Nacho Novo, leyenda del Rangers: "Vivo en Londres porque en Glasgow me odian. Estuve amenazado por el IRA..."

Crucial el derbi 'Old Firm' Celtic-Glasgow que se juega hoy sábado en Ibrox Stadium, primero contra segundo, con sólo tres puntos de diferencia entre los dos equipos escoceses a falta de nueve por disputarse. Un duelo al que nos traslada Nacho Novo (Ferrol, 1979), el exjugador de Huesca y Sporting de Gijón en España y toda una leyenda de los Rangers, que pone de manifiesto la amplia problemática en torno a esta rivalidad que va mucho más allá de lo deportivo. "Al 'Old Firm' van hasta policías de Inglaterra para arriba, hay muchísima seguridad. Hay más de mil incidentes: navajazos, abusos a mujeres y toda esa agresividad después de un partido de esas características, imagínate cómo es", relata el exfutbolista gallego y exentrenador del Lexington Sporting Club Kentacky americano.

Tristemente, sabe bien de qué habla. Lo hace, además, desde Londres porque es "imposible" para él vivir en Glasgow. "Me odian. La verdad es que lo he pasado mal. Estuve amenazado de muerte por el IRA: pintadas, coche roto, ir caminando con mi hijo y uno te viene por detrás y te mete un puñetazo… En Belfast, la Policía me buscaba. Me dejaron una casa y me dijeron: 'No puedes salir, te vamos a poner vigilancia porque hemos encontrado que el IRA va a venir, te va a meter dos tiros, con este tipo de arma... Todo eso especificado'", confiesa quien al menos saca una amplia sonrisa cuando habla del tiempo compartido con Manolo Preciado, Mourinho o Mikel Arteta, entre otros.

Estoy en Londres, estoy viviendo en Londres. Estuve anteriormente en América entrenando. He acabado allí y ahora estoy esperando a alguna oportunidad que me salga. Es diferente, ¿sabes?, de jugar a ser entrenador. Está la cosa complicada, pero bueno.

Trabajas 24 horas al día durante siete días. Cuando eres jugador vas, entrenas y te vas para casa. Dos horitas, dos horitas y media. En España hay dobles sesiones, pero tú no te preocupas nada más que de estar bien e intentar pelear por tu posición. El problema de ser entrenador es que tienes que controlar todo, conocer a los jugadores, porque en un vestuario hay diferentes caracteres. La verdad es que lo he hecho muy bien, pero extrañaba mucho a mi hijo y he decidido venirme, porque yo quiero estar más cerca, quiero estar en Europa, pero he tenido una bonita experiencia.

No, está en Glasgow. Yo me vengo para Londres porque en Glasgow es imposible…

Por el Celtic. Pueden ser un poquito… te buscan y todo eso. A mí me gusta la vida tranquila.

Sí, sí. Me odian. Por una parte no me gusta, pero por otra parte es señal de que he hecho algo bueno. Y nada, ahora a esperar al sábado a ver cómo va el partido.

Hombre, la verdad es que lo he pasado mal. Estuve amenazado de muerte por el IRA: pintadas, coche roto, ir caminando con mi hijo y uno te viene por detrás y te mete un puñetazo… Cosas así, que parece que es fácil pero no, y yo intento no estar involucrado en eso. Hace 6 o 7 años me vine aquí. Incluso en mi último equipo, con el Glentoran que juega en Irlanda del Norte, en Belfast, me pasó que la Policía me buscaba. Me dejaron una casa y me dijeron: 'No puedes salir, te vamos a poner vigilancia porque hemos encontrado que el IRA va a venir, te va a meter dos tiros, con este tipo de arma... Todo eso especificado". Así fue. A mí todas esas cosas no me van. Y si empiezas a mirar en YouTube, cuando yo iba a Belfast el problema era que los que viajaban en el avión de Glasgow a Belfast eran todos del Celtic O sea que imagínate, y caminando luego por el aeropuerto me decían de todo… Hasta que al final lo confronté.

