ENTREVISTA

Enrique Arce, el actor que le puso la camiseta del Valencia a Jennifer Aniston: "Todo pasa por que no bajemos a Segunda y la salida de Meriton"

"Nos han destrozado el equipo y la ilusión de muchos", señala este valencianista, que habla de su carrera y su afición por el Valencia y la Selección.

AdaM Sandler y Enrique Arce, con la camiseta dle Valencia. /ENRIQUE ARCE
AdaM Sandler y Enrique Arce, con la camiseta dle Valencia. ENRIQUE ARCE
Cristina Bea

Cristina Bea

"Yo no soy futbolero. Yo me pierdo un Madrid-Barça y me da igual. Yo soy del Valencia y de la Selección, pero sobre todo valencianista", dice y demuestra en cada instante de esta conversación que mantenemos cara a cara en Valencia con Enrique Arce (Valencia, 1972). El protagonista de La casa de papel, entre muchas producciones a una parte y otra del océano, ha vuelto a casa para pasar una temporada después de la DANA: "Me pegó muy fuerte, me sentí muy valenciano y muy impotente. Necesitaba estar presente. '¿Qué estoy haciendo con mi vida? Tengo ya 50 y tendría que estar cerquita de los míos'. Y va a estar también "cerquita" del Valencia de su corazón. "El problema del Valencia ahora mismo tiene que ver más con la cabeza que con las piernas. Hay mucho miedo", detecta el actor sobre el presente del equipo. Sobre el futuro, también tiene claro el escenario que considera mejor para los suyos: "Todo pasa por que no bajemos a Segunda y la salida de Meriton. 'Señores, no hay cuentas pendientes pero 'chao pescao'. Nos han destrozado el equipo y la ilusión de muchos", dice, y me propone una apuesta sobre el devenir en Primera de los de Carlos Corberán, que ha reenganchado a Arce.

Nos jugamos una paella, que "quiero pagarle". Desvelamos por qué en estas líneas, en las que también se le descubre a él, su carrera, sus sentimientos, incluso los de sus compañeros de la exitosa serie de Netflix. "La fama tiene más perjuicios que ventajas. Las muertes en 'La casa de papel' son todas petición de los actores, porque no podían ya seguir, se fue todo tanto de madre…". Anécdotas en torno al fútbol y el mundo de la interpretación tampoco faltan: "Le he puesto la camiseta del Valencia a Jennifer Aniston, a Adam Sandler. Intento hacer valencianismo porque es una manera también de dar a conocer la ciudad".

Quique, ¿cómo estás? Porque vaya época convulsa la tuya: la DANA, los incendios de Los Ángeles, donde pasas parte de tu tiempo; lo más importante, el fallecimiento de tu madre, y tu Valencia, colista.

Época muy convulsa. Yo digo que soy un poco un talismán contra los fenómenos naturales, porque me ha pillado la DANA en Los Ángeles y lo de Los Ángeles aquí, voy como a pie cambiado. Ha sido muy duro, muy duro. Mucho más duro para mí a nivel emocional lo de la DANA que lo de Los Ángeles, aunque mi edificio ha sido evacuado, tengo amigos que lo están pasando mal, que han perdido cosas… Pero, al final, no es mi ciudad y yo estaba de paso. Entonces, sí, lo estoy pasando mal pero no igual que la DANA, que fue un mazazo y fue una de las razones que me trajo de vuelta a España y a Valencia.

La DANA me pegó muy fuerte por las razones obvias, me sentí muy valenciano desde la distancia y muy impotente. Sí que es verdad que luego llegué y todavía me dio tiempo a ir un día, pero sentí como que necesitaba estar presente. Ya ves que tampoco hubiera podido hacer nada, pero esa lejanía se me hizo de repente muy bola. Decir: '¿Qué estoy haciendo con mi vida? Tengo ya 50 y estoy por el mundo cuando lo que tendría que estar es al lado, cerquita de los míos, y poniendo los valores en otro lado, no tanto en mi carrera'. La inercia te lleva ahí, pero llega un momento en el que yo creo que las cosas se colocan y que lo importante es donde tengo el corazón, y el corazón la tengo en España, en Valencia concretamente.

Y ese corazón te ha llevado a tomar decisiones importantes.

Me ha llevado a tomar decisiones, que han sido dejar mi apartamento allí, no renovar el visado, hablar con mi agencia allí para decirles que no voy a estar disponible para estar allí. Y justo en el momento en el que volví se produjeron una serie desafortunada de circunstancias que tienen que ver con la salud y con mis padres. Mi madre ha fallecido hace quince días y mi padre ha sido recientemente operado de un tumor cerebral, que son cosas inevitables hasta cierto punto en gente que ya pasa de los 80 pero no por ello menos dolorosas. Entonces, bueno, pues aquí estoy, por lo menos he podido estar en los últimos momentos de mi madre y estar acompañando a mi padre ahora, que es lo que tengo que hacer, lo demás todo son cantos de sirena. Espejos y humo.

