SELECCIÓN

Los siete días que demuestran que Montse Tomé no es sólo un parche

La seleccionadora nacional sale reforzada de la Nations League.

Montse Tomé y Jenni Hermoso se abrazan tras la final de la Nations League. /Getty
Montse Tomé y Jenni Hermoso se abrazan tras la final de la Nations League. Getty
Sandra Riquelme

Sandra Riquelme

Pocas personas han vivido una transformación tan profunda como la de Montse Tomé. El jueves, tras la celebración del título de la Nations League en el Palacio Vistalegre, todos los periodistas compartíamos un mismo sentir: "Es otra". Un runrún que llevaba tiempo en el ambiente y que ha terminado por confirmarse en esta última semana. Sus tres últimas ruedas de prensa, su charla motivacional antes de la final ante Francia o su buen hacer desde el banquillo dibujan a una Montse Tomé liberada. En todos los sentidos.

Cuando aterrizó en el cargo, a principios del septiembre pasado, nadie daba un duro -parafraseando a Irene Paredes- por su futuro. A pesar de sus victorias, daba la sensación de estar caminando todo el rato por el alambre y de ir superando obstáculos en cada paso que daba. La relación profesional que le había vinculado a Jorge Vilda como su segunda entrenadora hasta ese momento y sus aplausos al famoso discurso de Luis Rubiales la habían condenado antes de empezar. Tampoco ayudaba su trayectoria deportiva, siempre a la sombra del exseleccionador nacional. Sonaba a parche tras la polémica -y obligada- destitución de Jorge Vilda.

A pesar de que Montse Tomé tan sólo había perdido un partido como seleccionadora nacional, su valía siempre estaba en tela de juicio. Ya fuese por lo que pasaba fuera del campo, que acababa salpicándola, o por asuntos como el de Aitana en el descanso de Pasarón. Sin embargo, la última semana ha mostrado a una Montse Tomé empoderada, con una confianza en sí misma nunca vista hasta ahora y más madura en el cargo.

El caso Alexia y las palabras de Markel Zubizarreta

Y eso que la concentración empezó torcida y se habló más del caso Alexia que del torneo. Sin embargo, el culebrón acabó con final feliz para ambas parte. "El final de un cuento perfecto", dijo Markel Zubizarreta tras la final. "Creo que Alexia se va mejor de lo que llegó", añadió.

Tanto la RFEF como Alexia Putellas cumplieron con su palabra y la dos veces Balón de Oro, a pesar de entrar en la convocatoria para la final, no disputó ni un minuto. "Nos hubiese encantado poder contar con ella, pero, al fin y al cabo, no era el momento. Montse ha considerado que no era así", recuperando, de nuevo, las palabras de Markel Zubizarreta. Con su declaración, de forma intencionada o no, el director deportivo del fútbol femenino repartía una dosis de autoridad a la seleccionadora nacional.

Cuando Markel Zubizarreta llegó a la Selección, Montse Tomé ya estaba en el cargo. La asturiana no era "su entrenadora". Su falta de autoridad en algunas situaciones no le acababa de convencer y el sentir era que en cuanto pudiese, prescindiría de ella. Quien sabe si las palabras mencionadas anteriormente y la última semana han podido cambiar el parecer del máximo dirigente del fútbol femenino en el ente federativo.

La relación con el vestuario y su staff

Si hay algo que han destacado las jugadoras durante los últimos meses cuando han sido preguntadas por Montse Tomé, es el diálogo, el hablar las cosas. Las futbolistas se sienten más cómodas cuando hablan con la actual seleccionadora nacional, más flexible y comprensiva. Tras la final de la Nations League, cuando España ganó el título tanto Montse Tomé como su cuerpo técnico se abrazaron con las jugadoras de la Selección, mostrando una comunión entre ambas partes.

Además, es habitual ver a la asturiana presenciando partidos cada fin de semana. Ya sea en España o fuera de nuestras fronteras, como ya ocurrió hace una semanas en Inglaterra. Aunque parezca una obviedad -que la seleccionadora nacional vea a sus jugadoras in situ-, era algo que no ocurría normalmente en la anterior etapa de la Selección

Montse Tomé y Misa hablan durante la celebración del título.  Getty
Montse Tomé y Misa hablan durante la celebración del título. Getty

Más allá de lo que se ve en la televisión, la RFEF desveló lo que hay dentro gracias a la publicación de la charla motivacional que Montse Tomé le dio a sus jugadoras antes de la final ante Francia. Un momento que descubrió a la Tomé más sincera y más líder, una imagen nunca vista hasta ahora y que sorprendió -para bien- a propios y a extraños. Además, en ese charla se desveló otra clave: la importancia que la de Oviedo le da al equipo.

"A vosotras sí os conoce. A vosotras sí que os conoce", repetía Montse Tomé cediéndole todo el protagonismo y la importancia sus jugadoras. Una mantra que repitió en la celebración del título en el Palacio Vistalegre. "Por supuesto, agradecer a todas las futbolistas porque ellas son las verdaderas protagonistas de este juego", confesó.

Su imagen pública

Cuando Montse Tomé se sentó por primera vez ante los medios de comunicación, se mostró nerviosa y con la voz temblorosa. Desde entonces, como ella misma reconoció, se puso manos a la obra trabajando su imagen pública con expertos. Un proceso que podría haber alcanzado su culmen en sus últimas ruedas de prensa.

Tras el partido ante Países Bajos, la seleccionadora nacional contó una de las intimidades del staff. La conjura del día de la Lotería. Una anécdota que llamó la atención porque era una de las primeras veces que Tomé se salía del guión y mostraba otra cara. En su siguiente rueda de prensa, la entrenadora 'vaciló' a una periodista francesa. Una broma que tanto la enviada especial como la rueda de prensa recibieron con risas. En la última, la posterior al triunfo ante Francia, fue un paso más allá. Tomé lanzó un "no sé si esto cambia la opinión pública, pero yo estoy tranquila con mi trabajo" refiriéndose a las críticas recibidas en los últimos meses. Unas comparecencias públicas que hablan de una Tomé más relajada y que ya no da la sensación de acudir a las ruedas de prensa como el que va a la consulta del dentista.

El aspecto deportivo

A pesar de que, prácticamente, contaba sus partidos por victorias, los triunfos frente Países Bajos y ante Francia la reforzaron. Más que el qué, fue el cómo. España fue tan superior a sus rivales que estos se rindieron antes las jugadoras nacionales. El propio Andries Jonker, el seleccionador neerlandés, acabó confesando que había "tirado la toalla" en el descanso del partido y Hervé Renard, el técnico galo, dijo que "tenía la misma sensación que cuando se enfrentó a la España de Xavi, Iniesta y Busquets". 

Montse suplió la baja de Teresa Abelleira, una de sus intocables, con la de Laia Aleixandri (otra de las que forma parte de ese selecto grupo). La asturiana adelantó la posición de la del Manchester City y alineó a Laia Codina en su lugar. La jugada le salió redonda y las Laias fueron dos de las jugadoras más destacadas del torneo. Además, España sigue ganando en alternativas. Al fútbol combinativo se le ha unido otro más vertical, haciendo de la Selección una máquina perfecta.

Con contrato hasta después de los Juegos Olímpicos, Montse Tomé echó balones fuera y se centró en la importancia del grupo y del torneo. Sin embargo, tras la conquista del título y por todo lo expuesto anteriormente, ya no está tan claro vaya a ser tan 'corta' como se presuponía.