"Nuestra filosofía es morir por escuchar el himno, morir por llevar la camiseta y morir por la victoria"
Fuera ya de la presidencia de la Federación de su país, Davor Suker se considera un embajador del fútbol y pasa largas temporadas en Estados Unidos, donde se jugará el Mundial 2026.
Es casi como una obligación. España-Croacia. Hay que llamar a Davor Suker. Sí o sí. Esta vez no fue tan fácil localizarle porque, siempre aventurero, el ex del Sevilla y del Real Madrid pasa ahora largas temporadas en Estados Unidos, aunque su residencia continúe estando en su país. No es casualidad. Allí se jugará el próximo Mundial de 2026 y donde hay fútbol allá está él. La presidencia de la federación croata ya es historia. Fueron 10 años intensos "y agotadores", añade. Ahora ha cambiado el paso y a buen seguro que pronto comenzará a trabajar con el Comité Organizador mundialista y con la FIFA.
La primera llamada le pilla en el Allegiant Stadium de Las Vegas. Responde con una fotografía del marcador para ubicar su situación. El partido todavía iba empate a cero, pero al final Estados Unidos le dio un buen meneo a México (3-0) y se clasificó para la final de la Nations League de la CONCACAF. También vio el Canada-Panama. Davor, con empatía, desvía la conversación para el sábado, pero hay que tener en cuenta las nueve horas de diferencia "no me vaya a sacar de la cama a las cuatro de la mañana, que le conozco"
No me puedo creer que se vaya a perder el Croacia-España... Una final. Su final.
Puede que sea el primer enfrentamiento que me pierda entre su selección, que es también un poco la mía, y la mía de verdad. En directo desde luego no estaré, pero habrá que intentar conectarse a alguna televisión de cable, aunque realmente me queda poco tiempo libre. No paro de ver partidos, acudir a reuniones... Como me gusta decir, aunque ahora ya no estoy entre los ejecutivos de la UEFA ni de la FIFA, ni en mi Federación, siempre seré un embajador del fútbol. Un aficionado-embajador. Aunque aparezca menos, no paro. Estoy con proyectos nuevos de la MLS (Liga norteamericana), con la CONCACAF. Sí paso por aquí largas estancias. Me gusta Estados Unidos...
"Tenemos que crear talento, hacerlo crecer y venderlo. Es la única manera que tenemos de sobrevivir. No tenemos el dinero de otros países. No ingresamos ni por televisión, ni por márketing, ni por ticketing..."
Ex futbolista y ex presidente de la Federación croataHablemos de su Croacia. El gran mérito está siendo mantener una regularidad, una continuidad en el tiempo de buenos resultados, ratificadas con esta final.
Casual no puede ser desde luego. Segundos y terceros en los Mundiales y ahora esta final. El fútbol croata tiene un gran valor, cada vez tiene más valor y para nosotros es muy importante. Estamos orgullosos de que al futbolista croata se le vea con una gran humildad, pero al mismo tiempo con un gran sentido de la competitividad. Jugamos por ganar. Nuestro fútbol no tiene el dinero que puedan tener otros países. Nosotros tenemos que crear talento y hacerlo crecer para poder vender y así sacar un dinero para sobrevivir. No tenemos grandes ingresos ni de la televisión, ni del márketing, ni del tickenting. Nos queda lo que nos queda, nuestro talento. Nuestro único remedio es construir jugadores, formarlos y venderlos. Así sobrevivimos. En mi etapa en la presidencia hicimos hincapié en buscar jóvenes croatas de segunda o tercera generación que viven fuera de nuestro país. Podían ser como la otra cantera de las selecciones inferiores para después subir.
Pero desde fuera podemos pensar que, aunque parezcan eternos, los Modric, Perisic, Vida... se van agotando. Kovacic y Brozovic también están en la treintena; Rakitic se fue.
Hay, hay jóvenes detrás. No tenemos miedo a que el fútbol croata se pueda acabar tras esta generación de jugadores. Por supuesto que sabemos que es difícil que salga un Modric, un Balón de Oro que está entre los mejores del mundo durante muchos años, pero tenemos jóvenes que ganan en experiencia y ya están en la selección. Los vimos contra Países Bajos y faltaba Gvardiol. Sabemos que Modric un día parará, pero no tenemos que obsesionarnos con eso. Nuestras minas no se agotan. Sabemos dónde tenemos que encontrar, producir y colocar un buen equipo. Nuestra filosofía es morir por llevar nuestra camiseta, morir por escuchar el himno y morir en el terreno de juego en busca de la victoria. Es nuestra genética, no solo en el fútbol, sino en todos los deporte. Y es lo que a nuestros aficionados les encanta.
Me confesaba hace unas semanas que pasó por Madrid, que los diez años en la federación croata fueron agotadores, pero que estaba muy orgulloso del trabajo realizado, sobre todo con las escuelas y los niños que fueron a buscar fuera de las grandes ciudades.
No hace mucho se lo decía a una delegación china con la que me reuní. Les decía que ellos trabajaran en Beijing, en Shanghai... y que a mí me dejaran los campos. Siempre voy a sacar yo más jóvenes jugadores de ahí que las grandes ciudades. Ser presidente en una federación como la croata no es fácil, sobre todo por el asunto económico. Es un desafío constante. No paras de viajar, de buscar. Para mí era una gran responsabilidad e intenté hacerlo lo mejor que pude. No teníamos recursos. Intentamos, desde el primer día, aportar lo que conocíamos del fútbol, de los vestuarios, de lo que sabíamos de verdad. Han sido diez años también con la UEFA, codo con codo con Ceferin, que es un gran trabajador. Solo los que no lo conocen pueden decir lo contrario. Es un gran presidente y estoy orgulloso de trabajar a su lado. Lo más importante es que creo que la escuela croata es ya reconocida internacionalmente y lo seguirá siendo en los próximos años.
