Paco García Caridad habla por primera vez de aquella crisis de comunicación en Las Palmas: "Bloquear a la afición en redes sociales fue un error"

Pancartas, hashtags, rabia y, en general, un profundo hartazgo hacia la gestión deportiva de Miguel Ángel Ramírez. La afición de la UD Las Palmas, antes y durante la pandemia, expresó con una sinceridad brutal su descontento en las redes sociales. En ese contexto, Paco García Caridad (Madrid, 1957), entonces director de medios del club, conocía a la perfección el movimiento, que más que ser "naranja", se teñía de un inconfundible amarillo.

Antes, entre 2001 y 2016, ocupó el cargo de director de Radio Marca. Su voz, que ya había sido custodiada y escuchada por José María García, recorrió España buscando un periodismo sincero, directo y cercano. Es ahora, en 2025, desde Gran Canaria, cuando se atreve a hacer un recorrido hacia el pasado para recordar tanto lo dulce de la profesión como lo amargo de la dirección.

Honestamente, los jefes de prensa y directores de medios no deben actuar como bloqueadores de información, nunca. Es cierto que no es viable conceder entrevistas de manera constante, principalmente por el crecimiento exponencial del número de medios de comunicación. No obstante, ellos tienen la responsabilidad de hacer ver a los presidentes que no basta con transmitir el mensaje institucional, difundir imágenes de entrenamientos o declaraciones oficiales. Es importante que permitan el acceso a las verdaderas fuentes informativas: los jugadores. A través de estos, de sus palabras, se pueden transmitir mensajes a la sociedad con un impacto incluso mayor.

Pues es un error, sin duda. Y, así, provocan que las relaciones entre las entidades y la prensa se deterioren con el tiempo. Como bien expresó Mariano Rajoy en el Congreso de los Diputados, se genera un ambiente negativo completamente innecesario. Debería primar la comprensión, que el lector pueda escuchar a los protagonistas y que el periodista no se coma la cabeza y se vea obligado a hacer refritos de la información del día anterior.

La cantera. Disfrutaba enormemente de ese ámbito. Durante mi etapa en la UD Las Palmas, pasaba mucho tiempo en la Casa Amarilla, y me parece admirable el trabajo que está realizando el área de formación y captación. De allí han surgido talentos como Pedri González, Álvaro Valles, Sergi Cardona—cuyo no renovación fue, en mi opinión, un error—, Josep Martínez, Álex Domínguez y Saúl Coco. ¿Eres consciente del valor añadido que este departamento ha aportado a la UD Las Palmas? Porque en términos económicos, ha sido una contribución enorme. Precisamente por ello, creo que el club debería enfocarse en mejorar las instalaciones e infraestructuras de la cantera, como los vestuarios del Anexo y la Ciudad Deportiva de Barranco Seco. Cuidar estos aspectos va en beneficio del desarrollo de los jóvenes talentos.

Con la satisfacción de haber disfrutado intensamente. Comenzamos en 2001 con Radio Marca Digital, y no guardo un único recuerdo especial, sino muchos. Han sido innumerables partidos y momentos memorables. Quizá, uno de los episodios que más cariño recuerdo fue cuando comenté que me gustaba más Valerón que Zidane. Se generó un gran revuelo. Años después, cuando me tocó entrevistar a Zidane en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, mis compañeros me retaron a decirle lo mismo en persona. Así que lo hice. Zidane abrió los ojos, me miró fijamente, esbozó una leve sonrisa y seguimos con la entrevista.

El tiempo pasó, y en la última temporada de Zidane como entrenador del Real Madrid, coincidimos nuevamente en una entrega de premios. Al saludarle, le pregunté cómo estaba. Él sonrió y me dijo: "¿Cuál era el jugador que habías dicho que te gustaba más que yo?". No había afirmado que Valerón fuera mejor, sino que simplemente me gustaba más su estilo, así que respondí: "Valerón, Valerón". Zidane asintió y comentó: "Gran jugador… y buena persona, sí".

