Todos los partidarios de Rubiales que siguen en la Federación: un portavoz sin voz, 'comisarios políticos'...
A pesar de que se han producido varias salidas, aún mantienen cargos en Las Rozas numerosas personas de confianza del ex presidente.

La Real Federación Española de Fútbol ha cambiado, eso es indiscutible. Los cambios que pedían las jugadores han ido saliendo adelante muy por encima de lo que cabía esperar de un sistema tan blindado y obsoleto como el federativo. No se podía... hasta que las futbolistas se plantaron y el CSD se remangó (de verdad) y se puso manos a la obra. Hubo que pasar por una concentración surrealista en Oliva... pero se pudo.
Acorralado, y después de intentarlo todo para aferrarse al cargo, terminó por dimitir Luis Rubiales muy poquito después del quíntuple "no voy a dimitir" de la Asamblea. Jorge Vilda ya había caído, para entonces. Él considera válido el "aumentazo" que le comunicaron en plena Asamblea y peleará su finiquito, lógicamente, pero su salida no resultó demasiado traumática.
Con bastante más esfuerzo han conseguido echar a la mano derecha del expresidente, Andreu Camps. El verdadero cerebro de la RFEF en la parte estratégica. Estos tres movimientos, por sí mismos, ya parecían imposibles si lo hubiéramos pensado antes de la final del Mundial.
Han dejado de trabajar, en la medida de lo posible (porque sigue llevando gran cantidad casos pendientes) con el otro máximo exponente del Rubialismo, en la parte jurídica: Tomás González Cueto. No tienen que cesarlo por ser un asesor externo pero, sin embargo, todavía tiene un poder muy significativo en el ente: es el comisionado externo y la RFEF está plagada de cargos que han sido sugeridos, o directamente colocados por él.
Sin mucha más historia despidieron también a Miguel García Caba, responsable de Integridad, un cargo difícil de defender en medio de todo este tsunami. Y más cuando uno se encontraba que, en declaraciones formales ante Integridad, se le plantaba allí sentado el padre de Rubiales, sin que nadie terminase de entender qué pintaba en todo aquello. Como si fuera una película de Almodóvar.
Han destituido también al director de Comunicación, Pablo García Cuervo. A pesar de que ya había tomado formalmente distancia con Rubiales y con sus sucesores, las jugadoras lo señalaron por la gestión del comunicado que pretendía ser exculpatorio de Jenni Hermoso, que la RFEF difundió poco después.
Los que mandan ahora
Seguramente no sean los últimos, pero sí que suponen un cambio muy radical en una Federación en cuyas oficinas, hoy, se vive una mezcla de desconfianza, temporalidad e inquietud. Los mandos los lleva la nueva directora del Gabinete de Presidencia, Elvira Andrés, junto con el Secretario General en funciones, Alfredo Olivares. Ellos, defenestrados por el Rubialismo más sectario en la última época, son los que están intentando sacar adelante el día a día de la institución. Como pueden.
Pero siguen dentro muchos miembros del equipo más cercano de Rubiales. Y fieles aliados suyos. Quien más, quien menos, ha hecho lo posible por tomar distancia y declararse "trabajadores de la Federación", pero la realidad es que estaban allí por y para Rubiales. Y tiene poco sentido su presencia allí sin él.
Siguen allí
El primero de ellos es el propio Pedro Rocha. Ahora presidente de la Gestora pero, en la práctica, sucesor designado por Rubiales, que dejó fuera al resto de vicepresidentes para que fuera la única opción lógica cuando FIFA lo suspendió. Hizo todo lo que pudo por no echar a Andreu Camps y trato de mostrar estabilidad "no moviéndose". Le salió fatal y tanto el CSD como el resto de presidentes de las Territoriales le pusieron en su sitio enseguida. Pero ahí sigue... valorando sus opciones de cara a las elecciones de 2024 porque sabe que puede contar con el sistema a favor. Y eso, casi siempre, implica ganar.
El presidente del Comité Técnico de Árbitros, Luis Medina Cantalejo, ni ha explicado ni ha matizado sus aplausos entusiastas a Rubiales después del vergonzoso discurso sobre el "falso feminismo". Sí lo hizo el seleccionador nacional, Luis de la Fuente, que resultó respaldado en su cargo por Rocha y por todo el ente federativo.
