Ocho preguntas (alguna sin respuesta) que deja la 'nueva' Superliga
El nuevo formato supone una revolución en el proyecto, que depende, sobre todo, de lo que decida el Tribunal Europeo.
La Superliga quiere gustar más. Proponen una nueva fase que ha comenzado con la proposición de una idea muy diferente a la planteada en sus inicios. De una competición cerrada y elitista de un comienzo a una abierta, basada en la meritocracia y con en torno a 80 equipos involucrados que se propone ahora. Sin embargo, a pesar de que ha publicado diez puntos que aúnan los principios más importantes, en el aire quedan muchas dudas que el aficionado medio se pregunta y que en Relevo tratamos de contestar. A ver qué tal nos sale...
Entonces... ¿es posible la Superliga?
Claro que lo es. Lo tienen difícil, pero es posible. De hecho, es teóricamente imposible prohibirla como idea comercial. Sin embargo, lo que antoja prácticamente inviable a estas alturas es que coexista con la UEFA, lo que pone en grave riesgo su existencia. En los próximas semanas (entre marzo y abril) el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) determinará si el máximo organismo del fútbol europeo tiene la potestad de sancionar a los clubes promotores. Un dictamen favorable a UEFA podría suponer un golpe de gracia definitivo a la idea de Superliga. La única salida que les quedaría sería crear una sociedad al margen de las organizaciones oficiales, pero esto supondría ser sancionados del resto de torneos a nivel masculino, femenino y de cantera. Desde dentro de la Superliga aseguran que, sea cual sea el veredicto, seguirán luchando por encontrar nuevos formatos que "salven al fútbol", y mantiene muy abierta la puerta a negociar con la UEFA.
Por ahora no han recibido demasiadas buenas noticias. El informe inicial del abogado del Tribunal Europeo sonríe a UEFA, y no es lo habitual que es resto de este tribunal lleve la contraria al instructor.
¿Cuándo pretende empezar la Superliga?
Lo primero que hay que destacar es que los próximos pasos dependen de lo que dictamine el TJUE, pero desde A22 transmiten que trabajan para que la primera edición pueda disputarse a partir de la temporada 2024/2025. Esto es poco factible muchas cosas. Primero por un tema meramente burocrático. Una competición de estas características conlleva no solo el desarrollo de una idea en todos sus apartados (deportivo, económico, legal, etc…), sino también una negociación con todas las partes involucradas que no será sencilla y con la oposición de grandes organizaciones. A esto hay que sumarle que la UEFA ya ha vendido en algunos países los derechos de las ediciones de la Champions entre 2024 y 2027, por lo que habría que romper contratos o esperar a la finalización de los mismos. Sólo las indemnizaciones por esto ya harían inviable la rentabilidad del nuevo proyecto.
¿Qué se sabe del cambio de formato de la Superliga?
Desde la propia Superliga afirman que, si bien hay ideas en el aire sobre cómo quieren que sea la competición, todavía no ha habido reuniones para establecer un formato definido. Solo han confirmado que se jugará por divisiones y que habrá asegurados un total de 14 partidos por equipo por temporada. Esta es una de las críticas más recurrentes: la falta de una propuesta firme. También expresan que esto se debe a que prefieren respetar primero la decisión de los jueces del TJUE y que de momento están centrados en un proceso de diálogo con los diferentes actores del fútbol europeo.
Un aspecto en el que también se ha abierto la Superliga es la entrada de clubes históricos de ligas menores. Afirman a Relevo que no quieren perder la oportunidad de ofrecer grandes partidos, pero quieren hacer partícipes a equipos con gran trascendencia en el fútbol europeo y que, actualmente, no reciben la atención necesaria de la UEFA. Desde la organización y desde LaLiga aseguran que no es más que un engaño y que los principales beneficiados serán unos "pocos clubes ricos".
¿Cuánto se parece esta Superliga a la nueva Champions League?