Sobre el fallecimiento de tu madre, el pasado 28 de diciembre publicabas una foto y un texto de despedida muy bonito en tu Instagram, del que extraigo estas frases: «No sé lo que la vida me deparará en el futuro, de lo que sí tengo la absoluta certeza es de que el momento más importante, afortunado y bendecido de mi vida fue, y será siempre, aquel día de principios de octubre en el que me elegiste para ser tu hijo…». Tu madre era comadrona. ¿Nos cuentas vuestra historia?

Mi madre era la matrona del Cabanyal, se la conocía como tal, y luego ha sido una de las comadronas que yo creo, si no me equivoco, más bebés ha sacado en la historia de la Comunidad Valenciana. Mi madre hizo el primer parto con 22, trabajó como una mula, eso de la conciliación en aquel momento no estaba muy… (se ríe), e hizo su último parto con 76 o 77. Paradojas de la vida, la persona que más bebés ha traído al mundo en la historia de Valencia no podía tener los suyos. Mi madre se casa en el 70, en el 71 se dan cuenta de que no está siendo posible y aparezco yo en el 72, en unas circunstancias favorables para que se pudiera producir la adopción. Porque, fíjate, acabo de descubrir hace poco en un análisis de ADN que mi madre era australiana, tengo un 45% británico, que me sorprendió mucho, y mi padre de Puerto Rico. Entonces, ahí hay una combinación que produjo que esta gente, que a lo mejor no tenía por qué estar en Valencia, o no quisieron llevarse al chiquillo de vuelta a Australia o de vuelta a donde fuera... Y entonces mi madre se quedó conmigo, y ahí empieza mi vida feliz, maravillosa. Y yo me entero de que soy adoptado con 28 años.

¿Con 28 años? Tan tarde…

A punto de casarme, me faltaban dos meses, con 27 años y nueve meses.

¿Cómo lo supiste? ¿Te lo puedo preguntar?

Una persona de la familia, una de las pocas que pudieron saberlo. Fue un shock, pero estos últimos meses, bueno, estos últimos años ya, ya se habló todo lo que se tenía que hablar y los últimos momentos, los últimos días con mi madre, han sido muy bonitos en esa dirección: le he agradecido profundamente todo, he sentido muchísimo amor que no me había permitido el lujo de poder sentir y, sobre todo, queda un verdadero cariño, gratitud y, lo que digo, que el día más afortunado fue el día que me eligieron, porque me lo han concedido todo y he podido vivir por encima de mis sueños de juventud gracias a ellos, a su apoyo emocional y económico.

Y entre esos porcentajes de aquí y de allá, está Valencia y tu corazón valenciano y valencianista.

¡Hombre, yo soy valenciano! Aunque en el análisis, fíjate, me sale sólo un 13% español, o sea, que a nivel genético soy (lleva el brazo lejos), pero por el otro lado soy una fallera mayor. Me falta la Senyera tatuada aquí (se toca la mejilla izquierda y sonríe). Y me pasa mucho, tanto con la Selección y con el Valencia… Yo siempre digo, Cristina, que yo no soy futbolero. Yo me pierdo un Madrid-Barça y me da igual. Yo soy del Valencia y de la Selección. Me gustan las emociones que me producen mis equipos, no tanto el juego en sí.

"Yo no soy futbolero. Yo me pierdo un Madrid-Barça y me da igual. Yo soy del Valencia y de la selección, pero sobre todo valencianista"

 

Nunca realmente jugué a fútbol, no entiendo mucho tampoco de lo que es el tema táctico, tampoco me interesa. Mis amigos hablan del transfer, de no sé qué, el mercado, tal. A mí nunca me ha interesado, me interesa mucho la situación de mi equipo y ahí sí me involucro. O, por ejemplo, cuando viví el tema del centenario, que el Valencia me dio el regalazo de hacer que yo fuera, junto con Santi Cañizares, los maestros de ceremonias, y luego ese poema que tuve la oportunidad de recitar en el centro del campo. Eso fue un regalazo de la vida. Pero no soy futbolero, soy valencianista y de la Selección, pero sobre todo valencianista.

Antes de hablar de la situación actual, cuéntanos cómo viviste ese día del centenario, el poema que creo aún recuerdas… Qué momento bonito aquel.