"Déjennos este título para nosotros. Ustedes ya tienen muchos y Croacia se merece ya un título. Espero que Modric, que también es un poco vuestro, nos guíe a la victoria"
Ex futbolista y ex presidente de la Federación croataAunque a lo peor no lo pueda ver, ¿cómo se imagina que va a ser el España-Croacia de este domingo?
Igualado, como siempre ha sido en los últimos años. Ustedes han ganado más que nosotros, por eso pienso que esta vez nos toca a nosotros. Nos falta un título. Tenemos un segundo, un tercero... Ustedes ya ganaron el Mundial, dos Eurocopas, déjennos algo que nos lo merecemos ya. Nuestro palmarés necesita ya un título. Os respetamos, pero ojalá que nuestro Modric, que también es un poco vuestro, nos lleve a la victoria. Él también se lo merece por el esfuerzo que está haciendo.
El seleccionador, Zlatko Dalic, fue un invento suyo... Le puso al frente del equipo sin tener un gran palmarés, ni como jugador ni como técnico. Era medio desconocido.
En nuestro país si era conocido y reconocido. El mérito es suyo, no mío. Yo simplemente sabía de sus conocimientos. Su experiencia en el mundo del fútbol era larga, aunque no hubiera estado en ningún gran club ni en ningún gran campeonato. Nunca le importó dejar su casa y marcharse a entrenar fuera, a Albania, a los Emiratos, a Arabia... Llegó diciendo que si no se clasificaba para el Mundial de Rusia se iría, pero se clasificó y no hubo que convencerle. Es un técnico capacitado para entrenar a cualquiera de los mejores equipos del mundo y en cualquier liga.
¿Le aconsejaría a Modric que siguiera otro año en el Real Madrid y después, si quiere, ya se vaya a Arabia?
Modric sabe lo que tiene que hacer mejor que nadie. Que la decisión la tome él y creo que sabe que lo mejor es que se quede otro año en el Madrid. Le gusta Madrid, le gusta el club y vive bien en España. Yo creo que le queda otro buen año de fútbol. Ahí están las estadísticas. Siempre digo que son las madres de todos los cuentos y las de Luka son extraordinarias. El fútbol actual es un fútbol total y él sabe hacer todo lo que se tiene que hacer: defender, sabe crear en el centro del campo y le gusta llegar. Es el mejor jugador de nuestra historia.
Usted cuando su carrera tocaba a su fin pudo volver al Sevilla y no lo hizo.
Y me arrepentí con el tiempo. Venía de jugar en las tres grandes ligas. En España, en la Premier, en el Arsenal con Wenger con una gran experiencia y en el West Ham, y después en la Bundesliga con el Munich 1860. Podía haber vuelto, pero tenía que ser consecuente con mi carrera. No podía estar sin entrenarme de lunes a viernes para jugar el domingo. Jugar es fácil, pero entrenarse no es fácil. Detrás de mi carrera había unas estadísticas y no las podía traicionar. Lo podría haber hecho, pero no lo consideré oportuno, aunque luego me arrepintiera.
Para ser un hombre con tanta iniciativa y afán de aventura, ¿por qué no quiso ser nunca entrenador?
Porque después de 20 años como profesional, viviendo siempre en una zona militar, con entrenamientos, partidos, viajes, un mes escaso sin trabajo... lo que no puede hacer uno es meterse en un banquillo, que sería y es más de lo mismo. Siempre tuve claro que no quería ser entrenador. A los jugadores, cuando se retiran, siempre les aconsejo que se tomen un año o dos sabáticos. No pasa nada si no hay fútbol al día siguiente. Descansas, te planteas tu futuro, piensas y decides. Yo paré cuatro años. Pensé cuatro años... muchos, quizás, pero me puse con mis escuelas de fútbol y luego no me importó ponerme la corbata y el traje para ser directivo, en este caso, presidente. Me llamó mucho más la atención esa posibilidad de trabajar en el despacho que en el banquillo. La mejor etapa del fútbol es la de futbolista. Es cuando disfrutas, haces lo que quieres. Y por eso siempre me gustó estar rodeado de jugadores. Como presidente de la federación, lo estaba. Cuando bajaba al vestuario me veía con el pantalón corto...
"En las diez u once últimas finales de la Champions siempre hubo un jugador croata y casi siempre en el equipo campeón. Es una de las razones por las que los clubes grandes quieren jugadores nuestros"
Ex futbolista y ex presidente de la Federación croataDespués del último partido de Croacia contra Países Bajos, todos volvimos a estar impresionados con el gen competitivo y ganador de sus compatriotas. ¿De dónde sale esa genética?
En mi época de jugador ya pasaba como ahora. Nos teníamos que ir fuera a competir. Salíamos muy jóvenes del país, Prosinecki, Boban, yo... El futbolista croata siempre se adaptó muy bien a las circunstancias de donde íbamos. El mejor ejemplo de todos es Modric, del que ya hemos hablado. Nuestro valor es universal, único. Todos los clubes y todos los aficionados están contentos de tener un jugador croata en su equipo. Por ejemplo, en las últimas diez u once finales de la Champions siempre hubo un croata sobre el campo y casi siempre, no siempre, en el equipo campeón. Esta temporada estaba Brozovic en el Inter, que perdió, pero en 2022 estaba Modric en el Real Madrid. En 2021, Kovacic en el Chelsea. En la anterior, Perisic en el Bayern. En el 2019, Lovren en el Liverpool., Modric, otra vez, en las de 2016, 2017 y 2018; Rakitic en la del Barça del 2015; Modric, en la de 2014; Mandzukic con el Bayern en 2013; Olic también con el Bayern en 2012…