Fue una etapa tan intensa como los inicios de Antena 3. Recuerdo retransmitir, junto a Juanito Oyarzabal, las Eurocopas y Mundiales sin descanso. Incorporé a grandes profesionales como Juan Manuel Gozalo y Andrés Montes, consolidando una programación deportiva bajo el respaldo de Marca, donde fui director adjunto. Un sueño hecho realidad que alcanzó los 716.000 oyentes en 2010. Además, fuimos pioneros en realizar programas en el extranjero. En Liverpool reunimos a Fernando Torres, Xabi Alonso, Steve McManaman, Miki Alonso y Gerard Piqué; en Londres, a Courtois, Reyes, Fàbregas y Naybet; y en Argentina, con motivo de un Vélez-Huracán, contamos con Cappa, Brindisi y Pekerman. Orgulloso de haber dirigido a profesionales como Álvaro Benito, Antón Meana, Raúl Varela, Yanela Clavo, Miguelito (COPE), Sara Carbonero, Vicente Ortega, Miguel Martín Talavera…. Mira, Andrés: un equipazo.

Hombre, Martín. Todos recordamos aquel episodio en el que falló tres penaltis en un mismo partido. Existe incluso un chiste al respecto: en un pelotón de fusilamiento, le preguntan a un reo quién quiere que dispare, y este responde: "Martín Palermo". Se queda el tipo con sus tres intentos y dice: "Me da, no me da…". Palermo tuvo su reivindicación en una clasificación para el Mundial, cuando anotó un polémico gol en fuera de juego contra Perú en el estadio Monumental (2-1). Tras el polémico gol, yo logré entrevistarle para Radio Marca. Le pregunté si había sido fuera de juego. Su respuesta fue tan directa como simpática: "No, sigan, sigan". Días después, Argentina se enfrentó a Uruguay en aquel partido donde Maradona pronunció su célebre "a mamarla" a la prensa.

Sí, era mi época en Antena 3. Guardo un recuerdo maravilloso de aquella semifinal de la Copa del Rey contra el Barcelona, el partido que te mencioné en la primera parte de esta entrevista. Aquella vez, estaba en el banquillo del Estadio Insular junto a Héctor Núñez con un micrófono inalámbrico, una tecnología completamente novedosa en ese momento. Todo lo que se decía desde el banquillo se escuchaba con claridad. Cuando el partido llegó a la tanda de penaltis, corrí hasta el centro del campo y me dirigí al árbitro, que creo que era Benavente Garasa. Le pregunté: "¿Quién va a lanzar los penaltis?". Su respuesta fue tajante: "¡Por favor, salga de aquí!".

Sí, sí. Otro recuerdo imborrable es el ascenso de Las Palmas contra el Real Madrid Castilla. Buah… Aquel día se produjo un atentado en un restaurante cercano a Barajas, en Madrid. Yo me encontraba allí porque iba a narrar el partido. Recuerdo que Jesús Hermida terminó su programa y, junto con otros periodistas deportivos, pasamos toda la noche cubriendo la información del atentado. Luego, la cobertura del partido en Gran Canaria fue digna de una final de la Champions League. Estábamos José María García y Ruiz Caballero en cabina comentando, yo narré el encuentro que terminó en empate, Gaspar Rosety cubría los vestuarios y Eduardo Torrico estaba en el palco. Aún conservo en la memoria aquel momento en el vestuario de Las Palmas, cuando escuché a Koke Contreras decir: "Ahora vamos a campeonar".

Sí, sí. Y en este sentido, hay una particularidad. En la Península, los clásicos y los derbis se viven con muchísima intensidad, y todo el mundo lo sabe. Pero en las islas noto algo distinto. Tengo la sensación de que, en el fondo, todos nos consideramos hermanos. Siempre me he preguntado: "¿Y esto qué es?". No veo, por ejemplo, que el Celta desee ver al Deportivo en Primera con ellos, ni al Athletic con la Real Sociedad, ni al Betis con el Sevilla. Pero el fútbol aquí en Canarias es así.

