Óscar Mayo, el galáctico que deja LaLiga por el Atlético: "Igual alguna vez se me subió la fama y mucha gente pensó éste es un gilipollas"
Pasa del staff de la patronal al Metropolitano: "Me parezco a Tebas en la mala leche; te lleva con la lengua fuera, pero aprendí mucho".

Óscar Mayo (Segovia, 1989) abandona LaLiga voluntariamente después de siete brillantes años en su staff. Aunque más de uno piensa que en realidad se marcha para airearse y volver pronto -los clubes le valoran mucho y Tebas estaría ante su último mandato-, lo cierto es que ha firmado con el Atlético de Madrid, el club de su alma, donde será el director general de Negocio y Operaciones con máxima responsabilidad en la parte no deportiva, que va desde las áreas de Marketing, Patrocinios e Internacional hasta la Ciudad del Ocio.
Su fichaje, elevado a la categoría de galáctico por los que conocen bien la industria del deporte, no le ha hecho levitar. De hecho, recibe a Relevo en la sede de la patronal vestido de sport, sin negociar temas como a veces intentan los responsables de alta dirección y sin límites de tiempo, por lo que la conversación fluye y se puede dividir claramente, en su transcripción, en dos partes: su paso por LaLiga, reflejado en esta primera entrega, y sus planes en el Atleti, sobre los que girará la segunda.
Puede que seas el gran fichaje del mercado de invierno. ¿Por qué dejas LaLiga y has aceptado la propuesta del Atlético?
Responde a una reflexión personal y familiar. Han sido siete años muy intensos en LaLiga. Muy, muy intensos, donde he disfrutado y he sido tremendamente feliz. También hemos sufrido en muchos momentos. Y después de este último año, con la llegada de EA Sports, los nuevos grafismos audiovisuales y contenidos, todo el proyecto de Netflix, el cambio de marca y de valores, sentía que era un buen momento para hacer otra cosa. Y vino la oportunidad de Atlético Una propuesta en mi ciudad, en mi club, con un proyecto de futuro increíble.
Los presidentes de los clubes profesionales consideran que haces un roto a LaLiga.
Bueno… Era un momento ideal. Con el término de las elecciones le dije a Javier Tebas que rehiciera su equipo para los próximos cuatro años. En verano me senté con mi mujer y mi familia y decidimos que, con mucha ilusión pero con mucha pena, tenía que decirlo. En estas posiciones, y algunos ejemplos hemos visto, es un éxito ser tú el que eliges cuándo terminas. Doy las gracias a todo el mundo: a empleados, al presidente, a los clubes, a los medios... Irme así, eligiéndolo yo, ya es un éxito en sí.
¿Ha sido una negociación tan larga y dura como la que hay en marcha entre Mbappé y el Madrid o fue algo más sencillo?
Ha sido sencillo. A mí me hacía muchísima ilusión. Obviamente tenía que confirmar el nivel, no de ambición, porque el club ha crecido en los últimos años, sino de los proyectos del Atlético a los que yo iba. Quería asegurarme que estábamos hablando de lo mismo, de que había un entendimiento común. Y eso nos ha llevado unas conversaciones de unas semanas, meses. No ha sido complicado.
¿Cuándo se produjeron los primeros contactos?
Las primeras conversaciones en las que yo hablo con Tebas, porque él y yo siempre hemos sido transparentes en esto, en las que le digo 'ha habido esto y no creo que vaya', fueron después del Gran Premio de Fórmula 1 de Miami [marzo-mayo]. Allí viajo con mi mujer y mis hijos y estoy con Miguel Ángel [Gil Marín] y sus socios. Y ahí avanza todo. Se habla de la posibilidad a medio plazo, no en concreto. Y luego fue en verano cuando ya sí, de forma decidida, se avanza. Así que en septiembre es cuando hablo con Javier y lo cerramos. Queríamos hacerlo todo bien y con tiempo. Yo quería avisar en mi actual casa con cuatro o cinco meses de antelación. Todo cuadró.
¿Al principio de verdad pensabas que no te ibas a ir?