Lo confronté, cara a cara. No le hice nada, pero lo puedes ver en Youtube. Es complicado, pero así es como son. Me he venido a Londres, estoy viviendo a las afueras, en una aldeíta. Me gusta la naturaleza, me gusta caminar, sacar a los perros, correr, puedo hacer lo que quiera. Tenemos un bar sólo, hay un buen restaurante, hay varios jugadores y varios exentrenadores y la verdad que estoy muy contento.

No, yo nunca huyo, pero para mi cabeza ha sido lo mejor que he hecho, porque yo necesito estar relajado y cuando sales y tienes que mirar quién te viene [por detrás; hace el gesto de mirar a los lados] y todo esto al final es duro. Pero ahora estoy muy contento, voy de vez en cuando. Estuve entrenando en América, no he podido ir mucho y la primera vez que fui fue contra el Celtic, el último partido al que me invitó el club. Hace ya tres años que no voy a Glasgow.

(Sonríe). Buah, impresionante. La gente me quiere mucho y siempre te emociona porque te vienen los recuerdos de cuando tú jugabas y viendo el partido dije yo: 'Me gustaría estar ahí', llegas a una edad donde ya no puedes más, pero tengo muy buenos recuerdos.

Sí, la verdad es que nunca me esperaba que me pusieran en el 'Hall of fame' con jugadores como Paul Gascoigne, Graeme Souness, Brian Laudrup… Grandísimos jugadores. Eso te emociona. Nunca pensé que iba a acabar así, pero eso va a quedar para siempre y es que he hecho lo que tenía que hacer y lo he hecho bien.

Yo creo que en toda mi carrera he marcado 80 goles o 78 goles. Es complicado, porque jugando de delantero era donde más marcaba, pero después aquí, como vean que eres rápido.. yo era pequeño y me ponían más en la banda. Aún así marcaba, pero es un poco complicado cuando sabes que tú lo puedes hacer bien, jugar en tu posición natural. Pero nada, me he tenido que adaptar a jugar en la banda y lo he hecho bien. A ver, para mí yo soy delantero, pero me acuerdo una vez con Manolo Preciado…

(Se ríe). Sí, sí, sí. Le digo: 'Míster, ¿por qué me pone en la banda? Ponme delante, pruébame ahí'. Y me saltó, me dice: 'Si te tiro platos, ni rematas'. Claro, era pequeño, David Barral en el aire era mucho más agresivo, mucho más fuerte. Yo soy más de darle al defensa un poquito, descontrolarlo y empezar a partir de ahí. Pero nada, Manolo es mi ídolo. Muy buena persona, uno de los mejores entrenadores que he tenido, la verdad es que lo extraño mucho.

Yo creo que me quedo con todo, desde que llegué hasta que salí. Era un tío que pensaba en los jugadores, era un entrenador de jugadores y siempre nos apoyó. A mí me ayudó mucho. Es un crack. He vivido tanto con él... Una grandísima persona, un buen entrenador, cuando lo haces mal te pone en tu sitio, pero... bufff, y lo que le ha dado al Sporting. Él quería al Sporting, pero así es la vida, después pasó lo que pasó. Antes de ir al Villarreal me llamó y me dijo que iba a venir a verme. Yo estaba en Marbella veraneando con la familia, me levanté y fue cuando vi que había fallecido. Es difícil, porque era una bellísima persona y siempre iba directo. Lo que dice es lo que hay y te dice las cosas a la cara, eso es lo que más aprecias, te guste o no, porque sabes que los jugadores podemos ser un poquito difíciles, pero he aprendido mucho con él.

Una vez me puso arriba, contra el Rayo Vallecano, marqué dos goles y ganamos, pero a partir de ahí me puso en la banda otra vez. (Se ríe). Es un fenómeno. A mí me ayudó a madurar. Yo ya tenía experiencia, firmé con 30 años, había muchas veces que me ponía en mi sitio también, pero él sabía que yo lo daba todo por el equipo. Sabía que también estaba muy unido con todos mis compañeros y la verdad que me dolió mucho cómo salió del Sporting. Mucho. Y conmigo también, porque después tuvimos esa pelea con Iñaki Tejada y me cayeron muchas, pero salió todo a la luz. La verdad que ahí en Gijón la gente me quiere.

