La grieta entre Mbappé y Francia llega a su capitanía: "Ya estaba luchando por encarnar el papel de salvador de la patria"
Lizarazu, en L'Equipe, cree que es mejor que el capitán de Francia sea un jugador más defensivo.

El nombre de Kylian Mbappé se encuentra en el centro del huracán de un debate en Francia en torno a su figura que está dañando su imagen. Su ausencia con Francia en este parón internacional, previo pacto con Didier Deschamps, para recuperarse totalmente de las molestias que arrastra desde el encuentro contra el Alavés ha abierto una grieta entre el jugador y su país. Si ya su ausencia en la selección levantó sospechas [a los pocos días de ofrecer la lista, jugó 33 minutos en Lille y acumuló 71' ante el Villarreal], las fotografías de una supuesta salida nocturna por Suecia durante sus días libres con el Real Madrid, publicadas por el medio Sportbladet, han acabado por incendiar todo.
En la selección salieron de inmediato a defender a su capitán. La prensa, en cambio, no baja el ruido. El último en alzar la voz fue Bixente Lizarazu. Lo hizo en un artículo de opinión en L'Equipe en el que no se centra tanto en los aspectos extradeportivos de la ausencia sino en el rol que venía desempeñando hasta ahora sobre el verde y con el brazalete vistiendo su brazo. El exlateral internacional pone en cuestión la idoneidad de su capitanía, sobre todo por su lugar en el campo.
"Siempre prefiero que un capitán juegue en posición defensiva. Cuando eres defensor, naturalmente, eres más colectivo porque dependes más del trabajo de tus compañeros. Cuando eres atacante eres más individualista, más egoísta, centrado en el regate o en el gol. Ojo, es muy difícil ser un buen atacante y anotar, pero los jugadores defensivos están siempre en el centro del equilibrio del equipo, del combate, de la táctica, y están constantemente preocupados por una buena colocación o por cómo lograr una presión eficaz. Didier Deschamps quizás no esté de acuerdo conmigo, ya que nombró a Kylian Mbappé como capitán. Hizo su elección entre él y Antoine Griezmann pero, en ese momento, ¿tenía mejores opciones?", comienza Lizarazu.
El exjugador del Athletic y PSG, entre otros, intenta explicar su postura a la hora de dudar de la conveniencia de que Mbappé porte la cinta de los bleus en el brazo: "La concesión del brazalete a Mbappé se hizo en relación a su talla como jugador y figura pública. Es, con diferencia, la estrella más importante de este equipo y Deschamps probablemente pensó que era la mejor solución. Pero durante la Eurocopa y en la secuencia actual, Kylian no encarnó plenamente este papel de capitán, tal vez porque ya estaba luchando por encarnar el papel de salvador de la patria. Sin duda, sigue siendo la cabeza de visible, capaz de ganar partidos o hablar con convicción en una rueda de prensa (aunque no fue así en la última reunión)", sostiene Lizarazu, que volvió a incidir en la renuencia del delantero a la hora de trabajar defensivamente, un aspecto que intentó solucionar Luis Enrique en el PSG y que necesitan en el Madrid [es el jugador de la Liga que menos presiones gana].
"En el juego, Mbappé no es alguien que se preocupe naturalmente por el aspecto defensivo, él mismo invierte poco en estas tareas. En el contexto actual, me parece necesario que esté bien rodeado y es por eso que esta secuencia en torno a la capitanía en su ausencia es importante. Hoy Tchouaméni, Koundé o Rabiot corresponden al perfil de jugadores capaces de encarnar este "liderazgo". Mañana quizás sea el turno de Saliba o Konaté. En cualquier caso, siempre habrá varias formas de liderazgo posibles en un equipo (...) Creo que hay que apoyar a Mbappé más que nunca para que Francia pueda volver a encontrar la dinámica adecuada", apunta Lizarazu.
Mientras que en Francia hay quien comienza a recelar de su crack, en el Real Madrid están encantados con él. Este martes se incorporará de nuevo a los entrenamientos después de cinco días libres en los que ha seguido a rajatabla un plan del club para recuperarse de sus molestias y llegar a la reanudación de LaLiga en una plenitud que la afición ansía. No hay problemas con Kylian, que ha sorprendido con su perfil bajo y dispuesto a todo por encajar en una nueva ciudad y en un ecosistema de juego novedoso para sus condiciones. Se le pide más, pero todavía necesita mejorar a nivel físico y terminar de adaptarse como delantero centro, posición en la que le utiliza Ancelotti. Estas dos semanas que le han provocado un lío en Francia pueden ser claves para lo que queda de temporada.