He tenido muchas ofertas en estos años de fuera de España, la verdad. Algunas veces quieres pensar que las quieres escuchar, pero en tu interior sabes que no te ibas a ir. En ésta, por ser dónde era, en mi interior sí sabía que era un buen momento y que era la decisión correcta.
¿Te costó decidirte o te quedaste noches en vela pensando?
Siempre le das vueltas, pues son decisiones de vida y porque en LaLiga soy muy, muy feliz y tenía un sentimiento de responsabilidad muy grande con el proyecto, con Javier, con los clubes, con CVC... Vine a LaLiga hace siete años dejando mi trabajo y sin tener garantizado que aquí tenía un puesto.
"Vine a LaLiga hace siete años dejando mi trabajo y sin tener garantizado que aquí tenía un puesto. Mi madre me dijo que estaba loco"
¿Cómo?
Como te digo. Nos metieron a todos los candidatos para el proyecto Global Network en el que empecé en un hotel y de los 60 que éramos al final, salíamos 30. Renuncié a mi trabajo, porque era una de las condiciones que te ponían, y mi madre me decía que estaba loco. Estaba convencido de que saldría bien.
Cuesta trabajar en un lugar sabiendo que te vas a otro. ¿Cómo te has organizado durante este tiempo?
No es fácil. Sobre todo emocionalmente. Estás deseando irte a tu nuevo proyecto, pero sigues con un sentimiento de responsabilidad muy grande porque LaLiga son más de 10 sociedades, y entre todas hay 1.000 empleados y más de 2.100 millones de euros de facturación. Siempre hay temas abiertos y esa responsabilidad no es sencilla. La semana pasada tuvimos la comida de Navidad y la gente tuvo gestos muy bonitos de cariño conmigo. Te da pena, pero por otro lado piensas 'mejor esto a que no digan: ya se va éste'. Estoy contento de cómo lo hemos hecho y hemos preparado la transición.
¿Qué tienes de especial para que todo el mundo diga que eres un galáctico?
Yo no soy un tipo muy marketiniano. He intentado rodearme de gente que es muy buena en eso y les he escuchado mucho. Donde sí creo que soy bueno es en hacer que las cosas pasen y en que tengo mucha capacidad de trabajo. Tengo la habilidad de alinear intereses para avanzar y hacer que las cosas pasen. Mi único secreto, que es el más sencillo, es que trabajo mucho. Mi mujer está hasta las narices.
¿Cómo se ha tomado Tebas tu salida?
Le mencioné en marzo que había esta opción. Siempre hemos compartido todo. A Javier también le llegan muchísimas oportunidades. Todavía recuerdo la de Italia...
Hay quien dice que no existió ese interés de la Serie A por ficharle…
Pues lo hubo. Cuando le llamaron de Italia fue por una reunión que yo provoqué con un presidente de un club. La hicimos en el Arahy de la Calle Alcalá, el restaurante al que se fue Rajoy a comer el día de su dimisión. Y después, al salir, le dijo en broma 'tú te tienes que venir a Italia, Javier'. Ahí empezó todo. Nos vimos por un tema de la anterior reforma de Champions, de los problemas que surgían, porque era un importante presidente italiano. Y luego empezó a salir ese interés en medios y a llamar todo el mundo. Y era verdad. Por eso, respondiendo a tu pregunta, le dije lo mío hace muchos meses porque nos contamos todo. Pero formalmente se lo comunico el lunes después del fallecimiento de Pepe Domingo Castaño, el 18 de septiembre. Le digo que lo he hablado en casa y que, si se materializan las conversaciones, cogería el cargo.
¿Y...?
Javier ha sido siempre un señor conmigo. Hemos tenido discusiones y hemos compartido puntos de vista diferentes, pero hemos trabajado muy bien de la mano estos últimos siete años. Lo entendió.
Si eres verdaderamente bueno, lo suyo es recibir una contraoferta que te haga dudar. ¿Ha sido el caso?