Lo cierto es que tienen rasgos similares, pero a la vez tienen puntos muy diferentes. Ambas organizaciones creen que la viabilidad de la competición pasa por asegurar más partidos a los clubes participantes. Mientras que la UEFA sube de seis a 10, la Superliga asegura 14. Eso significa más recaudación por derechos de TV. Más dinero, vaya.
Los dos quieren un formato de liga en el que todos puedan enfrentarse a todos, aunque separados por divisiones. La nueva Champions ya ha confirmado que participarían 36 equipos, mientras que no se sabe la cantidad de equipos que habría por división en Superliga. Por último, ambas organizaciones valoran un formato que promueva duelos entre los mejores equipos.
Respecto a la manera de acceder, si bien la Superliga no ha entrado en detalles en su decálogo, asegura que será de forma meritocrática y a través de las ligas nacionales, por lo que no difiere mucho de la forma que ha utilizado la UEFA para la Champions.
¿Por qué los promotores no se conforman con la nueva Champions?
Porque el problema no es solo la competición, sino también la gobernanza de la misma. Los promotores creen que la UEFA se lleva gran parte del 'pastel' sin asumir ningún riesgo y piden un mejor reparto del dinero que genera la competición. Afirman que no son solo ellos quienes lo piensan, sino también muchos de los clubes con los que se han reunido. En este sentido, la ECA afirma en un duro comunicado que es "otro intento de desestabilizar el trabajo constructivo que se está llevando a cabo actualmente entre las partes interesadas reales del fútbol para avanzar".
¿Qué clubes están dentro del proyecto?
A22 huye ahora del término 'equipos permanentes'. Mete en el mismo grupo a los más de 50 clubes de 12 países con los que han hablado y que, según ellos, están a favor del cambio que proponen. Tampoco hacen referencia a la unión contractual a la que sí alegaban en los primeros meses de la Superliga. Públicamente, de los 12 clubes fundadores mantienen su apoyo Real Madrid, Barcelona y Juventus, mientras que el resto se ha distanciado o, por lo menos, se mantienen alejados del foco mediático.
El hecho es que las masas sociales del fútbol inglés, alemán y buena parte del europeo se manifestaron contra la primera idea de Superliga. De hecho Gran Bretaña llegó a legislar contra ella. Ahora, este nuevo formato huye de hablar de miembros permanentes para dar la impresión de ser mucho más abierta, pero el trabajo burocrático de blindarse contra la Superliga en varios países no será fácil (ni rápido) de deshacer.
¿Pueden ser sancionados los clubes promotores por parte de la UEFA?
De momento, no. Esto es lo que determinará el TJUE en los próximos meses. En caso de establecer que tienen ese derecho (que como hemos explicado, no tiene ninguna pinta), los promotores se exponen a multas que podrían llegar hasta la expulsión de las competiciones organizadas por la institución.
¿En qué se parece y se diferencia la Superliga de la Euroliga?
La primera propuesta de la Superliga era muy similar a la de la Euroliga de baloncesto. Una competición en la que los mejores clubes del continente se enfrenten en una competición cerrada. Sin embargo, en el último decálogo han desarrollado un formato totalmente diferente. En lo que sí se parece es en el castigo que podrían recibir: sanciones para competiciones internacionales o que dependan de la FIBA en baloncesto o de la UEFA o la FIFA en el fútbol. Por ejemplo, Real Madrid o Barcelona podrían seguir jugando en LaLiga, como sucedió en baloncesto cuando se creó la Euroliga. Pero no se puede pasar por alto que un torneo sin estos dos equipos supone una devaluación de la misma.
A ver, lo hemos intentado. La realidad es que no lo tienen demasiado claro ni ellos. Ni los detractores, ni sus impulsores. El panorama se va a aclarar mucho más en cuanto el Tribunal de Luxemburgo ponga las bases de este conflicto. Lo que sí va mucho más rápido es el debate de cómo deberían ser las competiciones internacionales en el futuro. Y ahí sí que la Superliga ha obtenido su primera victoria.