Mi valedora allí, la que me lleva, es Roberta Lazzari. Yo iba a presentar con Santi Cañizares el partido de las estrellas y encantado, pero me llama el día antes y me dice: 'Oye, se nos ha encendido la bombilla. ¿Tú te aprenderías un poema que está escrito ya para recitarlo en Mestalla delante de todo el mundo?'. Y digo: '¿De hoy para mañana, Roberta?' Estaba también el jefe de prensa antiguo, Álex Navarro. 'Sí, sí, confiamos'. 'Pero, ostras, ¿no me das más tiempo?'. Y, aparte, tenías que encajarlo, cada frase tenía que ver con cada imagen del vídeo, entonces tenías que verlo desde la distancia. Bueno, me la jugué y salió bien.

A punto estuvo de quebrárseme la voz en más de una ocasión, porque la emoción te puede. Me pasó también en el funeral de mi madre, cuando dije las palabras, digo 'que no se me rompa' (se lleva la mano a la garganta) porque ahí pierde la belleza de la voz y se convierte en una emoción tuya, algo demasiado endogámico y no quería que pasara eso, quería que fuera algo para la afición, y al final salió muy bien. Y, de hecho, hay mucha gente en Valencia que me para y me dice: 'Que ya sé que tú eres el de 'La casa de papel' y todo eso. No, no, yo vengo a hablarte (dice en valenciano) de lo que hiciste en Mestalla, que se me pusieron los pelos de punta'. Y eso para mí es muy bonito, tener esa conexión con el aficionado de a pie del Valencia que trasciende más allá de Enrique Arce actor, sino que es Enrique Arce valencianista. Me encanta.

¿Y cómo vives a tu equipo en este momento? (Resopla). Colista, no sé si miras el calendario, si haces números, si calculas…

Yo ya, por mi propia salud mental, he dejado de hacer números, ya no quiero más desgracias este año. He visto los dos últimos partidos, me he reenganchado. Yo no me pierdo un partido de Valencia, nunca, -te hablo nunca es que yo he estado rodando en Tailandia, concretamente, y ponerme el despertador a las cuatro de la mañana para ver un Valencia-, pero esta temporada prácticamente no he visto ninguno. He vuelto a verlo a partir del fichaje de Corberán. Me ha gustado el equipo, pero veo tantas señales, tragedias (se tapa la cara con las manos) de cómo se nos van en los últimos momentos que yo ya veo que hay un estigma ahí, que quiero equivocarme. Nos hemos apostado una paella, lo puedo decir. Será la que más a gusto pague en mi vida, pero yo no las tengo claras. Yo veo demasiadas señales: esos puntos que hemos perdido y, luego, la actitud del equipo, cómo se vienen abajo en los últimos minutos… No lo sé, ojalá me equivoqué, pero lo veo complicado, Cristina.

¿Por dónde pasaría la salvación? ¿Qué detectas en el equipo?

Creo que lo que hay es mucho miedo. El miedo te atenaza y cuando el miedo te atenaza cometes errores como los de Guillamón o como los de Mamardashvili, y hay partidos que se ganan o se pierden por la identidad que adoptas. El Madrid es ganador por identidad, gana los partidos por identidad, y al Valencia le está pasando lo mismo pero desde el otro lado, es decir, 'no se puede ganar un partido, hay que empatar o perder porque es la identidad', es lo que se está viendo últimamente, en los nervios en los últimos minutos que todo el público sabe que algo negativo va a pasar, ya sea un gol u ocasiones del otro equipo o una lesión… Yo creo que el problema del Valencia ahora mismo tiene que ver más con la cabeza que con las piernas.

"El problema del Valencia ahora mismo tiene que ver más con la cabeza que con las piernas. Hay mucho miedo"

Es verdad que hay muchas lesiones, es verdad que el trabajo físico yo creo que tendría que mejorar, pero yo creo que ahora mismo es un problema de cabeza y creo que el que tiene mucho que hacer ahí es el nuevo entrenador, que esperemos que sí, dotarle de un gen y, luego, lo que no podemos es tener el elefante en la habitación. La situación a nivel despacho, que no viene de ahora pero yo creo que se agrava con la situación del equipo. Yo creo que ya llevamos siete años de una gestión pésima, paupérrima, de una desidentificación tanto de la directiva con el club como de la afición con la directiva, y al final lo que pasa en los despachos se refleja en el césped.

Es muy raro que un equipo haga una gran temporada si hay marejada en los despachos, y el Valencia lleva con esto cinco años. De los diez, realmente buenos, ¿qué hemos tenido? ¿Dos? La época de Marcelino y la Copa del Rey aquella, ¿y qué más? ¿Cuánto llevamos sin entrar en Europa? El Valencia no se merece eso, la afición no se merece eso y creo que, además, la afición también se está desinflando a la hora de protestar. Es primero el berrinche y luego ya cuando ves que no va a ningún lado, la apatía, y creo que la afición, entre los que yo me identifico, hay una apatía y una desidentificación también con el equipo. Es complicado.