Siempre sale el 'oye, pues podemos hacer algo…'. Yo dije que no venía aquí a negociar, y menos con un club de LaLiga. Era una decisión meditada y personal. De hecho, no hablamos de nada económico. Y a partir de ahí pues empezamos a pensar, junto con Javier Gómez [director general corporativo], cuál iba a ser el futuro de la futura estructura de LaLiga y los momentos de la comunicación. Otra vez, con otra oferta, lo comuniqué y al final no la acepté y me quedé. En mi interior sabía que no me quería ir pero, por responsabilidad familiar, tenía que escuchar. En este caso no he dado pie a la conversación; era una decisión meditada. No venía aquí a hablar y decir 'si me mejoras, me quedo'. Me apetecía irme y así lo he dicho, mirando a la gente a la cara.
"Mi único secreto, que es el más sencillo, es que trabajo mucho. Mi mujer está hasta las narices"
Normalmente, los presidentes de LaLiga llegan al puesto desde la vicepresidencia y puede que Tebas esté ante sus últimos cuatro años al frente. ¿No crees que podrías haber sido su sucesor?
Eh... Buff... LaLiga es una institución que me encanta pero es que me voy a un proyecto que me ilusiona muchísimo. Me han dicho a veces 'te vas para volver'. Me voy al proyecto que me voy, y el futuro ya veremos. No estoy pensando en eso ni se me pasa por la cabeza. El día que salí, dimitía Javier y pensaba 'a lo mejor esto no lo puedo decir', pero ahora, sí: no hay mejor candidato y no existe mejor profesional posible actualmente que Javier Tebas para presidir LaLiga. Y eso lo saben los clubes. Por eso tiene el apoyo que tiene. Esta casa es muy compleja y hablamos de un negocio muy grande, global, con un ecosistema complejo de compañías alrededor. Además hay mucha política, nos afecta la Ley el Deporte, hay miles de injerencias con la Federación, con gente intentando influir en cambiar las leyes...
"¿Futuro presidente de LaLiga? Eh... Buff... Es una institución que me encanta pero me voy al proyecto que me voy, y en el futuro ya veremos"
¿Más allá de la capacidad de trabajo, en qué te pareces más a Tebas?
En la mala leche... [risas] No, no, no lo sé. Más que en parecerme, he aprendido mucho de Javier en pensar siempre qué es lo correcto. En mirar un poco más allá. Ha habido momentos en los que ni siquiera ves cómo van a resolverse las cosas, y con momentos muy complicados como el coronavirus o el Caso Fuenlabrada, y Javier sí sabe mirar un poco más allá. La industria es muy bonita, muy chula porque todo el mundo habla de ella, pero cuando hablan también de los problemas… Hay que saber mantener la concentración y pensar qué es lo correcto. Es lo que más valoro a él.
Te iba a preguntar en qué te diferencias de él, pero prefiero reformular para que me contestes de forma más concreta: ¿qué tiene Tebas qué tú no lo poseas y te gustaría?
Él es muy estratégico, muy estratégico. Muy, muy, muy, muy estratégico. Y esa capacidad de ver lo que está pasando detrás es realmente brillante y me gustaría tenerla. Él entiende muy bien las situaciones, hasta viéndolas con distancia, pero las ve. Y entiende los pasos a seguir.
¿Consideras que habías tocado techo en LaLiga?
No, porque es un sitio donde pasan tantas cosas que siempre tienes nuevos retos. La gente se reía de mí porque decía 'esto me apasiona' con el cambio de marca o la joint venture en Estados Unidos. Me motivo fácilmente con todo. Me encanta mi trabajo y esta es una compañía donde pasan siempre muchas cosas, y además es una compañía en pleno crecimiento y transformadora. No había tocado techo.
Decías antes que también ha habido muchos problemas por el camino en estos siete años en LaLiga. ¿No te da pena irte ahora que la batalla con la Federación parece que ha llegado a su fin sin Rubiales?
Hemos vivido años muy complicados, porque se entendía por normal lo que no era normal, que era el continuo conflicto y los palos en la rueda. Podíamos haber trabajado juntos para hacer esto aún más grande, la marca España y la industria, que supone dinero para el resto de deportes, y no se ha hecho. Me voy aliviado y sin tristeza porque sé que uno de los problemas más grandes que había, pues antes te decía que me podía mucho el sentimiento de responsabilidad, parece que va mucho mejor y hay más sentido común.
¿Con qué te quedas de todo lo que has podido aportar en estos años en la patronal?
