¿Y si respetamos a De la Fuente tanto como sus jugadores?
"¿De verdad el entrenador corre riesgo? ¿Ha pasado algo que no sepamos?" Son algunas de las preguntas que, incrédulos, formularon estos días los periodistas extranjeros al referirse a Luis de la Fuente. No podían creer que después de sólo dos partidos el seleccionador español estuviera cuestionado.
El refranero español es rico y diverso, con salidas para cualquier situación. Y hay un dicho que dice que "cuando el río suena, agua lleva". Hago referencia a este refrán porque ya conozco lo que viene ahora. "Luis siempre tuvo nuestra confianza absoluta". "Nunca hubo la más mínima duda". Pues mira, no me lo creo.
Pocas semanas antes de esta concentración los compañeros de la Cadena SER contaron que, en caso de perder contra Italia, el puesto de De la Fuente corría peligro. Existen dos opciones: que se lo inventasen o que esa información les llegase desde la propia Federación. Conozco a los compañeros que trabajan en esta emisora, profesionales intachables y con largas carreras a sus espaldas. Por tanto, descarto por completo la primera hipótesis.
Desconozco quién y con qué intenciones contó internamente que De la Fuente corría peligro, pero el caso es que ese runrún creció hasta convertirse en el centro de todas las conversaciones en las horas previas al partido. La bola se hizo tan grande que llegó hasta a los compañeros italianos, croatas y neerlandeses.
España está en la final después de un partido que se decidió en un detalle. La moneda pudo caer cara y también cruz. El caso es que La Roja ganó, evitando que a estas horas todos los titulares hablen de la continuidad o no del entrenador. Eso hubiera sido tan injusto como exagerado es decir ahora que esta Selección enamora. Ni lo uno ni lo otro. Es un equipo en construcción, como no puede ser de otra forma después de sólo tres partidos.
Lo único que se puede y se debe exigir es respeto para un entrenador que lleva una década realizando un trabajo fantástico. Y es esa hoja de resultados la que ha provocado que los jugadores le respeten, le sigan y vayan a muerte con él. Porque si España está en esta final es porque los internacionales sí creen en su entrenador, que es lo más importante. Desconozco quién y por qué lanzó esos rumores, pero es hora de apagarlos y confiar de verdad en este proyecto. El día de su presentación, De la Fuente posó con una camiseta que ponía 2024, el momento en el que termina su contrato. Juzguen entonces y no después de sólo dos partidos.