El vacío después de la meta
![Messi, en una foto del pasado Mundial de Catar./](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202212/20/media/cortadas/messi-cansado-RxOUKvnmiGmLP99PVCfZ2OI-1200x648@Relevo.jpg?w=569&h=320)
Relevo ha contactado con un profesional de la psicología deportiva como Rafael Mateos, miembro de 'Train Your Mind' e investigador en la Universidad Autónoma, para entender las consecuencias que tiene para los futbolistas haber acabado un Mundial, con todo lo que ello supone, y enfrentarse en cuestión de días a la rutina de sus competiciones. En su artículo, explica cómo prevenir y superar un síndrome que es tan común como impredecible.
¿Ha merecido la pena tanto esfuerzo? Se lo preguntó Andrés Iniesta después de ganar en 2009 el triplete con el Barcelona, cuando sintió una especie de vacío del que le costó mucho desprenderse. En su caso, esa sensación, unida a otras desafortunadas circunstancias, acabó derivando en un trastorno más grave. Pero muchos otros grandes deportistas, como recientemente el ciclista Jonas Vingegaard, el escalador cacereño Alberto Ginés o el tenista Dominic Thiem, también han declarado que, tras conseguir los éxitos más relevantes de su vida, aquellos con los que ya soñaban desde niños, y que sólo pudieron alcanzar a través de años de esfuerzos inimaginables, también se sintieron abatidos mentalmente. Sin las fuerzas suficientes para continuar con sus caminos.
¿Es cierto que siempre hay un bajón después de que pase un evento por el que llevábamos trabajando mucho tiempo? Antes de contestar a esta pregunta, debemos intentar definir qué es exactamente esta sensación de la que estamos hablando, lo cual no resulta sencillo, pues la literatura científica al respecto no es excesivamente amplia.
Recogiendo algunas declaraciones de deportistas que reconocen haber pasado por esta situación, podría ser un estado caracterizado por un agotamiento físico y psíquico producido tras un alto sacrificio por alcanzar un objetivo deseado durante mucho tiempo, unido a una incertidumbre sobre la propia capacidad para inmiscuirse de nuevo en la dura rutina que es imprescindible para volver a estar en disposición de alcanzar dicho objetivo.
Teniendo en cuenta esta aproximación, podríamos inferir que este problema también acecha no sólo a aquellos que ganan, sino también a los que han perdido o no han alcanzado la meta que tenían propuesta, pero que igualmente se sienten abatidos tras un gran esfuerzo, en este caso sin premio añadido.
Para tratar de predecir si un deportista lo sufrirá o no, debemos tener en cuenta muchas variables que pueden influir, y que los psicólogos solemos agrupar en dos categorías: situacionales (¿Ha ganado o ha perdido? ¿Cuál ha sido su rendimiento y el de su equipo? ¿Qué le dicen los demás sobre cómo lo ha hecho?) y personales (¿Cómo ha reaccionado este jugador ante situaciones similares? ¿Qué suele pensar de sí mismo? ¿Cómo se establece nuevos objetivos?). La interacción entre la situación y el individuo, tan difícil de descifrar, es la que arrojará luz sobre el futuro estado del deportista.
Ahora bien, ¿cómo puede prevenirse el abatimiento después de una cita importante? Estoy convencido de que algunas de las estrategias que comentaré a continuación, que siempre deben adaptarse a las peculiaridades de cada persona, podrían ser interesantes para la mayoría de los futbolistas que recientemente han vuelto a sus hogares tras el Mundial, con el importante añadido de que por primera vez en la historia no tendrán un mes de vacaciones en una isla paradisíaca antes de volver a calzarse las botas.
A pesar del poco tiempo disponible, el descanso físico y mental debe ser la primera tarea que cumplir, incluso para los vencedores, que deben tratar de relajarse después del éxtasis de las celebraciones a las que asistirán los próximos días, pues por muchos vítores que reciban, esto también supone un desgaste.
En segundo lugar, una vez pasada esta necesaria desconexión también será importante hacer un análisis sosegado del propio rendimiento durante el Mundial, desgranando todo aquello que ha destacado para seguir desarrollándolo en el futuro, y también todo lo que no ha salido tan bien y por tanto puede mejorarse.
De esta manera, y en función de este primer análisis, llevar a cabo un restablecimiento de objetivos personales debe ser el siguiente paso para seguir, dejando claras también las razones por las que el jugador quiere alcanzar dichas metas. Es posible que quedarse sin nuevos objetivos o anclarse excesivamente en aquellos que no se han alcanzado fuera muy contraproducente para un deportista, tanto a corto como sobre todo a largo plazo.
En mi opinión, incorporar esta y otras posibles estrategias es un aprendizaje que podemos extraer también todos los que no somos atletas profesionales, pues la vida siempre sigue su curso después de la meta, hayas conquistado el mundo con tu selección, te hayas comprado una casa con el amor de tu vida o hayas conseguido el trabajo que siempre habías soñado, y es fundamental saber cómo seguir adelante.
A Messi, como a cualquiera de nosotros, también le volverá a sonar el despertador un miércoles a las 8 de la mañana, y en su caso, tendrá que encontrar razones para ir a entrenar un frío y lluvioso día de febrero en París. Ojalá lo consiga.
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Rafael Mateos es psicólogo deportivo en 'Train Your Mind'