ENTREVISTA

José Antonio Ponseti vivió la fuga de la SER a la Cope y sufrió la presión de ser el recambio: "No se fue un grupo de gente, se fue un sonido"

El comunicador empezó en Carrusel siendo 'Polveti' y terminó copresentándolo para restañar las heridas del naufragio.

José Antonio Ponseti, tras la entrevista con Relevo. /S. Fenoll
José Antonio Ponseti, tras la entrevista con Relevo. S. Fenoll
Gonzalo Cabeza
Salvador Fenoll

Gonzalo Cabeza y Salvador Fenoll

El Mundial de 2010 lo ganó España y eso siempre quedará, pero aquella primavera previa también será recordada por una gran ruptura. La SER despidió a Paco González con una Super Bowl de por medio, su gente se fue en masa con él y todo cambió en la radio deportiva española. José Antonio Ponseti era y es parte de esa gente de Paco, pero todo esto le pilló trabajando en Estados Unidos, con una disyuntiva de esas imposibles de resolver bien. Él es protagonista del tema, pues fue el recambio un año más tarde, pero también uno de los mejores observadores posibles para recordar lo que pasó. Casi no es necesario ni preguntarle por ello, le sale natural, es historia de la radio, pero también la historia de su vida.

Es posible que la gente no lo sepa, pero tienes un papel importante en la evolución de los carruseles deportivos de fin de semana. Tú, con Miguel Ángel Paniagua y alguno más, fuiste clave en Yankilandia, el espacio de los sábados que precedía a la jornada del fútbol. Ahora esos espacios con mucho humor son habituales en el formato, también porque la jornada está mucho más dilatada, pero en eso fuiste un precursor.

Yo ya entré con un pie cambiado en esta vida. Me explico. Mi primera intervención en Carrusel Deportivo, que en aquel momento aún no estaba Paco, fue con Antonio Martín Valbuena, con Pepe Domingo, con Ana de Toro en la parte de la producción. Yo creo recordar que era un partido de balonmano. Becario, debía ser en los 80, finales. "Ve al partido y te darán un par de pasos, otros en Carrusel". Imagínate la primera vez que te dicen eso, el susto que llevas es descomunal, porque dices, "madre mía, enganchar el equipo, que el equipo funcione, que todo vaya bien...".

Pepe Domingo era quien hacía las rondas. "Nos vamos al campo de tal, no sé qué...". Antonio Martín Valbuena presentaba. Era un partido del Barcelona contra no sé quién, y Pepe Domingo se equivoca. Y en vez de darme paso como José Antonio Ponseti, dice la famosa frase de "y adelante José Antonio Polveti". Entonces hay un silencio, él se da cuenta que se ha equivocado y empieza a reírse. Yo me doy cuenta que el paso es para mí y empiezo a reírme y entonces nos reímos ya en antena. Claro, lo de Polveti en vez de Ponseti ya fue un icono, yo hago mi intervención, afortunadamente esa fue buena y a la siguiente intervención que me dan paso ya me la dan bien, pero también fue buena, aunque ya había constantemente una risa.

Y ya se familiarizó como que yo era un tío divertido. A los cuatro días se va Antonio Martín Valbuena y entra Paco González. Paco González cuenta conmigo desde el minuto uno, llegan los Juegos Olímpicos del 92 de Barcelona, yo me uno al equipo de Madrid con Paco, con Manolo, con Pepe y con todos, de las retransmisiones de los Juegos Olímpicos. Hago los deportes más dispares, me toca narrar judo, no sé qué, y se partían la caja porque claro, ellos eran conscientes de que yo me había preparado ese combate una hora antes, yo no sabía lo que era ni Ippon ni tal, y narraba como si fuera el mayor experto. Y los tíos se des... pero vamos, se partían la caja.

