Roberto Martínez y su próxima generación dorada en Portugal: de Joao Félix a Gonçalo Ramos
La Federación lusa confirma que el español coge el testigo de Fernando Santos.

De Bélgica a Portugal. El español Roberto Martínez cambia de una selección candidata a otra, incluso a priori va a mejor si tenemos en cuenta el recambio de generaciones que vienen entre uno y otro combinado. La Federación Portuguesa ha hecho oficial el nombramiento del técnico de Balaguer, de 49 años, en cuyo currículum, además de la selección belga, figuran equipos de la Premier League como Swansea, Watford y Everton.
El proyecto que durante ocho años Roberto Martínez fue maquetando de manera artesanal terminó autodestruyéndose. En Catar, las batallas internas entre las 'vacas sagradas' de la selección se trasladaron al terreno de juego. Bélgica cayó eliminada en fase de grupos y el técnico catalán cerró la carpeta de los red devils. Ahora abrirá una nueva con la selección portuguesa.
Si por algo destacó Roberto Martínez durante su etapa como seleccionador belga fue por la fe ciega en sus futbolistas estructurales. Su equipo giraba en torno a unos pilares inamovibles y otras piezas complementaban, apuntalaban. En la portería, Courtois. La defensa de tres centrales siempre tuvo los nombres de Vertonghen, Alderweireld y Vermaelen. El ex del Barça fue ayudante del entrenador catalán durante el último año. En la sala de máquinas, De Bruyne, Witsel o Fellaini. Arriba, Hazard y Lukaku entre otros. ¿Siguiendo este curso, tiene en Portugal otra potencial generación dorada?
A pesar de que Roberto Martínez nunca quiso emplear el término de generación dorada, la de Bélgica fue una de las mejores de su historia. "Dejar un legado va mucho más allá de ganar torneos", justificó el seleccionador. La selección portuguesa, pendiente del futuro de Cristiano Ronaldo o Pepe, le ofrece a Martínez mimbres para cultivar otro legado.
"Dejar un legado va mucho más allá de ganar torneos"
Exseleccionador belgaFernando Santos, consciente de que tenía a Cristiano y también de los límites de su equipo, construyó una selección pragmática en la practicar un fútbol vistoso nunca fue un objetivo. Sólo así se entiende la Eurocopa ganada, que instaló para siempre en el paseo de la fama a Éder y su gol ante Francia. De aquella final de 2016 al 6-1 ante Suiza en octavos de este último Mundial, los lusos han cambiado de protagonistas. No fue una goleada cualquiera, fue la máxima expresión de una de las selecciones más talentosas del planeta.
Por edad, a varios de los pilares de la selección portuguesa el Mundial de Catar les agarró sobre los 28 años. La próxima Copa del Mundo será el último gran torneo que muchos de ellos disputarán en plenitud. Llegarán con algo más de treinta años Bernardo Silva, Bruno Fernandes o Cancelo. Un escalón por debajo se presentarán Joao Félix, Leao, Rúben Dias, Rúben Neves o Matheus Nunes.
Gonçalo Ramos marca el camino
Desde abajo, además, llega una generación talentosa que bien complementará a las piezas estructurales de Roberto Martínez. Gonçalo Ramos ya estuvo en Catar. El delantero del Benfica anotó un hat trick el día que le ganó la titularidad a Cristiano. También estuvo en la lista, aunque no llegó a disputar ningún minuto, el joven central António Silva, una de las sensaciones de esta Champions.
Pero no todo termina en Ramos y Silva. En las categorías inferiores ya han tenido presencia el central del Sporting de Portugal Inácio, Florentino Luis, pareja de Enzo Fernández en el Benfica, Fábio Viera y Nuno Tavares, propiedad del Arsenal, Henrique Araújo, precisamente suplente de Ramos con los lisboetas, o Francisco Conceiçao, hijo del entrenador del Oporto.
La Bélgica de Roberto Martínez se presentó en la gran mayoría de ocasiones con un sistema edificado sobre tres centrales. Les acompañaban dos carrileros largos, dos mediocentros, dos mediapuntas que jugaban por dentro y una punta de lanza. Bajo estas premisas, ¿qué futbolistas podrían salir beneficiados de la llegada de Roberto Martínez?
¿Quiénes salen beneficiados con Roberto Martínez?
La zona más talentosa de los portugueses es la mediapunta. Si el seleccionador catalán no modifica su clásico 3-4-2-1, corre el riesgo de dejarse futbolistas de primer nivel fuera de la ecuación. En el carril central, Martínez construye un cuadrado entre los mediocentros y los mediapuntas. En la base tendrá piezas como Rúben Neves, William Carvalho o Matheus Nunes. Un poco más adelante entran en juego Bruno Fernandes, Joao Félix, Bernardo Silva u Otávio. ¿Es posible juntar a todo el talento? Fernando Santos, de hecho, lo intentó: llegó a jugar con Bruno tirado a banda.
Las zonas en las que Portugal puede sufrir un poco más es en los carriles. Con la selección belga, Roberto Martínez optó por perfiles como Carrasco o Meunier. Con los lusos tendrá las opciones de Cancelo o Guerreiro, dos jugadores de la élite pero con un perfil más asociativo, con alma más de centrocampistas que de carrileros profundos.
A pesar de que Roberto Martínez insiste en que un legado no depende de los títulos, con Portugal tendrá cuatro años -y una Eurocopa de por medio- para cultivar una generación con mimbres para pelear por todo. Tiene lo que todo entrenador desea: tiempo. Tiempo para entregar las llaves del equipo a sus jerarcas y complementar su proyecto con los jóvenes que ya empiezan a gatear hacia la selección.