Te tengo que decir tres cosas. El día del acuerdo de Estados Unidos, que yo creo que era un tema innovador en el mercado y estuve muy feliz porque lo lideré y fue algo disruptivo; y la firma con ESPN, con Disney, que era el siguiente paso a ese. Luego está todo lo relacionado con el COVID, que divido en dos: el día que Pedro Sánchez anunció la vuelta de LaLiga y el día del derbi sevillano en el que regresó el fútbol en España. Esos meses fueron de auténtico miedo. Y, además, está el acuerdo con CVC.
"Estoy especialmente orgulloso del día que Pedro Sánchez anunció la vuelta de LaLiga y el día del derbi sevillano que regresó el fútbol en España. Esos meses de pandemia fueron de auténtico miedo"
Si tuvieras un minuto para resumir con datos estos siete años, ¿qué destacarías?
Cuando entré éramos poco más de 100 empleados y ahora somos más de 900. En la parte comercial e internacional teníamos las oficinas como inversiones; es decir, ninguna generaba beneficios porque entendíamos que era como tenía que crecer LaLiga. Hoy todas generan beneficios con más de 20 millones de euros que nos traemos. Facturábamos en ingresos comerciales unos 50 millones y la gran parte aquí en España. Este año nos vamos a ir por encima de los 220. Y teníamos un pool de partners con una parte comercial bastante tradicional y hoy tienes las mejores marcas del mundo a nivel global asociadas a la competición. Y te hablo de Microsoft, Puma, por supuesto EA Sports, Verizon en Estados Unidos. Son grandes compañías a nivel global que deciden asociarse a LaLiga. Y luego todo el pool de patrocinadores regionales, que nos ayudan a activar la compañía en cada uno de los países.
Creo que se te ha olvidado una cosa, porque los presidentes de los clubes valoran mucho lo que hiciste en pandemia. ¿Cómo se puede explicar lo que sucedió?
Fueron semanas muy duras. Había que gestionar la compañía y había muchos nervios, también gestionar la vuelta a la competición y, además, gestionar todos los problemas o las negociaciones con todos los broadcasters, más de 85 países diferentes y con todos los patrocinadores. No había competición y te habían pagado o te iban a pagar. Vimos cómo Serie A canceló y perdió un 15% aproximadamente de ingresos, la Ligue1 casi un 40%... Nosotros sólo perdimos algo menos del 3% de los ingresos audiovisuales. Y en ingresos comerciales, incluso en pandemia, seguimos creciendo. El día que Pedro Sánchez salió y dijo que volvía a LaLiga y el día del Betis-Sevilla son de las cosas que más orgullosos nos sentimos. Es uno de esos momentos que te decía antes de no saber cómo va a acabar, pero fuimos día a día trabajando en lo que estábamos convencidos y en lo que Javier veía cómo iba a acabar. Fuimos tractores de la vuelta del deporte a nivel mundial, no solo en España. Fuimos los que marcamos la pauta con una colaboración muy buena con el CSD hasta que llegó todo lo del Fuenlabrada. Aquello fue un tanto cruel después de muchos meses de trabajo, e injusto para con LaLiga y para con Javier.

Quiero preguntarte por algunas cuestiones más personales porque tu caso puede ser motivador para esa gente joven que está muy frustrada por cómo está el mercado laboral. Tú entras en LaLiga con 26 años. Cuéntanos cómo, porque no naciste siendo director general.
Terminé la universidad y yo había trabajado para un grupo universitario americano en el departamento de marketing, aunque estudié Ciencias del Deporte y Educación. Luego, a través de un headhunter, me fui con un fondo de inversión a gestionar centros deportivos y luego vine a España, aquí a Madrid, a otro proyecto. Acababa de llegar, a un proyecto de una startup brasileña del mundo del deporte que ahora ha crecido bastante y en el primer viaje tenía equipo en Madrid, Barcelona y Portugal. Entonces vi en Expansión la convocatoria de Global Network donde aplicábamos 16.000 personas para un proyecto que se integraría en LaLiga para apoyar en su expansión internacional.
¡16.000!
