Un partido entre cadetes acaba con un árbitro de 17 años agredido y encerrado en su caseta: "Lloraba, cerramos el acta por una rendija"
Sucedió en un encuentro en la Comunidad de Madrid entre chavales de 14 y 15 años. El futbolista agresor ya ha sido expulsado del club.

Los arbitrajes y sus posteriores consecuencias y charlas de bar están a la orden del día en el fútbol español. Entre profesionales es lo más común, la competitividad exige un plus de atención con las decisiones que afectan a favor o en contra del equipo. No debería ser tan recurrente, eso sí, en categorías de fútbol base. Es el caso de lo ocurrido ayer en el Estadio Alfredo Di Stéfano de Parla, donde el cadete del Olímpico de Parla recibía al Cadete del C.D. Arancetano para disputar la 16ª jornada del campeonato regional liguero.
Tras un partido abrupto, que empezó a tomar tintes oscuros con la llegada de los minutos finales entre dos equipos compuestos por jugadores de apenas 14 y15 años, un árbitro de 17 años de edad acabó siendo agredido por un futbolista del equipo local, tal como han confirmado a Relevo fuentes de la Real Federación de Fútbol de Madrid (RFFM).
Durante el encuentro, el colegiado menor de edad expulsó hasta a cuatro jugadores (tres del equipo local y uno del visitante), lo que con el paso de los minutos fue ensuciando un ambiente ya de por sí caldeado. La situación se tradujo en una agresión por parte de uno de los jugadores del Olímpico de Parla, que al término del encuentro acudió acompañado de otros dos compañeros a la caseta del árbitro para terminar propinándole una patada. Tras lograr que los futbolistas se marcharan, se resguardó en su cabina tal como cuenta el entrenador del Arancetano, Daniel González: "Estaba encerrado llorando, no pude hablar con él, sólo me pidió mi código de entrenador para cerrar el acta a través de una rendija".
Lo que hay detrás de este acto juvenil
El equipo local, que encaraba el partido como segundo clasificado, tenía la presión de hacer los deberes ante un equipo que ocupa la media tabla como el Arancetano. Una tensión que, con los dos goles visitantes en la primera parte se fue acrecentando, y que explotó cuando el colegiado del partido expulsó a algunos futbolistas del Parla. "Se empezaron a calentar las cosas, con insultos desde la grada", cuenta David Ercilla, presidente del equipo de Aranjuez. "El árbitro salió corriendo a su vestuario nada más pitar el final, al igual que mi entrenador con los chicos".
El partido terminó con un marcador de 1-2 a favor del equipo de Aranjuez. El resultado, no sentó bien en el equipo local y desencadenó una gran trifulca. "Intenté mediar con el entrenador del otro equipo, que no sé si estaba tratando de separar a los chicos como yo. Lo único que quería es que mis chavales llegaran al vestuario bien", relata el técnico visitante. Por el camino a la caseta, afirma su presidente, sus jugadores recibieron todo tipo de improperios desde la grada, así como agresiones por parte del rival: "Alguno se llevó un puñetazo, incluso una patada en el pecho".
Tras ese eterna carrera hasta vestuarios, los jugadores consiguieron llegar a su destino. También con dificultades, lograron subirse al autobús del equipo de vuelta a Aranjuez aún uniformados y con las botas puestas, justo cuando se producía la llegada de la Policía Nacional, según relatan algunos testigos.
El agresor, expulsado del club
Si bien desde la RFFM aseguraban que fueron tres los culpables, Abdel Ouardi, presidente del Olímpico de Parla, confirma a Relevo que solamente uno de ellos fue quien agredió al trencilla: "El chico dice que le dio una patada a la puerta, pero el árbitro en su acta pone que le pega. Sólo él. Iba acompañado de dos chicos más pero sólo le pega él. Ya está expulsado del club".
Sin querer quitar hierro al asunto, y es que "el club echará a los implicados, sea uno o sean diez", el presidente del club de Parla dice que son "cosas que pasan en el fútbol a raíz de actuaciones arbitrales que pueden gustar más o menos". Aunque para David Ercilla, sea cual sea el papel del colegiado, "es una lástima. Siempre se le han dicho cosas a los árbitros, pero ahora hay mucha gratuidad con este tipo de cosas. Antes ni se nos hubiera ocurrido agredir". Además quiso poner en valor la labor de "un chico de 17 años que permite que los niños puedan jugar".