También sigue el director deportivo, Albert Luque. A pesar de estar mucho tiempo sin poder ejercer de manera oficial por carecer del título (la RFEF tuvo que hacer malabarismos con el nombre de su cargo mientras tanto), terminó siendo considerado, incluso, como sucesor temporal de Rubiales. No era viable, y por eso terminaron escogiendo a Pedro Rocha. Su viaje a Ibiza y su participación para intentar gestionar las reacciones de Jenni Hermoso y el resto de futbolistas le convirtieron en uno de los señalados en todas las quinielas de ceses inmediatos en Las Rozas. Pero, de momento, ahí sigue.
Otro caso muy llamativo, ahora mismo, en las oficinas de la Federación es el de su portavoz, Javier Gómez Matallanas. A pesar de haber puesto sus cuentas en redes sociales al servicio de Rubiales de forma súper activa durante meses, y haber sido una especie de comisario político del Rubialismo, ahora se ha puesto de perfil en todo este asunto y está pasando más o menos desapercibido. De vacaciones, incluso. Ahora mismo no tiene funciones reales ni nada que "portavocear", una función de la que ha desaparecido, como también de algunas expediciones de la selección española. De hecho, no están dejando que represente a la RFEF de manera formal, a pesar de su cargo de portavoz.
Rubén Rivera, director de marketing, también se vio señalado por su presencia en Ibiza. Estaba encargado de solucionar y gestionar, en la medida de lo posible, las vacaciones "premio" de las campeonas del mundo en la isla. En momento dado, Miguel García Caba le llama y le pide que le pase el teléfono a Jenni Hermoso. Ahora tendrá que responder en la Audiencia Nacional de presuntas presiones a las jugadoras durante ese viaje. Después, se aclarará su permanencia, o no, en la RFEF.
Los amigos de Granada
Según va bajando el organigrama jerárquico siguen apareciendo cargos de confianza designados directamente por Rubiales. Y auténticos activistas de su jefe, dentro y fuera de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Muchos de ellos con pasado vinculado a Granada. Tanto Francis Hernández como José María Mora llegaron de su mano. El primero como coordinador de selecciones a pesar de no tener experiencia para un cargo así. El segundo sustituyó a Eduard Dervishy, un respetado profesional dentro de la casa, en un puesto que implica relaciones internacionales, a pesar de no hablar inglés a un nivel acorde con el cargo.
Siguen allí sacando adelante su día a día, al igual que otro de sus baluartes en el pasado desde antes de llegar a la RFEF: Chema Timón. El exdirector de Gabinete de Rubiales (extremeño, no granadino en este caso) dimitió voluntariamente de su cargo, ha sido reubicado y, aunque ya no tiene capacidad de decisión, sigue trabajando día a día en Las Rozas. Lo mismo que el director del gabinete jurídico, Pedro González Segura. Muy a la sombra de Tomás González Cueto, pero también con un cargo directivo, como el resto de los amigos de Rubiales desde los tiempos de Granada.
Más cambios en la selección femenina
Jorge Vilda fue sustituido, a bote pronto, por su segunda: Montse Tomé. A pesar de empezar con peor pie imposible, su mano izquierda en la gestión de los partidos frente a Suecia y Suiza dan como para pensar que su cese ha dejado de ser urgente. Con unas elecciones en 2024, no es descabellado pensar que aguante, al menos, hasta entonces.
Es difícil pensar lo mismo del responsable de la sección, Rafa del Amo, cuya relación con las jugadoras es difícilmente salvable. Él es presidente de la Navarra, es decir, no le pueden echar, aunque sí despojar de la responsabilidad del fútbol femenino. Y lo mismo le ocurre a Ana Álvarez, una de las tres personas presentes cuando Jenni Hermoso tuvo que leer el comunicado "exculpatorio" que la RFEF envió a los medios en su nombre. En cualquier caso las medidas de Tomé parecen haber apagado esa urgencia y, por ahora, parece más lógico que haya otros cambios antes.
La Federación de octubre de 2023 no tiene nada que ver con la del 26 de agosto. El cambio está siendo rápido y, poco a poco, efectivo. Quedan Rubialistas muy destacados todavía: Jorge Mowinckel en Internacional, José Javier 'Jota' Jiménez en Recursos Humanos y Antonio Gómez-Reino en el gabinete de presidencia.
Sigue habiendo trabajo de renovación por hacer y mucho Rubialismo en Las Rozas, pero indiscutiblemente, ahora sí, ha perdido peso y poder. La RFEF se va preparando, poco a poco, para las elecciones de 2024. Está por ver si de verdad el CSD cambia la Orden Ministerial que regula estos comicios para comprobar si, lo viene, es más de lo mismo y es de verdad una renovación positiva para el fútbol español.