Sí. Y ese día yo pensé, 'qué poco voy a durar en este trabajo nuevo que he empezado'. Era mi primer día y empecé a preparar muy bien aquellas pruebas. Cuando vi la oferta sabía que era lo que quería. Había estudiado deporte y me gustaba el negocio y me apasionaba el fútbol. Tenía 26 años y sabía que era un puesto para mí. Había trabajado en Estados Unidos, había tenido experiencias en la Universidad de California, en Nueva York, había trabajado en China, en México, me había formado también internacionalmente en la industria del deporte y preparé muy bien esa candidatura. Quedamos unos 200. Recuerdo que nos citaron en el Vicente Calderón y luego quedamos 60, que teníamos que renunciar a nuestro puesto de trabajo y nos metían en un hotel entre 60 y 90 días. Así lo hice y allí empezamos.
Pues al haberte seleccionado, te tendrías que haber ido de delegado de LaLiga al extranjero. ¿Qué pasó para no dar ese paso?
En teoría era así. Me iba a Francia porque luego, por ranking, elegías antes el país o no. Y hubo un día que me dijeron 'oye, existe una opción dentro del gabinete de LaLiga, Javier Tebas va a crear el gabinete de presidencia'. Yo sabía que las cosas pasaban en Madrid. Fuera ayudabas a que creciera todo, pero las cosas pasaban en Madrid. Y acepté y empecé ahí. Luego salió Vicente Casado, el director Internacional, y Javier me propuso coger ese puesto y lo combinaba con el gabinete de presidencia, pero ya asumía toda la expansión internacional. Luego llegó la dirección de Negocio, después juntamos Negocio y Dirección Internacional, y desde hace casi tres años pasé a la dirección general ejecutiva.
Me han contado varios compañeros tuyos que destacaste desde el primer día en las formaciones del programa 'Global Network' y que llamaste la atención con una pregunta sesuda sobre los derechos audiovisuales. ¿En qué momento empieza un joven como tú a interesarse más por la industria que por lo puramente futbolístico?
Estudié Gestión Deportiva y luego di clases de Sports Marketing en la Universidad de California con 24 años. Siempre me ha apasionado esto. Había leído muchísimo. Era un tema que me encantaba. Tenía muchas inquietudes.
Conocemos bastante de tus últimos años, ¿pero cómo eras y qué hiciste en la vida hasta entonces? Te visualizo sacando siempre matrícula de honor, de delegado de clase y siendo un líder...
En el instituto no, era un tío normal. Jugaba al fútbol y luego al futbol sala en el Caja Segovia. Entonces iba a jugar todos los días. Era un vividor. O sea, me gustaba, pero era responsable los días que jugaba y ya. Y ahí iba bien, pues sacaba sietes, ochos y demás. Y mi padre siempre me decía 'vaya hostia te vas a dar en la universidad', porque siempre iba tranquilo. Luego hice, en primer lugar, Ingeniería de Gestión Aeronáutica y Escuela de Pilotos, y no me gustaba. Y me cambié a Ciencias del Deporte y a Magisterio. Hacía una carrera por la mañana y otra por la tarde. Y ahí disfruté muchísimo.
No es lo normal.
Ahí sí que me fue muy bien. Saqué muchísimas matrículas de honor porque me encantaba. Me estudiaba todo de la parte del derecho deportivo, la Ley del Deporte, de Fisiología, de entrenamiento, de marketing. Y ahí disfruté mucho. Y gracias a eso la universidad me ofreció quedarme en marketing, que no tenía nada que ver con el deporte. Aprendí los primeros años con una jefa muy buena que tuve, Estíbaliz. Aprendí mucho de negocio. Muchísimo. Porque era una universidad americana. En realidad era europea, pero pertenecía a un grupo americano con una mentalidad muy, muy de negocio. Y además el presidente venía de Unilever, traía métodos muy americanos de gestión y avancé muchísimo. Luego tuve la oportunidad de irme fuera a la Universidad de California, a Riverside, a Connecticut y vi ese lado de la industria del deporte también, que es siempre lo que me ha gustado.
De aquel Óscar al actual, ¿dónde crees que has mejorado más?
