Un motivo más para la esperanza del Barça ante el PSG: el renacer de Koundé para disuadir a su amigo Mbappé

El FC Barcelona no veía una racha sin encajar gol en Liga tan amplia (cinco partidos consecutivos) desde agosto-noviembre de 2022, curso en el que la solidez defensiva del equipo le valió para ganar LaLiga. En los primeros 11 partidos de 2024, el Barça recibió 23 goles, la peor cifra de cualquier equipo de las cinco grandes ligas, para después encajar solo tres goles en los siguientes ocho encuentros. Una mejoría abismal. Y en muchas de las claves que se inscriben para que esto suceda, hay una que merece especial atención por la crítica recibida: Jules Koundé. Su progresión coincide con el enfrenamiento ante su amigo Kylian Mbappé, el miércoles en París.

El francés llegó a Barcelona con el cartel de central ya hecho tras buenos años en Sevilla, pero todavía por dar el salto a un nivel superior. Aún habiendo sido lateral en anteriores equipos, pocos hubiesen dicho que el mejor rendimiento de Koundé se vería allí y no en el centro, y sobre todo que el equipo sería mucho mejor con Jules en un perfil, tanto a nivel defensivo como también a la hora de poder atacar, ya que es el jugador que mejor se entiende con el extremo que ocupe esa posición.

Es lógico que en un mundo que tiende a la sobrerreacción, cualquier mal rendimiento se confunda con el nivel real del jugador. No es lo mismo jugar mal que ser un mal jugador, al igual que no lo es jugar bien en un determinado lapso de tiempo para ser un muy buen jugador. El futbolista rinde peor o mejor por muchísimos condicionantes distintos, y hay que tener en cuenta el contexto colectivo a la hora de sacar conclusiones que nunca pueden ser definitivas, porque si algo tiene el fútbol es la absurda capacidad para dar y quitar la razón cada tres días. Koundé era un gran jugador que estaba jugando mal, como prácticamente todo el equipo.

Durante meses, el Barça ha sido un equipo mal ordenado, colectivamente endeble y tendiente al duelo individual, agravando malos estados de confianza, ahondando en esos malos picos de rendimiento que imposibilitaban rescatar al jugador. Koundé tiene, prácticamente, los mismos datos que la pasada temporada, superándolos en algunos apartados. En este caso, el dato corrige la impresión que se pueda tener mirando los partidos sin atender al contexto que les rodea.

Pau Cubarsí ha ordenado la habitación. Con su presencia en el once, Ronald Araújo ha subido su nivel ostensiblemente, repercutiendo así en la mejoría de Koundé en el lateral. Es un efecto dominó en el que cada pieza se ha ido asentando, recuperando las pulsaciones vitales que parecía haber perdido.

Tras haberse filtrado a la prensa que Koundé le comentó a Xavi que quería ser central, el FC Barcelona inició el curso con él y Araújo en el eje y Joao Cancelo y Balde en las alas. De hecho, el inicio de Jules hasta su lesión en octubre, fue pletórico. Junto a De Jong, el mejor jugador del equipo en un comienzo convulso a nivel colectivo. Lo que sucede es que en este Barça, Koundé luce mejor de lateral que de central, no porque lo segundo no lo haga bien, sino porque el equipo agradece más lo primero.

Koundé es el jugador que mejor entiende al extremo en ese perfil, tanto a la hora de conectar con sus desmarques, como de doblarlo por fuera. Iniciando como tercer central, Jules Koundé es, en la gran mayoría de partidos, lateral, aunque se le intente señalar como un central haciendo de lateral. El francés suma 8,54 incursiones al último tercio, la mejor cifra de toda LaLiga entre los laterales del campeonato. Bien desde el pase o desde la conducción, Koundé facilita a su equipo el encontrar rutas para avanzar.

A sus 26 años, Koundé empieza a entrar en su madurez como futbolista, y está por ver cómo y dónde la desarrollará. En este FC Barcelona, con la irrupción de Cubarsí, parece claro que Jules lo hará como lateral o, dependiendo del nuevo técnico, en una línea de tres como uno de los centrales exteriores. La sensación es que, pese a todo, aún no se ha visto el máximo nivel de un Koundé que siempre enseña menos de lo que tiene, sobre todo con balón, donde su frialdad, conducción y capacidad para sortear rivales dibujan un cóctel que no ha explotado en su totalidad.

Solo Gündogan ha disputado más minutos que Jules Koundé (3260), a pesar de que el francés se ha perdido tres partidos con el FC Barcelona por la lesión que tuvo en el mes de octubre. Koundé solo se ha perdido un partido en todo el curso por decisión técnica, y fue el del Rayo Vallecano tras un parón de selecciones, y solo en dos encuentros (Mallorca y Almería) el francés ha salido desde el banquillo en LaLiga. Su versatilidad, liderazgo y nivel, son un aval competitivo para Xavi y la mayor prueba de que fue criticado no por su nivel, sino por una mala racha.