Oriol Romeu, para Frenkie De Jong: así busca Xavi para darle las llaves al neerlandés
La llegada de Romeu le da a Xavi la fórmula para potenciar al ex del Ajax.

Saber interpretar la naturaleza futbolística de Frenkie De Jong ha sido (y sigue siendo) uno de los grandes problemas del FC Barcelona desde que el rubio aterrizase hace cinco veranos en la ciudad condal. Hijo de un Ajax irreplicable, en fondo y forma, y de un Barça diezmado y en plena caída, el neerlandés ha jugado de todo y para todos, dando la sensación de que su potencial seguía intacto en algún sitio inalcanzable. A pocas cosas le ha prestado Xavi Hernández más atención que a la conjunción de su juego en su idea. Y Oriol Romeu llega para darle más sentido.
De Jong necesita jugar en la base de la jugada, allí donde un jugador puede participar muchas veces, pero no es mediocentro. Le gusta venir a recibir entre centrales o recogerla directamente de ellos pero no es pivote. Frenkie, que necesita intervenir cien veces para poder reconocerse, no puede estar solo en la base sin que nadie le compense, pues el equipo termina por desnaturalizarse. Para que las piezas estén en su sitio y Pedri y Gündogan puedan jugar en campo rival, De Jong necesita a alguien que le permita moverse en ambos ejes: vertical y horizontal.
Aquí entra en escena Oriol Romeu. El de Ulldecona es un mediocentro totalmente flexible, capaz de asimilar con naturalidad distintas propuestas de juego y de asumir los diferentes momentos que plantean los partidos. Entiende sus limitaciones y su principal función en un centro del campo en el que todos son más talentosos que él será la de permitir que cada actor se exprese libremente; Romeu tendrá la difícil tarea de ser el apuntador en una función polifónica con Frenkie como eje en los primeros pases. Sucede que Romeu es un mediocentro atípico en este Barça, uno a medias: con pelota se le vio asumir un rol de jugador satélite.
El movimiento de Romeu depende del de Frenkie de Jong. Al ser un jugador menos creativo y que va a exigir menos situaciones con balón que el resto, De Jong lo puede usar como trampolín, dando rienda suelta a su necesidad de estar permanentemente conectado con el cuero. Eso permitió verle muy activo ante el Real Madrid, siendo el primer receptor en la base y progresando por todo el ancho del campo, ayudando a su equipo a salir de situaciones de inferioridad.
Ante el Real Madrid, los mejores minutos de los azulgrana siempre tuvieron el mismo denominador común: De Jong acercándose a la pelota como si fuese un imán. Esto no tiene por qué ser positivo per se, pero en escenarios de dudas y en los que el rival exige mucho con su presión y desgaste físico, sí termina siendo una solución al transformar las dudas y la rigidez del resto en movilidad y mayor dinamismo.
En un partido de centrocampistas, Frenkie fue el de más impacto con balón. De entre los ocho titulares, el que más situaciones generó a partir de retenciones y conducciones casi siempre verticales. Para el neerlandés, Romeu es un perfecto contrapunto, alguien que mantiene siempre la distancia correcta para que el invento no se caiga, y a falta de muchas más pruebas, retos y exigencias, parece que la base de la jugada ya tiene a sus dos futbolistas para repartírsela y permitir que Pedri, Gündogan y Gavi estén más cerca del último pase que del primero.