Yo estaba ya jodido por cómo habían tratado a Manolo después de lo que le había dado al Sporting. Lo que hizo Manolo ahí es increíble. Mi equipo es el Sporting, da igual lo que haya pasado, siempre lo sigo, les deseo lo mejor, pero el presidente y Clemente me la han liado. (Levanta una ceja). Que yo era un cagao, que no sé qué, que no sé cuántos. Digo: '¿Yo cagao? Si soy, hablando mal, el que más huevos echa siempre y no tengo ni que mentir ni nada', pero ellos me querían echar. Después Clemente viene y cambia y dice: 'Yo te quiero', pero por los entrenamientos que hacía yo dije: '¿Esto qué es?' A mí la verdad que Clemente nunca me ha gustado, especialmente cómo era para entrenar.

Te digo la anécdota: una hora y media de charla y entrenábamos 30 minutos, eso es lo que hacía. Y le gustaba la cámara. Hasta paró a Grégory (se ríe) y le dijo: 'Grégory, para meterle al balón tienes que hacer así' (hace el gesto de echar los codos hacia atrás) y saltaba y le enseñaba, a Grégory, que era uno de los mejores con la cabeza.

Antes de Clemente, con Iñaki Tejada, fue cuando empezó todo. Después de irse Manolo él se quedó y fue quien llevó al equipo. Él llegaba y decía: 'Bueno, vamos a empezar a jugar, tal'. Primer partido, en la grada; segundo, en la grada, y yo fui a hablar con él y dije yo: 'Pero dime qué he hecho yo, qué he hecho mal', y me dice: 'No vas a tener sitio aquí'. Y yo: '¿Sí?' Y me fui. Después de esa charla había quedado con Manolo a comer y se lo comenté todo: 'Yo creo que estos me quieren echar'. Después fue cuando llegó Clemente que me dijo: 'Vas a jugar conmigo, no sé qué, no sé cuántos'. Pero yo lo veía como un falso, la verdad, y dije las cosas. Después ya empezó a meter que yo era un cagao, que era el que me quería ir. Era una mentira total y mis compañeros sabían que era mentira todo. Al final me salió lo del Legia de Varsovia y me fui para allí.

(Sonríe). El Pichu Cuéllar también. Teníamos buenos jugadores, pero también buenas personalidades. Grégory, que es un fenómeno. Barral es Barral, ya sabes cómo es (se ríe), puede ser un loco, pero no, la verdad que muy bien, he disfrutado la época del Sporting. Me gustaría haberme quedado y pelear, pero hay situaciones de gente que dice mentiras y yo con eso no me caso. Yo siempre digo lo que pienso y la verdad que así es la vida y yo soy muy directo también. Si hay algo que no me gusta lo digo, y me la han metido como si yo fuese el que me quería ir del Sporting. He hablado y he dicho las cosas como son, así fue mi situación allí. La verdad que es una ciudad impresionante, los mejores aficionados, que viajan para apoyar a su equipo. ¿Cómo no vas a tener cariño a esa afición? Como jugador a veces lo haces mal, pero el cariño que te dan la verdad es impresionante. Eso es lo que me llevo yo del Gijón y del Sporting.

El partido antes de ir al Bernabéu, el problema con Manolo y José. He hablado con José Mourinho, cuando él estaba aquí en Tottenham estuve con él y es muy gracioso, respetaba y quería mucho a Manolo, porque a Manolo le daba igual, ya puede ser Trump o quien sea, que si te pasas con él, te pone (se ríe). Como digo yo, somos del norte. Empezó todo ahí en redes sociales, en la televisión y todo, a hablar del piconazo entre Manolo y Mourinho. Manolo que nos puso ahí para ir al Bernabéu y darle caña, y la verdad que hicimos el mejor partido que pudimos jugar todo el equipo, la verdad.

Oh, sí. Sí, sí, Manolo era bueno en eso también. Me acuerdo que hicimos una muy buena jugada y Miguel de las Cuevas, que tenía una clase increíble, marcó el 1-0. Fue uno de los días que decías: 'Este equipo puede hacer más'. Nos salvamos, pero fue impresionante escuchar a los aficionados nuestros, el Bernabéu callado y escuchas al sportinguismo ahí, todos contentos, felices. Eso es el fútbol.