Conozco a Miguel Ángel Ramírez desde que tenía 16 años. Desde mi punto de vista, es una persona entrañable. Es cierto que ha recibido muchas críticas, algunas con fundamento. Pero aquel día, cuando se publicaron esos audios, estaba realmente afectado. Al día siguiente hablamos por teléfono y le dije: "Miguel… se te fue la cabeza. No puedes ni debes hacer esto, está completamente fuera de lugar. Eres una persona importante, el presidente de un club…". Le aconsejé que contara hasta diez y rezara dos padres nuestros.

Fue un error. No se puede bloquear a la gente. A mí, por ejemplo, me bloqueó Ávalos cuando era ministro y, a día de hoy, sigo estando bloqueado. Pero no puedes actuar así, simplemente tienes que aceptarlo. La UD Las Palmas es una entidad privada, pero con un marcado carácter público. Bloquear a la afición no solo proporciona más argumentos a los detractores, sino que, desde mi punto de vista, es un claro caso de perjudicarse a uno mismo. Si la gente corea "Ramírez vete ya" o "Ramírez vende ya", a mí me entraría por un oído y me saldría por el otro. Es lo mismo que decir "Amancio Ortega, vende ya" o "Juan Roig, vende ya". ¡Pero si son los dueños! Ellos decidirán si se van o no. Es cierto que, en aquel momento, el equipo estaba en Segunda División y la relación con la afición atravesaba momentos complicados. Pero si los seguidores se unen y expresan su descontento, hay que preguntarse por qué lo hacen y analizar si tienen razón. A título personal, algunos comentarios también me molestaban y, como cualquier persona, tengo mi temperamento. Provengo de un barrio y eso se nota.

Sí, fue una decisión desacertada. Yo le trasladé a Larry Álvarez, actual director de comunicación de la UD Las Palmas, que no se debía bloquear a los aficionados, sino todo lo contrario. En su momento, mucha gente pensó que yo gestionaba las cuentas en redes sociales, pero no era así. Nunca tuve acceso ni quise tenerlo, porque en este ámbito los impulsos pueden jugar una mala pasada. Larry, que es un hombre de gran lealtad, reflexionó y se procedió al desbloqueo de la afición. Tanto los bloqueos como los desbloqueos contaron con la aprobación del presidente, sí.

Miguel me llamó. Yo tenía claro que no quería mantener un vínculo directo con los medios de comunicación, no aspiraba a ser la persona que estuviera en las ruedas de prensa o en primera línea mediática. Sí le propuse una reorganización del área de comunicación y la reestructuración de la radio. Mi idea era crear una televisión digital, que con el tiempo se convirtió en un canal convencional y, posteriormente, en una plataforma, lo que me parece una evolución aún mejor. Como te digo, mi labor era dirigir todo el ámbito de medios audiovisuales. Monté la TV, transmitimos en directo partidos de 2ºB del filial e hice contratos a periodistas licenciados. Ahora que menciono las televisiones de los clubes, todas operan con pérdidas: la del Real Madrid, la del FC Barcelona (que ya cerró su canal), la del Real Betis… El Atlético de Madrid, de hecho, nunca llegó a tener una.

En la UD Las Palmas firmé un contrato por cinco años, de 2017 a 2022, aunque finalmente me fui en 2021. La propuesta contractual contemplaba que, en caso de salir antes, se me abonaran los cinco años completos, pero hice que lo cambiaran. Si me iba, me iba y punto. Llegó la pandemia y la situación, para todos, fue completamente inesperada: pasábamos los días corriendo por el pasillo de casa. Ya llevaba 46 años cotizados, trabajando sin descanso desde los 18 años, y ya podía haberme jubilado a los 63.

Bueno, yo hablé con un amigo abogado, luego con Miguel, el presidente, y tomé la decisión. Ahora, en la isla, me siento muy, muy, muy bien. Vivo aquí con mi mujer y mi hijo, aunque también tengo casa en Madrid. Estoy muy tranquilo y sigo pendiente de la actualidad, por supuesto, eso no cambia.