Enrique Arce en el hotel The Westin ValenciaRELEVO

Dentro de esa apatía hay intentos, lo hubo en la previa del partido contra el Real Madrid, protestas contra la gestión de Meriton. ¿Los entiendes, a unos y a otro? ¿Entiendes que se haya llevado el proyecto del Valencia a este punto? ¿Cómo lo has vivido tú como valencianista?

Te voy a dar un dato. El Real Madrid en el Santiago Bernabéu fue el segundo equipo con mayor porcentaje de asistencia. Adivina cuál fue el primero. Con todo lo que está pasando, que tendríamos que estar absolutamente… y seguimos respondiendo una y otra vez. Hay un algo muy bonito que dice mucho de la afición del Valencia y hay algo no tan bonito que dice: 'Estás por aquí haciendo esto, pero por el otro lado haciendo lo contrario'. No hay una unión tampoco de la afición, creo que se están dando palos de ciego.

Yo creo que todo pasa por que no bajemos a Segunda división y se pueda hacer realizable la salida de Meriton. 'Señores, no hard feelings', no hay cuentas pendientes pero 'chao, pescao', chao, sin insultos, sin aspavientos, sin machadas, pero decirles: 'Ya está, gracias, no les recordaremos nunca más. Que tengan mucha suerte, que sean felices, pero no vuelvan a pasarse por aquí'. Nos han destrozado el equipo y la ilusión de muchos.

Tengo amigos que tienen hijos pequeños y están en la época en la que empiezan a ir al cole. En mi época todos éramos del Valencia, ahora estos niños eligen otros equipos. Es normal, un niño quiere ganar. Un niño quiere identificarse con el equipo de su ciudad pero también que no le llamen el perdedor, y es que el Valencia ahora… Los que ya no tenemos remedio (se ríe), porque aunque estemos en 5ª Regional seremos del Valencia, pero el que puede elegir pues por qué va a elegir un equipo que sólo…

Entonces, qué ganas de que se vayan estos señores, y sin ningún mal rollo. Yo le estoy y le estaré siempre agradecido porque en las distancias cortas han sido superseñores conmigo, me dieron la oportunidad de hacer esto del centenario, que nunca estaré lo suficientemente agradecido, pero esto ya no va de que me caes bien o me caes mal, esto ya va de qué interesa al equipo. 'Chao (dice y hace el gesto levantando la mano), gracias a nivel personal, pero hasta siempre'.

Y, mientras, vuelven las obras en el Nou Mestalla —'bien', dice—, 16 años después. ¿Qué te genera pensar en el nuevo estadio y en que Mestalla acabe siendo demolido?

Sentimientos encontrados. Me estoy haciendo un piso desde el cual veo Mestalla, el de ahora, el de toda la vida. Hombre, da penita. Si no tengo mal el dato, me parece que es el segundo estadio más viejo de toda España después de El Molinón, en activo. 1923. El Molinón nos supera, pero es el estadio de Primera división con más solera y donde hemos vivido tantas cosas chulas, pero entiendo que hay que renovarse y hay que jugar un Mundial, entonces yo soy de los que mira para adelante. Es verdad que cuando no esté lo echaremos de menos, yo vivo muy cerca, tanto de casa de mis padres como de la que me he hecho Mestalla queda en el centro, y el otro me pilla más a desmano, pero yo creo que es algo que tenía que pasar tarde o temprano y que está bien que pase, y está bien que pase ahora. Que nos dé una nueva ilusión. Las cosas nuevas renuevan ilusiones y yo creo que esto es necesario en este momento. Espero que nos pille en Primera. (Se ríe por lo bajini y levanta las cejas).

¿Cuál es el mejor recuerdo que tú tienes de este escenario? Ese partido, ese jugador que tengas en la retina, más allá del acto del centenario en el que participaste, como comentábamos, y que fue una preciosidad.

Yo iba mucho a Mestalla, más cuando era más jovencito y, por ejemplo, el año de Segunda me lo chupé entero. Creo que es el año que más partidos he visto, me pilló con 13 años. Recuerdo un partido, me parece, que fue el gol de Tendillo que nos salvó de bajar a Segunda, de Miguel. Recuerdo el 6-0 al Real Madrid, recuerdo un 4-1 al Barcelona, de Champions…

¿Quién era tu ídolo?

Mario. De hecho, Mario ha sido mi ídolo siendo un jugador al que prácticamente no he visto jugar, porque Mario empieza en el 78 y acaba en el 80 y tal, pero yo empiezo a ver el fútbol un poco más consciente ya con una edad. Yo creo que es el referente de todos. Tuve la oportunidad de presentarle sus memorias en la final de la Champions, nos hemos hecho amigos, que para mí es un regalazo, pero quitado Mario Alberto Kempes, tengo mucha afinidad también con Gaizka Mendieta, con el que además tengo trato, hemos cogido mucho cariño, y luego, Villa. También creo que ha marcado un antes y un después. El Piojo, pero eso sería mi triunvirato, mi grupo así de gente a la que realmente hay que agradecerle lo que ha hecho por el equipo.

