Algo pasa en la Federación cuando el debut de Raúl Asencio no es un caso aislado
El central del Real Madrid pisó por primera vez Las Rozas con la llamada a la Absoluta, algo que también vivió Bryan Zaragoza. En esta convocatoria de la Sub-21 existen cinco casos idénticos.

En el fútbol español, el camino habitual para llegar a la Selección Absoluta suele pasar por un recorrido previo en las categorías inferiores. Sin embargo, hay casos excepcionales de futbolistas que han debutado directamente en la Absoluta sin haber sido convocados previamente en ninguna de sus divisiones formativas.
Raúl Asencio, futbolista del Real Madrid, no sabía lo que era pisar Las Rozas. Hasta hace pocos meses jugaba en el Castilla, sin haber recibido una llamada de las inferiores. Pero las lesiones en el primer equipo madridista forzaron su ascenso a Primera División, el canario no se arrugó y se ha ganado un sitio en la plantilla de Carlo Ancelotti. Dos entrenamientos de la Sub-19 en 2002 es su bagaje con La Roja.
Algo similar ocurrió con Bryan Zaragoza, que se convirtió en la sensación del Granada durante la pasada temporada. Un partido contra el FC Barcelona le puso en el radar de la RFEF. "Los jugadores del Barça me dijeron que parara de correr", comentó en zona mixta tras ser el héroe del empate en Los Cármenes contra el club dirigido por Xavi Hernández por aquel entonces. Ese 8 de octubre de 2023, Bryan Zaragoza mandó un mensaje directo a Las Rozas sin que él lo supiese. Cuatro días después formaba parte de la Selección Absoluta en la ronda de partidos que terminó clasificando al conjunto nacional para la Eurocopa levantada en Alemania. Su marcha al Bayern lo apeó de las listas de Luis de la Fuente, pero su cesión a Osasuna volvió a ponerle en el mapa. Finalmente se cayó de esta convocatoria por lesión.
Resulta llamativo que dos jugadores con tanto talento nunca hubieran estado en la nómina de las categorías inferiores de la Selección. En ambos casos, su primera visita a la Ciudad del Fútbol de Las Rozas fue para vestir la camiseta de la Absoluta, sin haber pasado antes por la Sub-21 o divisiones más bajas.
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) realiza una exhaustiva labor de detección de talentos. Los ojeadores y analistas trabajan para identificar promesas desde las etapas más tempranas. Sin embargo, la desaparición de la figura del director deportivo en los últimos meses ha dejado un vacío organizativo que Luis de la Fuente anhela llenar. Antes, figuras como Albert Luque o José Francisco Molina supervisaban esta labor, pero actualmente la Federación carece de un rostro visible que lidere este proceso. A pesar de los esfuerzos por rastrear talento en las categorías inferiores de los clubes españoles y en las selecciones autonómicas, algunos futbolistas emergen en la élite sin haber pasado por el sistema habitual de selección.
Este fenómeno no solo ocurre en la Absoluta, sino que también se ha dado en la última convocatoria de la Selección Sub-21. Santi Denia incluyó a varios defensas debutantes, no solo en la Sub-21, sino en cualquier categoría de La Roja. Uno de ellos, Andrés García, considerado uno de los mejores laterales de Segunda División, fichó por el Aston Villa en enero por siete millones de euros tras destacar en el Levante. Sin embargo, su nombre nunca había aparecido en una convocatoria de la Sub-21 ni de ninguna otra categoría de la Selección.
Caso similar al de César Tárrega, que cuajó una buena cesión el año en Valladolid para volver al Valencia esta temporada. Las lesiones y la confianza de Corberán han ascendido su estatus hasta convertirse en central titular de un equipo que lucha por la permanencia en Primera. Tampoco había vestido la camiseta de la Selección. Tras un efecto dominó llegó su primera llamada, Huijsen subió a la Absoluta para suplir la baja de Iñigo Martínez, y el del Valencia hizo lo propio con Santi Denia.
Otro que se concentraba en Las Rozas por primera vez era Juanma Herzog. El canterano de Las Palmas todavía no se ha asentado como titular en su club, pero acumula minutos importantes cuando McKenna o Álex Suárez no han estado disponibles. Hasta este parón de marzo, su nombre no resonaba en los despachos de los responsables de la RFEF. También Gerard Martín, lateral del FC Barcelona que llegó desde el Cornellà hace dos temporadas y que se convirtió rápidamente en una pieza clave del Barça Atlètic. Las molestias de Alejandro Balde a lo largo del curso le otorgaron varias titularidades. Flick impulsó su renovación a inicios de la presente temporada, contando con él para los próximos años y cerrando la puerta al interés de clubes de Italia y de la Premier. Hasta este paréntesis internacional, Gerard Martín no había sido convocado para ninguna categoría de la Selección.
Los casos se multiplican si se abre el espectro a los jugadores con pasado en otras selecciones. Matías Fernández-Pardo, también convocado este parón con la Sub-21, aunque se retiró por lesión, ha jugado con todas las categorías inferiores de Bélgica hasta la llamada de Santi Denia. Lo mismo podríamos decir de Dean Huijsen, pilar de La Rojita, que aterrizó en la RFEF tras su paso por la Sub-17, Sub-18 y Sub-19 de Países Bajos.
La tendencia en los últimos años pasa por ver a futbolistas cada vez más precoces asentarse en la élite. Lo hacen sin avisar ni arrugarse ante rivales con décadas de experiencia. En la Federación ocurre algo similar, cada año resulta más común saltarse categorías.Su expresión máxima se personifica en jugadores como Asencio, Bryan Zaragoza, Dean Huijsen, Gerard Martín, Andrés García, Juanma Herzog o César Tárrega. Futbolistas que, sin conocer la casa, llegan a la Absoluta o al peldaño anterior. El foco no está en el deportista, bien merecido tienen esa llamada. La responsabilidad la tiene la Federación, porque casos como estos pasan de ser algo aislado a estar a la orden del día.