SELECCIÓN ESPAÑOLA

La Ley de Luis Enrique II: Un staff sin fisuras… y peligro para el que filtre

Llega al Mundial de Catar con su tercer staff, en el que delega el trabajo por líneas.

Luis Enrique, seleccionador de España /Montaje Relevo
Luis Enrique, seleccionador de España Montaje Relevo
Hugo Cerezo
Sergio Santos

Hugo Cerezo y Sergio Santos

Más allá de su versión de streamer, Luis Enrique tiene muy claras las leyes que deben regir la selección, mandatos claros en los que ha venido insistiendo en los últimos, que los convocados ya conocen al dedillo a las puertas del Mundial. Si este lunes contábamos la Ley I que aludía a la importancia del grupo, este martes, en el segundo capítulo, explicamos cómo entiende Lucho su staff, las charlas y cómo le sientan las filtraciones.

A Luis Enrique le gusta tener todo bajo control, pero también sabe delegar. Su staff es su otra familia, con los que más horas pasa en sus temporadas en la capital, viajando a algunos campos, sobre todo viendo y analizando partidos y jugadores. De su equipo inicial se cayó primero Robert Moreno y después Jesús Casas (hoy en Irak), salidas por la puerta de atrás a la que Lucho vio cosas que se desviaban sobre lo que él entiende que debe ser el trabajo de grupo.

 

Se mantienen a su lado desde hace muchos años tanto el psicólogo, Joaquín Valdés, con el que trabaja desde su etapa en el Barça B, como Rafel Pol, otra pieza veterana en su staff tras haber compartido experiencias en Roma, Celta, Barça y Selección. Pol empezó como preparador físico y asumió también el salto a mano derecha de Lucho tras la salida de Casas. Completan el staff Aitor Unzué, hijo de Juan Carlos, como analista, y Juanjo González como preparador de porteros, aunque también es analista.

Joaquín Valdés, Jesús Casas, Luis Enrique, Rafel Pol y Aitor Unzué.  ABC
Joaquín Valdés, Jesús Casas, Luis Enrique, Rafel Pol y Aitor Unzué. ABC

Tanta confianza tiene en ellos que Luis Enrique divide sesiones de vídeos por líneas y las deja en manos de Rafel, Aitor y Juanjo, que se ven con los jugadores por grupos para preparar movimientos y acciones concretas, tanto defensivas como ofensivas. Hay algún jugador que puntualmente puede estar en más de una charla, pero son ellos tres los que se suelen repartir estas sesiones de vídeo.

En los días de partido, lo habitual es que sea Rafel quien lleve la charla de la mañana, ya en grupo a todo el combinado, para ajustes y aspectos tácticos. A sus 35 años Pol ha evolucionado en su formación como para pasar de 'prepa' a asumir una carga de responsabilidad tan técnica. Y ya por la tarde es cuando Luis Enrique toma la palabra.

Porque es dos horas antes del encuentro cuando Luis Enrique da a conocer el once. Alineaciones que sorprenden habitualmente tanto a los que juegan como a los que no lo hacen. Porque ni en los entrenamientos deja ver muchas pistas, ni tampoco en la charla de la mañana. No es hasta ese instante cuando se suelta la bomba. Una bomba cuya deflagración debe estar contenida entre esas cuatro paredes. Porque el seleccionador tiene prohibido que se filtre antes de que sea oficial.

Luis Enrique el día de la lista de convocados.  EFE
Luis Enrique el día de la lista de convocados. EFE

En la Eurocopa fue muy claro en ese aspecto con los jugadores. Les demandó extremo cuidado con los mensajitos a la prensa una vez comunicara la alineación. Al menos mantener la incertidumbre del rival hasta que ya no quede más remedio con la oficialidad. Sin embargo… Cuentan internamente, sin revelar nombres, que en la Euro se filtró un once minutos antes de que fuera oficial. Y el asturiano para nada lo pasó por alto. Tomó nota. Y le puso remedio de puertas hacia dentro. 

Es una de las leyes de Luis Enrique, la de una confianza sin un centímetro de fisura en el equipo de trabajo y la de la discreción absoluta con aquello que pueda debilitar al grupo. No es nada nuevo respecto a sus experiencias previas en otros equipos ni tampoco en lo relativo a su relación con la prensa, a la que si pudiera, la tendría más lejos aún de lo que está.