¿Has hecho alguna locura por el Valencia?

Sí (dice rápido y contundente). El día que ganamos la Liga del 2000… (Se queda pensando).

¿2002 o 2004?

Pues ahora mismo no me acuerdo. Una de esas dos Ligas, me metí con la Senyera en la Cibeles de Madrid, y había dos coches de la Policía que ya estaban viniendo. Yo tenía por aquel momento un coche descapotable, estaba la que es ahora mi exmujer esperando en el coche, yo metido con la Senyera en la Cibeles, porque además lo había dicho en una revista del Valencia. Estaba yo rodando 'Compañeros'. Dije: 'Pues me meto con la Senyera en Cibeles'. Y lo hice. No es la de aquí de la Plaza del Ayuntamiento, no, (se ríe), es una locura. Y, luego, estaba en la serie 'Periodistas', el plan del día siguiente me lo daban de un día para otro, estabas esperando a ver si currabas al día siguiente o no, me dijeron que no curraba, llamé a Cristina, a mi ex ahora, que era mi mujer entonces, y le digo: 'Ponme una mochila, con un calzoncillo y un pantalón y tal y cual, que cojo el coche y me voy a Milán'. 'Pero ¿cómo que te vas a Milán?'. Digo: 'Sí, sí, hazme un bocata'. Me fui a Milán a ver la final. Ésa fue una final jodida, porque un amigo mío de toda la vida del Saler se mató volviendo, periodista de Ràdio Nou, Ricardo Martínez. Fue una pérdida doble, porque se te muere un amigo de toda la vida y pierde tu equipo. Esa final fue muy jodida, y más cómo perdimos, que lo tuvimos ahí, ahí (sonríe y señala con la mano, bajando la voz), pero bueno.

Tú eres de los que te vemos con la camiseta del Valencia aquí y allá, extendiendo tu valencianismo por el mundo geográfico y en el del cine también.

Le he puesto la camiseta a Jennifer Aniston, le he puesto la camiseta a Adam Sandler… Siempre que ruedo con gente muy top le intento poner la camiseta y hacerles la foto. A Jennifer se la regalé pero me dijo 'no, pero foto no', pero ella tiene en su armario una camiseta del Valencia que pone Jenn y el número 10, la roja. Adam se tiró mucho al rollo y tengo en Instagram fotos con él. Intento hacer valencianismo fuera porque yo creo que es una manera también de dar a conocer la ciudad, una ciudad potente como el Valencia.

"Le he puesto la camiseta del Valencia a Jennifer Aniston, a Adam Sandler. Intento hacer valencianismo porque es una manera también de dar a conocer la ciudad"

Para que te hagas una idea: a mí me viene un día a recibir en Los Ángeles un tipo que me dice, en inglés: 'Soy el presidente de la Peña Valencianista de Los Ángeles. Nos hemos enterado de que venías' y me regaló una bufanda. 'Ésta es nuestra sede social'. ¿Sabes qué partido fui a ver? Sólo puede ir a ver uno por razones obvias que vas a entender: el Atalanta-Valencia lo vi allí, que fue el famoso partido del COVID. Yo era el único valenciano. Había uno de Málaga y el resto, americanos. O sea, el Valencia mueve. No éramos 200, pero éramos 8 o 10, gente que le decía: '¿Y tú por qué eres del Valencia?' Un tío de Tennessee. 'No, por el Piojo López, por el Payasito Aimar'. Siempre solía ser más por jugadores a los que admiraban, pero bueno, ahí estaban con su camiseta. A mí eso me llena de orgullo y dije: 'Bueno, yo que tengo la oportunidad de trabajar con gente tan top', ser una especie de embajador, sin que el Valencia me lo pida, yo soy embajador de facto, por mi cuenta, no tengo nada que ver con el club en ese aspecto, yo lo hago porque me lo pide el cuerpo y porque me siento muy identificado con el equipo.

Y entre esos rodajes con gente top, ¿con qué proyectos andas ahora?

Estreno una película que es producción de una productora valenciana, Nadie es perfecto, que es para Netflix, que se llama 'Mala influencia'. Una peli de chavales que rodamos en Valencia, además. La directora es Chloé Wallace. El estreno es el 24 en cines, el 21 el preestreno. Tengo la serie 'Matices', que es para SkyShowtime, que se va a pasar también el 1 y que ya nos han confirmado segunda y tercera temporada, y tengo un posible proyecto de una serie que me tienen que confirmar, pero para una producción con una gran actriz, Catherine Zeta-Jones, y estamos esperando que nos respondan. Sería para rodar en UK, Portugal y España. Y mientras tanto a cuidar de mi padre, que es lo que quiero hacer y estar aquí en Valencia reformándome el piso, reencontrándome con mi gente y con mi ciudad, a la que tengo un poquito abandonada, pero eso se ha acabado. ¡Y a ir a Mestalla, que hace años que no voy!

