OPINIÓN

Niños viendo a Zidane con camisetas de Bellingham y el público quiere más a Casillas

Zidane, en el Bernabéu./REAL MADRID
Zidane, en el Bernabéu. REAL MADRID

Sonaron por megafonía varios nombres y resucitó el madridismo del pasado y también el vigente. Casillas, Raúl, Zidane, Seedorf, Roberto Carlos, Figo, Arbeloa, Butragueño. En la gente se despertó algo: el Madrid se construye desde el futuro, pero siempre mirando atrás. Las leyendas se dieron cita este sábado a las 12:00 en el Nuevo Bernabéu.

También muchas leyendas anónimas que edifican el madridismo, que aún no pudieron llevar a sus hijos a ver el nuevo techo de la capital. El Corazón Classic Match fue la oportunidad de presenciar la gran obra por sólo 7€. Antes de entrar al estadio se vieron niños y niños con las camisetas de Bellingham, que iban a ver a Zidane. Una imagen solemne de lo que significa el Real Madrid.

Cuando el balón echó a rodar, entre las deidades blancas y los veteranos del Porto, un bajón. Yo si fuera ellos no volvería a jugar. Futbolistas tan elevados, casi extraterrestres, jugando al fútbol como si fueran tus tíos en una liga de domingos. El tiempo pesa hasta en los dioses. Hasta el césped se vio afectado, también pareció viejo, con calvas.

El Porto ganó el encuentro (al Madrid de Florentino se le exigen hasta estos triunfos) con gol de Marek Cech, y en los blancos destacaron varios. El público hacía la ola cada vez que conducía Zidane, y Raúl dejó dos detalles, dos asistencias, que explicaron la grandeza de un futbolista irrepetible por lo listo, por lo audaz. Arbeloa lució la mejor forma física del choque (seguido de Seedorf), corrió y corrió, aprovechando su nueva condición de 'runner', también engrasado de sus entrenamientos con el Juvenil A, en los que muchas veces participa.

Casillas, para sorpresa de bastantes, fue con diferencia el más aclamado por la afición. Raúl y Arbeloa se abrazaron, con su futuro en vilo y pendiendo el uno del otro. Raúl salió rápido del campo que a las 18:00 su Castilla se la juega contra el Castellón. Arbeloa, su opositor al puesto, se quedó poniendo centros en el Bernabéu.

"No veníamos desde que hicimos el Tour del estadio", comentaba un chico en la grada. La gente estaba feliz por ver desde dentro su nuevo campo. El Nuevo Bernabéu, con la visera puesta, ha conseguido que ya se pueda venir a ver el fútbol en manga corta. En el Nuevo Bernabéu la temporada siempre es de primavera y verano.