GHANA 0 - URUGUAY 2

La locura de las celebraciones de Valverde continúa: ¡ahora con el árbitro!

Con 0-0, el uruguayo celebró el penalti fallado por Ghana delante del árbitro, agitando los brazos.

Valverde, decepcionado, tras caer eliminado./REUTERS
Valverde, decepcionado, tras caer eliminado. REUTERS
Sergio Gómez

Sergio Gómez

Fede Valverde cayó eliminado en el Mundial de Catar, pero contra Ghana volvió a dejar muestra de su carácter uruguayo, siempre con la vena hinchada. Uruguay se medía a los ghaneses en una finalísima donde para pasar a octavos debía ganar y que Corea del Sur no lo hiciera ante Portugal o vencer por dos goles más de lo que lo hicieran los surcoreanos. La tensión al inicio del encuentro era evidente en los rostros de los charrúas.

El reflejo de lo que se jugaba Uruguay volvió a ser Fede y otra de sus locas celebraciones. En el minuto 21, con 0-0 en el marcador, Daniel Siebert pitó un penalti a favor de Ghana. Ayew lo lanzó y Rochet lo paró. Fue entonces cuando el madridista, impulsado por la presión, el nerviosismo y la impotencia al considerar que no era pena máxima, comenzó a celebrar el despeje de su compañero en la cara del colegiado. Agitando los brazos como si hubiese sido un gol en la final de la Champions. Una celebración 'a la uruguaya'. A lo 'Fede'.

Recordó a otras muchas reacciones impulsivas y sanguíneas que ha tenido el uruguayo con la camiseta del Real Madrid. Como la que protagonizó en Mestalla, en diciembre de 2019, después de un gol de Benzema en los últimos minutos (con Courtois incluso en el área che) para rescatar un punto valiosísimo para el Madrid. Nada más marcar el francés, Valverde no fue a sumarse a la piña que envolvía a Karim. Se arrodilló en el césped y comenzó a golpearlo, con rabia, hasta cuatro veces. Con liberación.

Momento en el que Valverde celebra en la cara del árbitro

En septiembre de este año, contra el Leipzig, dejó otra celebración que entra en el terreno de sus patentes: grito a pleno pulmón y brazos agitando el aire. En un encuentro muy sufrido, el uruguayo consiguió tirar abajo el muro de los alemanes y abrir el marcador con un zurdazo certero. Celebró el tanto en la cara de Raum, con coraje. Después del choque, el madridista explicó su festejo: "Celebré el gol así para quitarme la rabia de un partido muy duro que nos estaba costando ganar y liberé tensión".

Contra el Atlético, en el derbi, optó por la relajación. Tras batir a Oblak (0-2) se sentó y adoptó una postura de meditación. Aquel día, el partido estaba encarrilado. Es cuando la soga aprieta el cuello cuando Fede se desahoga con una de sus locas celebraciones. Como la que representó después de que su portero parara el penalti a Ayew. Una jugada que anunciaba buenos augurios, aunque finalmente Uruguay se quedó en la orilla, llorando.