Paco Jémez y el miedo que le hizo salir de Irán a contrarreloj: "Piensas que van a derribar el avión"

En la madrugada del sábado al domingo se agitó el siempre convulso Oriente Próximo con el ataque con centenares de misiles y aviones no tripulados de Irán a Israel. Un hecho que cambió el destino de Paco Jémez, hasta ese día, técnico del Tractor S.C. iraní. "El ataque de Irán contra Israel fue en la madrugada del domingo. Cuando nos enteramos por las noticias decidimos que ya no podíamos estar ahí más tiempo, porque la incertidumbre era grandísima y todo el mundo espera que Israel más tarde o más temprano haga algo. Ojalá que no, pero es ese momento en el que nosotros vamos a hablar con el club y le decimos que queremos salir porque la situación que se está viviendo allí es difícil, es una situación muy tensa y muy complicada en la que nadie sabe qué a pasar y qué no", reconoce Paco Jémez desde A Coruña, donde llegó en la tarde del martes tras 48 horas de guion de cine.

"El club, con buen criterio, nos intentó convencer, pero nosotros seguíamos diciendo que no, que no, que nos queríamos marchar, que no podíamos estar allí esperando a ver qué pasaba y ahí es cuando el club dice: 'Bueno, pues si queréis, rescindimos contratos y os ayudamos con el tema de los visados, pasaportes y demás, porque Irán tiene la peculiaridad de que tú no puedes salir cuando tú quieras, en Irán tú necesitas un visado del Gobierno para poder salir, y ese visado, además, te lo tiene que conseguir la empresa, porque uno de los requisitos es que estés al corriente de pagos con Hacienda, con todos tus impuestos. El club la verdad que se portó fantásticamente bien con nosotros, nos aceleró el proceso todo lo que pudo, nos ayudó", comenta Jémez en un plural en el que incluye a su cuerpo técnico, con el que ha compartido año y medio en Irán, desde su llegada en octubre de 2022: Juan Luna Eslava, Jorge Ramírez y Julio Muñoz. "En todos los 'fregaos' estamos nosotros ahí metidos. En México vivimos uno de los terremotos más grandes de los últimos cincuenta años'", recuerda el técnico.

El mismo domingo no era sencillo salir del país. "Estuvo el espacio aéreo cerrado, que era nuestra principal preocupación, cómo salir de allí. Si no hubieran abierto el espacio aéreo, la única posibilidad era salir por tierra, haber cogido un coche hasta la frontera con Turquía o con Uzbekistán", relata Jémez, que reconoce que estuvieron "a punto" de optar por esta alternativa. "Es que ya no sabíamos lo que hacer, porque otra cosa era el riesgo que suponía montarte en un avión y salir de ahí. Dijimos: 'Hostia, un coche hasta la frontera con Turquía y luego ya nos buscaremos la vida como sea y ya llegaremos a Estambul como sea… Porque Estambul está en la otra punta". Pero no hizo falta porque el lunes por la tarde se reabrió el espacio aéreo y Mahammad Riza Zunuzi, el propietario del Tractor es también el propietario de la compañía aérea iraní ATA Airlines, por lo que tuvieron facilidades para abandonar del país por vía aérea.

"El lunes por la mañana nos dicen que ya tienen los visados y los pasaportes. Rescindimos -después de entrenar y despedirnos del equipo-, y cogemos un vuelo a las cinco y media de la tarde. Si estás en Teherán puedes salir por Dubái o por Catar, pero desde donde yo estoy, desde Tabriz, el único sitio donde puedes viajar al extranjero es Estambul. El vuelo de Turkish no lo podíamos coger, primero, porque era muy temprano y todavía no teníamos los visados y, segundo, porque creo que ni salió. Gracias a Dios teníamos ese vuelo de ATA Airlines a Estambul. No había billetes, pero como era la compañía del dueño nos metieron. Había muchos vuelos cancelados y nadie sabía qué vuelos iban a salir y cuáles no", explica el técnico canario.

Pero ahí no acabó la intranquilidad de Jémez. Los 140 minutos del vuelo Tabriz-Estambul fueron eternos para él. "¿Tú sabes lo que significa apretar el culo? Pues así me tiré yo todo el viaje, con el culo apretao', dice ahora entre risas. "La mente humana planifica muchos escenarios que luego la mayoría de ellos no pasan. Muchas veces nos preocupamos de más, sobre todo en situaciones que no controlamos y esto es una situación totalmente incontrolable, pero tu cabeza te hace pensar todo: desde que no vas a salir hasta que si te vas a montar en el avión y lo van a derribar. Nuestra mente es muy alegre para esas cosas y al final no pasa nada, pero puede pasar, puede pasar", reconoce el exentrenador del Deportivo, Las Palmas o Rayo Vallecano, entre otros.

Lo hace desde la tranquilidad de llevar 24 horas en casa. Una calma propia y ajena, porque su familia ha vivido con verdadera angustia estas últimas horas. "Es muy duro que te llamen tus hijas casi llorando: 'Papá, vente'. 'Papá, ¿por qué no te vienes?' 'Papá, ¿por qué no llegas?' Las noticias que llegan aquí algunas son verdad, otras no son verdad, unas están exageradas, otras no, es la información que tienen. Yo tampoco les informaba de cómo estaba el tema realmente ahí porque tampoco quería preocupar a los demás. Por ejemplo, llamé a mi madre cuando pisé Madrid. 'Oye, que estoy aquí'. '¿Y qué haces aquí?' Y entonces le conté la historia, no vas a llamar de allí explicándole cómo está la papeleta porque te las cargas ya directamente. Es una situación que nos hace a nosotros acelerar todo porque tienes a tu familia en vilo toda la noche, todos los días, sin saber qué va a pasar, qué no va a pasar", confiesa Jémez.

Paco asegura que "hasta esto nunca he sentido preocupación ninguna. Lo que yo he vivido en el año y medio que he estado en Irán es que es un país que es difícil vivir, muy duro y diferente al nuestro, pero tranquilo, yo nunca me he sentido inseguro, nunca he sentido miedo hasta esta situación en la que la cosa se ha puesto ya más fea de lo normal". Un tiempo y un destino final en el que han contado con el respaldo del club, que "se ha portado fantásticamente bien siempre. Siempre nos han apoyado, siempre nos han ayudado, para adaptarnos y en las dificultades que surgían siempre han estado con nosotros", asegura sobre una etapa que en lo deportivo ha sido "fantástica", "porque hemos conseguido cosas muy bonitas; llegamos con el equipo decimoséptimo y logramos clasificarnos cuartos para jugar la previa de Champions. Este año hemos dejado el equipo en tercera posición, con la Copa por delante también".

Por delante les restaban dos años de contrato, que pasaron a un segundo plano conforme la actualidad geopolítica se aceleró. "Yo he perdonado dos años y una cantidad de dinero insultante, pero es que no me importa, ¿para qué quiero una cosa si no tengo lo más importante, que es la tranquilidad y que mi familia esté bien y que yo esté bien y seguro? Otra persona habría seguido allí, yo no, yo tenía clarísimo que quería salir y lo antes posible, y así ha sido", dice Paco, que ahora tras este capítulo de su vida sólo piensa en "descansar".