(Se ríe). Con Manolo los entrenamientos eran intensos y siempre nos empujaba. Decía: 'Mira éste, mira éste. Vamos a ir ahí y vamos a ganar'. Como si él lo hubiese visto ya. Nos dio esa chispa. La verdad que el Madrid nos pudo marcar varios goles también, pero bueno, para eso está el portero y están los defensas. Lo hicimos fenomenal y después ya cuando llegamos al vestuario madre mía la que se lió allí. (Sonríe). Incluso Manolo también ahí... Son recuerdos que se van a morir conmigo. Es lo que te decía, es uno de los mejores entrenadores que he visto, y que lo quieres como si fuese un padre. He tenido otros entrenadores así, como ha sido Walter Smith, que estuvo en el Rangers.

Muy buena persona. Lo llamé una vez para pedirle un feliz cumpleaños para mi hijo, Javier, lo tengo en Instagram, y la verdad que es muy bueno. La gente piensa que Mourinho es arrogante y tal, pero yo lo que veo en él es que quita la presión a los jugadores y se lleva toda para él, porque a él le da igual lo que le hablen, él se ríe de eso. La verdad que es muy buena persona también. Para mí es uno de los grandes entrenadores que hay y me recibió muy bien. Había hablado de Manolo. Tuvo palabras muy buenas para Manolo.

Sí. A mí me hubiera gustado triunfar en España, como a cualquier jugador. Ya sabes que hay jugadores que vienen aquí y no le van bien las cosas. Depende del año que tengas, del equipo, depende de muchas cosas. Para mí fue un poco complicado al principio, pero después empecé a adaptarme y lo he hecho más o menos bien.

Sí, él estaba conmigo. Cuando yo llegué él estaba, hicimos la pretemporada juntos y después se fue a la Real. Era un fenómeno, un grandísimo jugador, profesional y muy buena persona.

La verdad que hablamos con compañeros y nunca pensábamos que iba a ser así, porque él era calladito… Pero mira, uno de los mejores entrenadores ahora. Lo ha hecho muy bien y me alegro por él, le deseo lo mejor. Al principio cuando cogió el Arsenal, la gente decía: 'Tienen que echarlo, que no sé qué, que no sé cuántos', pero con tiempo… Muy bien por el Arsenal, que lo ha apoyado, y ahora están ahí peleando por la Liga otra vez y con jugadores jóvenes. También le vino muy bien irse como asistente con Pep y aprender de uno de los mejores de la historia.

Sí, la verdad es que sí. Especialmente aquí en Inglaterra cuando ven un jugador que no es muy alto pero es rápido, a las bandas. Seguía marcando goles pero yo antes, en dos años consecutivos jugando de delantero, marqué 25 goles. Llegué a ser el tercer máximo goleador en Europa del club, ahora soy el cuarto porque Alfredo Morelos, 'El búfalo', ha marcado 22 o 23. ¿Sabes? He hecho las cosas bien. Lo que necesitas es confianza y tener entrenadores de que confíen en ti también. Y los compañeros, claro.

Yo sabía que lo iba a meter. La verdad que yo tengo mucha confianza, nunca he notado ninguna presión. Y yo sabía que al portero de la Fiorentina le gustaba tirarse a su derecha. Paró el primer penalti y normalmente se tiraba más para su derecha. Yo cuando fui a pegarle vi que metió el pie para tirarse a su derecha otra vez y se la metí al otro lado. Es uno de los momentos más felices que he tenido como jugador. Todos los compañeros, la afición que estaba ahí, llorando. La verdad es que fue muy bonito porque nadie pagaba nada por que nosotros llegásemos a la final y, mira, hemos llegado. La final no fue tan bien, pero puedo decirle a mi hijo que su padre jugó una final.