¿Qué ha supuesto para ti 'La casa de papel', Quique? Porque tú ya trabajabas mucho en España, en Estados Unidos, pero ese personaje de Arturito en tu caso y la serie en general os ha catapultado a todos.

Claro. Yo cuando me llaman para 'Murder Mystery 2', 'Criminales a la vista', que se llama, y me pasan el reparto y veo que no hay una prueba, un casting, le digo a mi agente: 'Oye, te has olvidado de mandarme la prueba', y dice: 'No, no, es que te quieren a ti'. '¿Qué? ¿A mí? ¿Pero sin prueba? ¿Por qué?' 'Porque el productor es fan de 'La casa de papel'. Me ha pasado con Kate Winslet, me escribió directamente ella para decirme: 'Oye, nos gusta mucho tu trabajo, nos gustaría que hicieras de Picasso en la peli'. Digo: 'Pero ¿en serio?' Te pasan cosas muy extrañas: presidentes del gobierno que te dejan un mensaje de que quieren comer contigo, que los conozca. Me pasó en Argentina.

¿Con Milei o antes?

No, con Macri. O te llama Mario Alberto y te dice: 'Che, sé que estás por allá (dice imitando su voz y acento argentino), me gustaría mucho…'. O con el Kily también en el equipo de Rosario Central, que yo dije que por el Kily y por Mario me gustaba Rosario y me llevaron a Rosario, me sacaron al centro del campo… Bueno, es que lo del fútbol con los argentinos es otra película, pero te pasan cosas muy surrealistas. Evidentemente, ahora han bajado un poco las revoluciones, pero ha llegado a ser muy muy complicado, muy complicado poder moverte por una ciudad, París incluso. Yo estaba rodando ahí una peli que hice con Mel Gibson y me acuerdo que un amigo mío que vino a verme, de Valencia también, me dijo: 'Tío, esto es mucho más loco que en Valencia o en Madrid, te paran en todos los lados'. Y hay determinados países donde 'La casa de papel' se convirtió en un fenómeno de masas.

Tiene su parte buena y tiene su parte mala. Me quedo con lo bueno, que es que nos ha dado una dimensión internacional que me permite ahora trabajar en cosas en las que jamás me hubiera imaginado. Hollywood se me abrió, cuando yo lo había estado intentando con pico y pala, y de repente te pasa y ahora te llaman y es normal. Entonces, superagradecido a 'La casa de papel', súper agradecido. Sé que hay compañeros que lo viven de otra manera, que en vez de disfrutarlo lo han sufrido más, también por su forma de ser, mucho más hacia adentro…

Es que no debe ser fácil que te reconozcan en cada rincón del planeta.

No te voy a decir nombres, pero las muertes en 'La casa de papel' son todas petición de los actores, porque no podían ya seguir. Esto es un dato que no sé si… (se ríe), pero bueno, ya está, ya ha pasado. Pero lo pasaban tan mal, porque se fue tanto de madre, que hay actores que dijeron: 'Por favor, sacadme de aquí. No puedo más'. La personalidad de cada uno es la personalidad cada uno, hay gente mucho más introvertida, que le viene peor el hecho de ser reconocido, y no es fácil. Yo, que soy muy extrovertido, te digo que cuando llegas a ese punto de sobreexposición… Yo era de los que decía: 'Ah, estos tíos que dicen que la fama es un coñazo. Qué va, hombre, tiene que ser maravilloso', cuando era joven, y ahora lo entiendo. Ahora entiendo que tiene más perjuicios que ventajas. Y para el coco, como no te pille con una edad y ya con un acierto curro hecho y el culo pelao puede ser peligroso, puede ser peligroso.

"La fama tiene más perjuicios que ventajas. Las muertes en 'La casa de papel' son todas petición de los actores, porque no podían ya seguir"

Enrique Arce Actor y valencianista

De la parte positiva con la que te quedas, ¿me cuentas alguna anécdota? Porque te ha debido pasar de todo en vete a saber dónde.

Pues mira, cogí con tres amigos y nos fuimos en catamarán por un sitio que además creo que tú has estado ahí o te lo vi a ti en tu Instagram: las islas de Panamá… Eso te lo vi a ti, ¿verdad?

Sí. (Las islas de Guna Yala, las islas San Blas).