Siempre piensas cómo respondías a situaciones hace un año y cómo lo haces ahora, y esa sensación no quiero dejarla de tener nunca. Aunque te avergüences. Dices, '¿cómo podías pensar esto?'. Pero eso quiere decir que ahora has crecido y lo ves desde otra óptica. Mira, te cuento un detalle del que me acuerdo mucho...
Adelante. Eso es lo que busco: detalles.
En el segundo año, cuando se monta la mundial con el partido de Miami. Ya ves, un partido y eso que iban en chárter, llevábamos a aficionados un fin de semana, exportábamos LaLiga a Estados Unidos... Pues esa vez, que además teníamos una amenaza de huelga de los jugadores encima de la mesa y empezó a salir esa crisis en la portada de Marca por un partido, pensaba 'joder, a ver si le va a costar el puesto a Javier...'. Y entré a su despacho y se lo dije: 'Oye, Javier, que si esto se está poniendo muy complicado, pues yo qué sé, me echáis y ya está, dices que yo soy el responsable y punto'. Y Javier me dijo 'anda, anda…'. Acababa de llegar Rubiales y decía 'con este vamos a tener líos de estos todos los días'. Y eso ahora lo pienso y me hace gracia. Ésa es la sensación de crecer y de ver las cosas desde otra manera.
"Con el partido de Miami se lio la mundial y llegué a decirle a Tebas: 'Oye, si esto se está poniendo muy complicado, pues me echáis y ya está, dices que yo soy el responsable y punto'. Ahora me hace gracia"
Desde el gabinete de presidencia y el dominio del mercado internacional pasaste a director general. ¿Cuál ha sido tu mayor fortaleza para ocupar ese puesto tan importante?
Me he sabido entender con Javier y he sabido ayudar a la organización a que salgan las cosas. Y, además, he sabido rodearme de un equipo brillante.
También habrá gente veterana, igual de formada que tú o incluso más, que a lo mejor no le ha sentado tan bien que alguien insultántemente joven progrese más rápido que ellos. ¿Has vivido celos internamente?
No. Lo que he vivido es la calma de saber que eso se demuestra con trabajo y ayudándoles. Eso es normal. Yo llevaba el marketing de facultades con 22 años, con decanos y rectores con tesis doctorales que tenían 50, 60 años y tenía que colaborar con ellos. Fui a dirigir un centro deportivo dirigiendo a 150 personas. Todas mayores que yo. Di clase en la Universidad de California en su MBA en Sports Management y tenía 24 años. Toda la clase era mayor que yo. Y aquí, cuando me nombraron director internacional, tenía 27 años y todos mis reportes eran mayores que yo. Iba a decir que cobraban más que yo. También, porque era lo normal. No podía volverme loco. Y es lo que siempre he entendido, y como todavía soy joven es lo que quiero seguir entendiendo: esto lo demuestras con trabajo y en el día a día. Demostrándoles, después te van a ayudar y te ganas su respeto.
¿Tus colegas siguen siendo los de siempre? ¿O al dar también un salto profesional has pasado a un estrato social diferente?
No. Tengo mis grandes amigos de siempre. Mi grupo. Obviamente, tu vida cambia. Ahora, por ejemplo, hago mucha vida con mis vecinos, que somos muy amigos. Y cuando vivía en mi pueblo no los conocía. Tienes otro grupo de amigos, pero no por mi situación, sino porque tu vida va cambiando. Pero mi grupo de amigos de Madrid es el mismo desde que llegué, el de la universidad y el del fútbol. Eso no ha cambiado. Nos vemos. No todo lo que querríamos, pero hablamos todas las semanas, vamos al fútbol juntos, quedamos. Les veré 12 o 15 veces al año. Cuando voy al pueblo, tengo mis amigos y ahora, en Navidad, siempre quedamos. Si le preguntas a mi madre, te dice que no voy todo lo que tendría que ir. Lo que no ha cambiado es que quedo con la gente que me gusta quedar. A mi me dicen de cenar con x, y o z y tiene que ser porque me apetece a nivel personal. Si no, no. No voy a galas, no voy a eventos, no voy a nada. Pero porque prefiero estar en mi casa con mis vecinos tomándome una cerveza. Me siento incómodo en esos entornos sociales.
