía haciendo en otros encuentros previos a la Copa del Mundo.

No vimos al De Paul en 'modo selección', ese que se pone la camiseta de Argentina y juega, hacer jugar, se tira con todo y se libera. Vimos al jugador del Atlético de Madrid, al que duda, al que no se encuentra, al que se enoja con sus errores. Los de Scaloni necesitan al primero para el resto del torneo sobre la cancha. Fuera de ella es el 'cable a tierra' de Messi, pero se tiene que conectar también dentro.