Luka Modric se carga de motivos en Catar para renovar con el Madrid

Croacia llegaba al Mundial con cara de niño bueno, como sabiendo que después de la proeza de 2018 los deberes ya estaban hechos y Catar sería únicamente un parque de atracciones en el que pasar un buen rato. Sin expectativas se vive más tranquilo. A Croacia no le hacen falta porque les basta con el altísimo listón de Modric. El poder del centrocampista del Madrid reside en autoconvencerse de que la edad es sólo un número.

"Pasar el balón a Modric, Brozovic y Kovacic es más seguro que tener tu dinero en un banco", dijo Juranovic, una de las revelaciones de este Mundial. Como si trabajara en banca, Luka juega con el esmoquin puesto. Lidera a Croacia y sus números muestran que está a la cabeza en la estadística, tanto en términos ofensivos como defensivos. Está utilizando su fútbol como mensaje, diciéndole al madridismo que su renovación es más que necesaria.

Croacia es la quinta selección del torneo que más balón toca en la parcela central del terreno de juego. Modric, con el esférico en los pies, es el tercer centrocampista que más veces ha contactado con el último tercio de campo (40), tan solo por detrás de Rodri y Pedri. El dato muestra cómo Croacia le requiere en la zona de gestación. Pero también lo necesita a más altura: es el cuarto que más contacta por partido con los compañeros del área (por detrás de Messi, Dembélé y Di María). Además es el futbolista que más pases progresivos (hacia delante) entrega por encuentro (8.5).

Cuando toca defender, Modric no tiene miedo de mancharse el esmoquin. La estadística cuenta que es el segundo centrocampista del Mundial con más tackles e intercepciones del torneo. Entre ambos registros suma 20 en total y solo le supera Bellingham, ya eliminado del torneo.

Tchouaméni, Fede Valverde y Camavinga llevan la etiqueta de sucesores de un centro del campo histórico para el Real Madrid. Casemiro cambió el Bernabéu por Old Trafford, pero Kroos y Modric siguen vistiendo de blanco. Y con una jerarquía absolutamente intacta. Florentino aplazó las negociaciones por la última renovación de Luka hasta después de la eliminatoria de Champions contra el Chelsea. Modric, como hombre de club -ya lleva más de una década como jugador del Madrid- aceptó. Ya prolongó su vinculación la temporada pasada por un curso más y ahora espera prolongar su contrato por otro.

En un fútbol que en los Mundiales se parapeta en las áreas -defensas férreas y delanteros eficientes-, la Croacia de Dalic ha encontrado en su centro del campo el refugio contra el vértigo del escenario. "He dicho muchas veces que en Croacia tenemos los mejores centrocampistas del mundo", insistió el seleccionador tras eliminar a Brasil. "Una vez más, Luka lideró al equipo con un ritmo alto y marcó el penalti. Es increíble cómo juega. No se cansa, nunca desfallece. Es uno de los mejores jugadores del mundo", añadió el técnico.

La primera versión de Croacia en el torneo apenas dejaba margen para la esperanza. En el debut ante Marruecos, con quien podría cruzarse en la final, los balcánicos nacieron y murieron en Modric. Los de Dalic necesitaban el pie de Luka en salida de balón, pero también en el último tercio de campo para dar el último pase. Poco a poco, Croacia se ha ido autorregulando y Kovacic y Brozovic han ganado peso.

"El centro del campo es lo mejor de nuestro equipo, mantiene la posesión y para al rival. Podemos pasar el balón, controlar el partido y la posesión. Nuestros centrocampistas no se apresuraron, fue lo más importante ante Brasil", remarcó Dalic tras la proeza ante la canarinha. El mapa de pases del partido muestra cómo el peso recae en Brozovic, que se mueve al son de Luka, Modric y Kovacic, más liberado en el sector izquierdo.

"No hay margen para que descanse porque lo necesitamos cada segundo sobre el campo", reconoció el lateral croata Sosa. Y Dalic piensa parecido, porque tan solo ha sustituido a Modric ante Canadá en el 86' (y con 3-1 en el marcador) y en la prórroga contra Japón, en el minuto 99. Dicen que la victoria humaniza, pero Modric se resiste a corroborarlo. Jugar a este nivel, a su edad, no es natural. El Balón de Oro del último Mundial, inalterable al paso del tiempo, le pide a Florentino una temporada más.