El gol de Tchouaméni 'made in' Lisandro se cocinó en Valdebebas

La progresión de Aurélien Tchouaméni parece no tener límites. A sus 22 años, el centrocampista del Real Madrid abrió el marcador en el triunfo de Francia ante Inglaterra (1-2) y culminó otra actuación magistral en un escenario de altura. No solo por el tanto que anotó con un golpeo portentoso, sino porque volvió a competir como si un partido de este calibre le resultara ya rutinario. Se sabe todos los trucos y se ha erigido en el escudero perfecto de los Mbappé, Griezmann y compañía.

Tras el partido, el mediocentro desveló dónde se encuentra el origen de su gol: en los entrenamientos en Valdebebas. "Es, sin duda, el tanto más importante de mi carrera. Intenté un tiro similar contra Polonia en octavos, pero este me ha salido mejor. Es un tipo de acción que trabajo mucho en el día a día con el Real Madrid y hoy (por este sábado) ha dado resultado", señaló ante los medios.

La curioso de la diana estuvo en la celebración. Tras superar la estirada de Pickford, el pivote se llevó el dedo a la sien. Era su primer gol del curso y se acordó de uno sus grandes ídolos para festejarlo: Lisandro López. "De pequeño era aficionado del Girondins de Burdeos. Jugaba de delantero y hubo un futbolista que me marcó muchísimo: Lisandro López, del Olympique de Lyon. Tenía su camiseta, era realmente top", desveló Tchouaméni poco después de su debut con el combinado galo. Con el paso de los años retrocedió metros hasta convertirse en uno de los mejores mediocentros del planeta, pero mantiene muy presente la influencia del argentino.

Si Francia supera a Marruecos, su rival en la gran final de Lusail podría ser la Albiceleste. López jamás triunfó con su selección (solo jugó siete amistosos y ni siquiera llegó a disputar un Mundial o una Copa América), pero firmó una trayectoria más que notable en clubes como Oporto o Lyon antes de regresar a Sudamérica. A Francia, curiosamente, llegó como sustituto de otro de los ídolos de Tchouaméni: su compañero Karim Benzema.

El ex del Mónaco está cuajando una excelente Copa del Mundo. Es el sostén defensivo del equipo de Deschamps y permite que Griezmann flote por delante de la línea de balón con mucha facilidad. Después del encuentro ante los ingleses, el mediocentro no ocultó su felicidad por la victoria: "Hemos concedido dos penaltis, en el mío me he anticipado demasiado. Tendremos que mejorar algunas cosas y lo vamos a hacer de cara al próximo partido. Si Marruecos está en semis es porque son un gran equipo".

Cada una de sus actuaciones justifica los 80 millones de euros desembolsados por los blancos el pasado verano. Sus pases son limpios, encuentran siempre al receptor correcto y se está convirtiendo en un ganador de duelos casi insuperable cerca de su portería. Este miércoles, el combinado de Regragui será el último obstáculo para los galos antes de la final. Deschamps puede estar tranquilo: a Tchouaméni no le pesará el partido. Que vuelva a llevarse el dedo a la sien será una buena señal.