Vamos a tener que ir a Celtic Park y ganar. Es un partido que tenemos que ganar. Si yo fuese el entrenador, haría presión alta, a por ellos, porque el Celtic es un equipo que con presión no sabe salir jugándola y ahí es donde nosotros más podemos hacerle daño, pero no sé el nuevo entrenador lo que va a hacer. Creo que podemos hacerlo, pero vamos a tener que ganar los siguientes partidos también. La tuvimos en nuestras manos y perdimos tres partidos consecutivos y dije yo: 'Bufff, la perdimos', pero aún hay posibilidades. Espero que los jugadores vayan a por todas. Además, creo que Brendan Rodgers ha hecho un comentario así como que vamos a celebrar el campeonato. Esas cosas me gustan porque Walter y Ally McCoist cuando decían algo, en toda la semana de entrenamiento, antes del partido, ponían todos los periódicos delante para que lo viésemos . Al final, cuando esas cosas pasan…

Sí.

(Se ríe). Sí, sí, sí. Pero bueno, la verdad que estamos tranquilos y yo confío en que podamos ganar ese partido, porque lo podemos ganar. Ahora, si vamos a sentarnos y a esperarles, nos machacan, pero hay que darles confianza a los jugadores, espero que ganen. A ver qué pasa.

Ufff. Es impresionante, la verdad. La gente dice de los mejores derbis el Real Madrid-Barcelona, cosas así. Si tú pones en el Bernabéu un Rangers-Celtic, te vas con los oídos que no escuchas nada, porque están constantemente (animando) durante 90 minutos. Ahora el problema que hay es que los clubes no dejan entrar aficionados rivales, eso es lo único malo. Cuando yo jugaba teníamos a la parte nuestra, ahora lo han matado.

No hay problemas de seguridad, en el partido no, pero aquí hay mucha política Celtic-Rangers y al final han decidido que cuando jugamos en el campo del Rangers, en Ibrox, no dejan entrar a aficionados del Celtic, y en Celtic Park, igual, o sea que van a ser todos aficionados del Celtic.

Yo no voy a ir allí, lo voy a ver en casita tranquilo. (Se ríe). Fui al último partido en Ibrox y no empezamos muy bien, la verdad. Al final acabamos empatando. No puedes decir lo que va a pasar en un 'Old Firm', todo puede pasar. Yo estoy confiado, no va a ser un partido fácil, pero creo que el Rangers tiene la calidad para, si salen a por el partido desde el principio, llevarse los tres puntos.

No, no, porque yo cuando voy allí voy con seguridad y entro en el campo y del campo me voy para el hotel. Me quedé en las afueras también, o sea que no hay problema.

La verdad que siempre me ponen seguridad cuando voy. Es una cosa que a mí no me gusta, pero es lo mejor, pase algo o no pase, pero al menos sabes que no vas a meterte en ningún lío ni nada. Yo tengo muchos amigos allí en Glasgow y siempre que voy vienen conmigo. Son muy buenos amigos míos que trabajan en eso.

Por iniciativa mía.

Sí, pero así es como son las cosas. La verdad es que es una pena. Hablando con Ally McCoist, que es una leyenda allí, él siempre me decía que en el campo nos odiábamos Celtic y Rangers pero después del partido los jugadores de Rangers y Celtic se juntaban en un bar y bebían, tranquilos, como si no hubiese pasado nada. ¿Qué pasa? Que ahora es mucho peor, y a la juventud les meten esas cosas en la cabeza que así es como va y, además, al 'Old Firm' van hasta policías de Inglaterra para arriba, porque hay muchísima seguridad. Hay más de mil incidentes: navajazos, abusos a mujeres, no sé qué, y toda esa agresividad después de un partido de esas características, imagínate cómo es. Pero es así, dicen que lo quieren cambiar, pero eso nunca se va a ir.

Sí, eso nunca va a cambiar nunca, es lo que hay y como jugador tienes que intentar vivir con eso y ya está.

Da igual el que gane o el que pierda, siempre va a haber algo.

He estado entrenando en América y ahora quiero intentar entrar como segundo en algún equipo en Europa. Eso es lo que más me gusta, porque aún me estoy formando. Lo he hecho bien allí pero el nivel de allí no es lo mismo que aquí en Europa. Ahora estoy esperando para la próxima temporada a ver si me sale algo y con muchas ganas, porque la verdad es que es lo único de lo que sé (se ríe), sólo fútbol. Quiero tener esa oportunidad, es lo que más quiero.