Vale. Pues me llamó mucho la atención y me fui por los cayos holandeses con un catamarán y dos amigos, y cogí un día un paddle surf, había bastante marea y se me da bien tal pero de repente me di cuenta de que el barco nuestro que estaba 'a fer la mà' (muy lejos, en valenciano), y de repente digo: 'Ostras, necesito agua'. Vi que había un pequeño cayo ahí, que podía parar, y yo ya estaba que necesitaba parar un momento, sentarme, tomar un agua, y vi que había un fulano ahí y el tipo decía: '¡No, no, no, aquí no, vete, vete!' (Dice agitando los brazos y simulando sus gritos), y yo: '¡No, no, perdona, agua!'.

Me fui acercando y cuando me acerco el tío llevaba una camiseta de 'La casa de papel' y era el único habitante de la isla. Y él me contó que habían estado rodando ahí las escenas de Tokio y Río y que todos los cayos vivían del turismo de 'La casa de papel'. 'Aquí es donde se rodó…' Por eso el tío cuando me vio y vio quién era, bueno, imagínate: '¡No, no, quédate!". Ésa fue muy chula. Y luego, cosas muy raras, muy extrañas, muy maravillosas en cierta medida, y superagradecido. Y ojalá siguiera, la verdad.

¿Y el sitio más inhóspito donde te has encontrado una camiseta del Valencia? Porque esto también te habrá pasado.

Vi uno una vez en Los Ángeles que me llamó mucho la atención, vi uno en Nueva York cuando me fui allí tres meses a vivir, en algún sitio de Italia también, cuando he estado rodando esta peli de motos, pero no es como las del Madrid, que las ves por todos lados. Mola ser diferente también, ¿no? Pero sí las he llevado por todos lados. Yo me la pongo, vamos, donde puedo.

¿Qué papel, qué proyecto te gustaría vivir ahora, Quique?

¿Sabes qué? Tengo una cuenta pendiente con el teatro. Yo me considero un animal de teatro, vengo del teatro, empecé en Nueva York en teatro, con grandes obras como 'La vida es sueño', 'Bodas de sangre', y luego es verdad que me he vendido un poco al audiovisual porque es más cómodo, porque es menos tiempo, compromete menos, y de repente ahora con todo esto de poner mi vida y decir '¿qué es lo que me apetece hacer realmente ahora? A mis 52 años, sin una familia, sin hijos, que no necesito tampoco demasiado dinero y tengo toda la libertad para hacer lo que quiera, ¿qué es lo que me gustaría?'.

Y me gustaría hacer determinadas cosas en teatro, un Cyrano de Bergerac, que lo estuvimos mirando, porque era una opción de hacerse que al final se cayó porque eran temas que iban más allá de la producción privada. Eso, me gustaría volver al teatro o, de repente, una peli pequeñita. ¡Bueno, mi novela!, que tenemos el guión de la peli, me encantaría poder hacerla. A lo mejor sin mucho dinero, sin que sea una gran producción, no hace falta, pero poder hacer el personaje protagonista de mi película, no necesariamente dirigirlo, porque me parece un quilombo, pero eso sería otro sueño.

Háblanos de tu libro.

¿La novela? Es una novela que salió en 2018, salió en Portugal y en España, se vendió muy bien, muy buenas críticas. Se llama 'La grandeza de las cosas sin nombre', que todavía está en Amazon, si alguien las quiere comprar, pero me ha dado muchas alegrías. Luego empezamos a trabajar en el guion, porque la idea a mí se me ocurrió como una película pero luego lo escribí como novela y ahora vuelve a ser película. 'La grandeza de las cosas sin nombre', esperemos que algún día haya una peli al respecto, y hay mucho de fútbol.

Ah, mira.

Sí. La última escena del libro, o de la película, pasa justo en el momento en el que Andrés Iniesta mete el gol del Mundial 2010. Lo ubico en ese momento. Van pasando cosas con el personaje protagonista, que vuelve después de 30 años a España, de donde se fue a los 12 años. Después de su periplo por España vuelve a Nueva York, de donde es él, y hay un ruido, un barullo en el avión, y dice: '¿Qué es eso?' 'No, que España acaba de ganar el Mundial'. Así que ésa es mi pequeña joyita y una de las cosas que más placer me ha dado y más creativo me ha hecho sentir, mucho más incluso que interpretar, la escritura, lo que pasa es que es tan difícil (se ríe). Sobre todo es muy desagradecido, porque yo soy una persona a la que le gusta trabajar mucho en equipo, que eso sí te lo proporciona actuar.