Todos tenemos colegas de tu edad (34-35 años) con trabajos más modestos y, claro, prefieren ir al McDonald's que a un estrella Michelín. Tú has ido progresando profesionalmente mucho, y supongo que salarialmente también, por lo que se pueden dar situaciones curiosas al vivir a otro nivel. ¿Cómo lo viven tus colegas?
Para mí el dinero no es importante. Yo primo el disfrutar con quien quiero disfrutar y tomarme diez cervezas con mi gente que ir a un sitio u otro. Obviamente, las capacidades económicas pues te hacen que te permitas viajes que yo antes no me podía permitir, o experiencias que antes no podías tener.
¿Se te ha subido alguna vez la fama y tu puesto a la cabeza?
Seguramente sí. Y seguramente mucha gente haya pensado 'éste es un gilipollas'. Seguro. Yo hacía un ejercicio y lo compartía con el equipo de Global Network con el que entré a LaLiga. Siempre, cuando hay problemas, y dices 'que injusto'. O 'Javier me aprieta con esto o con lo otro'. O 'tengo un problema con este partido…'. Siempre pienso lo mismo. Todos nos frustramos, pero si hace unos años, cuando estaba en el proceso de selección, me llegan a decir que iba a tener estos problema, diría que soy un privilegiado. Bendito problema. Esa sensación he intentado no olvidarla nunca.
Otra sensación que nunca olvidarás será el tiempo que te has relacionado con un jefe que está funcionando desde las 5:00 de la mañana. ¿Cómo has llevado ese trato con Tebas?
Yo siempre he madrugado mucho también, pero aquí di con Javier y... Nos hemos entendido bien. Manejamos unos slots similares. Yo me levanto a las cuatro y media, cinco menos cuarto como mucho, y Javier lo hace a las cinco. Ahí es un momento donde aprovecho y hablo con China, Singapur, pero también hablo mucho con él. Los sábados y domingos lo solemos hacer a las seis de la mañana. Habrán sido cientos de días en los que he hablado con Javier a esa hora. Pero muchísimos. Repasamos informes, comentamos ideas, tomamos apuntes, nos preguntamos cosas…
¿Le seguías el ritmo?
Es jodido. Tiene un ritmo muy grande. Yo considero que tengo buen ritmo, pero él te lleva con la lengua afuera. Mira, la primera reunión que tuve con él dijo 'a mí lo que vayáis viendo sobre información de mercado, enviádmela'. Y le dije 'tengo una pregunta: ¿cuánto te podemos molestar?'. A lo que me respondió: 'No ha habido aún nadie al que le haya tenido que decir que frene'. Y yo pensé, 'seguro que luego nos dice que no le mandemos tantos informes'. Y al año confirmé que el tío lo lee todo.
Hay futbolistas que dicen de Emery o Marcelino que son los mejores entrenadores, pero cuando acaba la temporada no quieren verlos ni en pintura. ¿Te pasa a ti con él?
No sé si es un caso que puede pasar. En mi caso, no. He tenido un sentido de respeto y el apoyo de Javier siempre. Es una persona que te gana en las distancias cortas. Aunque el otro día Juanma Castaño [director de 'El Partidazo' de Cope] me dijo 'bueno, yo le he tenido en distancias cortas y…' [risas]. Javier me ha respetado, me ha dado espacio, me ha apoyado en los momentos que hemos sufrido. Las hemos pasado canutas y también hemos tenido buenos éxitos. Sí te digo algo: me acuerdo después del primer tender de televisión, que crecimos más de un 15% en España y lo celebraremos un poco, y en el Comité de Dirección del día siguiente dijo que sólo teníamos cuatro años y muchos retos por delante y que había que estar listos. Le dije que también hay que celebrar. Es muy responsable sobre el futuro y le da igual. No te da ni un día de tregua.
¿Qué es lo que más has aprendido de Tebas en este tiempo?
El hacer lo correcto siempre. El que tu prestigio profesional se gana siendo consistente y no mintiendo a los clubes nunca. Y luego me gustaría aprender esa visión a futuro. Pero Javier y yo somos muy diferentes. Yo soy un tío creo que mucho más optimista, quizá demasiado. Y él es un tío que siempre maneja los peores escenarios para estar preparado en absolutamente todo.