Soy muy de las relaciones y pasarme diez horas todos los días, como hice, sentado delante de un ordenador, más solo que la una… Tienen que darse una serie de circunstancias que en ese momento sí se dieron, en el 2016, que yo estaba en Londres bastante solo, y que no se han vuelto a repetir. Lo que no puedo es llevar dos gorros a la vez: o soy actor o soy… Tengo que estar en un periodo en el que sólo escriba. Si estoy actuando y al mismo tiempo estoy escribiendo, me cuesta. Y ahora me falta una historia potente que me venga como me vino la otra que me vino, que me vino ella a mí, yo no la busqué.

"Que volvamos a tener noches mágicas en Mestalla, pero hoy por hoy me confirmo con no bajar a Segunda y no tener esa noche oscura del alma. Me produce un pánico tremendo"

Enrique Arce Actor y valencianista

¿Y qué te gustaría vivir con el Valencia?

Ostras… He vivido dos Ligas, me volví loco, pero como la sensación que tuve en Milán y en París de tocar con los dedos una Champions, yo creo que eso tiene que ser maravilloso. Soy igual de amante de la selección que del Valencia, con la Eurocopa recientemente o con el Mundial me volví loco, pero está esa cosa de deuda pendiente que jo, algún día… Lo veo tan lejos y lo veíamos tan cerca, que dos años seguidos repetimos, pero ahora lo veo como algo tan quimérico, y más tal y como está el fútbol hoy en día, que el mercado es tan cruel con los que no están arriba del todo. Bueno, esperemos que la suerte y determinados gestores que vengan con amor por el club, con ganas de hacer cosas, y los que podemos ayudar en la medida de lo posible haciendo que el valencianismo se conozca fuera de nuestras fronteras, cada uno que aporte su granito, y que volvamos a tener noches mágicas en Mestalla como hemos tenido tanto tiempo. Si es que fue hace cuatro días… Pero me conformo, hoy por hoy, con no bajar a Segunda y no tener esa noche oscura del alma, que de repente te quedes ahí como un Zaragoza o la Coruña o el Málaga. Eso me produce un pánico tremendo. (Se pasa las manos por la cara y dice con risa nerviosa).

¿Qué te entusiasma tanto de la Selección?

A pesar de que mi ADN me dice que sólo un 13% (es español), me siento… ¿Sabes qué pasa? Que yo me fui a estudiar fuera, a Dublín, con 9 años, estudié COU en Estados Unidos y, muy en contra de lo que piensa la gente, yo creo que cuando tú sales de tu país hay un vínculo que se acrecienta, hay como un orgullo de decir: 'Soy de un gran país llamado España', y más ahora, que está tan mal visto hablar de esto y más en mi profesión… Pues yo soy ese actor raro que enarbola la bandera de España, que se siente orgulloso y cada vez que España gana algo me dan igual las críticas que pueda recibir por parte de un sector, me da igual. Yo saco la bandera. Me siento orgulloso de ser español, me siento muy orgulloso de ser valenciano y creo que es bonito, sin talibanismos y sin enarbolar puño. Soy valenciano y soy español y me siento orgulloso, y cuando juega mi equipo, el Valencia, y cuando juega la selección quiero que gane y me vuelvo loco cuando lo hacen, porque tengo todavía esa parte niña o tribal de querer que los míos ganen y sentirme identificado con eso. Está bien, no pasa nada.

"Fue un mazazo bastante importante cuando parecía que Valencia no iba a ser sede del Mundial. Ahora vamos a esperar, con ilusión, con expectativa, pero con mucha cautela"

¿Y qué supondría para ti que Valencia fuera sede del Mundial 2030? ¿Cómo estás viviendo que aún haya opciones para la ciudad con las obras del Nou Mestalla en marcha?

Con expectativa, con ilusión. Es verdad que fue un mazazo bastante importante cuando parecía que Valencia ya no iba a ser, y da mucha rabia que mi ciudad y la tercera ciudad de España no esté representada en un Mundial, como sí lo estuvo en su día, que fue sede de la selección española en el '82. Yo recuerdo haber visto uno de los partidos de la primera fase, porque además España jugaba en Valencia, y sería maravilloso que la selección volviera a jugar en Valencia. Vamos a esperar, primero, que finalmente Valencia sea designada como sede y a ver si suena a la flauta y tenemos la suerte de ver algún partido de la selección aquí. Pero bueno, con ilusión, con expectativa, pero con mucha cautela.

Pues un placer, Quique, que podríamos seguir hablando y hablando…

Y aquí queda pendiente una cosa (dice señalando y mirando a la cámara), que es que nos hemos apostado Cristina Bea y yo, que quede registro, una paella, y que quede registro también, que quiero perder (dice con la mano en el pecho).

Porque ¿tú que has apostado?

Yo he apostado que el Valencia baja, pero va a ser ella la talismán (dice señalándome). Quiero pagarle la paella, ¿de qué? ¿De langosta? La que tú quieras, la más cara. (Se ríe y manda besos). Gracias, gracias, Cris.

A ti, a ti, un placer.