También habrá algo que le hayas repetido mil veces y en lo que no te habrá hecho ni caso…
Javier escucha más de lo que parece. Lo que pasa es que hay que saberle hacer escuchar. Pero Javier escucha mucho. Y a lo mejor en el corto plazo, no. Pero se va a casa, piensa y luego te llama y dice 'oye, esto sí'. Lo hace mucho y también lo valoras. Hay que saberlo hacer. Como todos los presidentes y CEOs de grandes compañías, como es Javier, pues son gente que se han forjado con personalidades fuertes. Y Javier es una persona cabezona y por eso salimos del COVID, por eso hacemos CVC cuando nadie lo habría hecho, por eso se hacen grandes proyectos, se saca la venta centralizada en su día, el control económico.... Aguanta esos envites, es el único ser humano que yo conozco que hace eso. Y reflexiona mucho sobre los temas. Él es mucho más estratégico de lo que puede parecer incluso desde fuera.
Donde no has seguido sus pasos es con la utilización de las redes sociales.
No, no, no...
¿Alguna vez has estado en casa, has visto Twitter (ahora X), has leído algo suyo y literalmente te has tronchado de la risa con las que lía?
Sí, claro, muchas veces. Traspasa...
¿Y le has aconsejado en algún momento que se corte?
Ha habido muchas personas que le hemos intentado aconsejar y sabemos que éste es un tema de Javier. La gestión de la comunicación personal de Javier es de Javier, y lo entiendo y lo respeto.
"Muchas veces he visto tuits de Tebas y me he tronchado en casa. Le hemos intentado aconsejar pero la gestión de su comunicación la hace él, lo entiendo y lo respeto"
Tú, como mucho, retuiteas, que no es poco; pero eres muy joven y te pegaría ser más activo en las redes. ¿Temes el 'feedback' de la gente o es que no te quieres meter en charcos?
No las utilizo porque no quiero. Sí que tengo mi Twitter para leer lo que ponen o que publican unos y otros, o para compartir normalmente noticias positivas o cosas que veo de clubes positivas. Pero no soy más activo porque simplemente no me apetece.
Me cuentan que, para contrarrestar el estrés, cuidas mucho la dieta y has logrado reducir el consumo de Coca-Cola. ¿Ha sido necesario entregarte al yoga y cosas así o la intensidad no es para tanto?
Hago deporte por la mañana. Lo necesitas para contrarrestar, porque es un ritmo muy alto. Bajo al gimnasio y hago lo que me manda el entrenador personal. Solo me costaría más y sería muy difícil. Duermo poco, pero duermo muy bien. Pero no hago nada más.
Por fin, la salud mental se vigila en el deporte y la psicología ha llegado para quedarse. ¿En la alta dirección también se cuidan estas cosas o uno tira hasta que el cuerpo aguanta o colapsa?
Tener un entorno ordenado, una vida ordenada, ayuda mucho. Es muy importante para mí. Me gusta la gente ordenada y me lo intento aplicar en lo personal, en los social y en lo profesional. Si tienes una felicidad contigo mismo luego lo reflejas en las relaciones personales y profesionales.
¿Cómo compaginas lo de estar dando la vuelta al mundo constantemente con la vida familiar?
Desde la pandemia he viajado un poco menos. Viajas muchísimo, cierto, pero tengo una familia que lo entiende y sabe que yo priorizo. En nuestra posición, si tú quieres, tienes eventos todas las noches y jaleos todas las noches. Y no hago cenas. No me pongo nada al salir de trabajar. Ese tiempo es para mi familia. Tiene que ser algo tremendamente importante para hacer una cena o una visita institucional.
Ahora que nos referimos a la familia... El nombre de tu primer hijo, Enzo, guarda mucha relación con lo futbolístico. Pero el del segundo, Axel, no sé si será por el hecho de que te hayas obsesionado con los derechos televisivos y homenajees a Axel Torres...
[Risas] No es por Axel Torres, pero sí tuvo que ver porque me gusta mucho como comenta. Cuando vimos posibles nombres, siempre piensas los que te generan buena o mala vibra. Y Axel Torres me genera buena. Pero no le puse el nombre sólo por él.