Y entonces nace Yankilandia. Como Paco sabe que yo soy un loco de los deportes raros, me dice, "tío, la primera hora de Carrusel queremos hacer una cosa contigo, queremos hacer una cosa divertida de distintos deportes americanos y tal". Se incorpora Paniagua también. Ahí empieza esa hora donde valía todo, donde realmente nos podíamos reír de todo y nos reíamos de la gente que metía la pata y de la que no. Y nos reíamos, lo más importante, de nosotros mismos. Ese es el cambio que hay, Yankilandia realmente lo que hace o lo que convierte, y que hoy en día se entiende la radio por eso, es en una hora, la primera hora, en donde se habla de deporte pero en buen tono. No hay mal rollo, hay risas, hay vaciles, hay locuras, porque luego ya después de Yankilandia vendrá el partido de turno, el del Madrid.

Has de acordarte que en aquella época no venía un partido, venían cinco de golpe o seis, porque por eso tenía sentido Carrusel y todo, no como ahora que es uno, otro, otro. Entonces, era una hora donde la gente la esperaba, donde la gente se reía, donde se hablaba de muchos deportes, deportes que no se escuchaban en el resto de horas de Carrusel, y sin embargo, todo el tono era descomunal.

Y se dan cuenta ellos, yo voy enterándome por ellos también, de que está funcionando muy bien, de que hay muchas llamadas, que hay concursos, que la gente llama en masa, y que la gente se empieza a quedar mucho con la primera hora de Carrusel, con Yankilanda y tal. Que se quedan los partidos, pero que esa primera hora de pronto pega un picotazo de audiencia.

Y ahí nace la radio actual, del buen humor, del no tomarse todas las cosas como si te fuera la vida en ello, que ya hay momentos dentro de los programas, tanto en Tiempo de Juego como en Carrusel, donde te tomas lo que pasa con el Madrid, con el Atlético de Madrid, con el Barça, no sé qué, los penaltis, lo que hay y lo que no hay, como si te fuera la vida en ello, pero que hay una especie de oasis de buen rollo y de buen humor que además te trae un montón de deportes.

Y a mí, en ese punto, me sucede un clic que al principio, recuerdo que incluso por los más puristas fui castigado, pero que yo les decía, "no entendéis, que el futuro pasa por aquí" y es que de Yankilandia nace lo que era la noche de la Super Bowl, que al final fue un detonante de toda la gran explosión de lo que yo creo que históricamente algún día se estudiará como que se fue un sonido, no que se fue un grupo de gente, sino que se fue un sonido y ahora te explico el porqué.

Yo entiendo que con ellos, haciendo bromas y haciendo la Super Bowl, hay mucha gente que piensa en fútbol americano y que empieza a escuchar cosas de fútbol americano y empieza a entender cosas de fútbol americano. A mí se me acusaba de que yo sabía mucho de fútbol americano, cosa que era cierto, y yo hacía las retransmisiones del Plus, pero que no me tomaba la Super Bowl en serio. Yo les decía, "es que estamos en una etapa en España de no tomarse esto en serio, sino de que llegue a mucha gente". Ese inicio ha traído que hoy exista 100 yardas y que este año en el Bernabéu veamos por primera vez en la historia un partido de fútbol americano oficial de liga, que jugarán los Miami Dolphins contra alguien que se anunciara, espero, entre abril y mayo, que los próximos dos o tres años eso va a pasar en España y que somos un referente para la NFL.

Si eso no hubiese pasado no habríamos llegado aquí, seguro, porque la gente se preocupaba de lo que se preocupaba en este país, que era el fútbol. El baloncesto ya era algo a años luz y luego estaban las locuras de Ponseti, que si el motor, que no sé qué, pero el fútbol americano ahí cambia.

«Históricamente, aquello no ha pasado en ningún otro lugar». Relevo

[Ponseti, sin solución de continuidad ni pregunta que medie, llega a uno de los puntos clave de la historia radiofónica de España. Del mismo modo que cambió la radio, también lo hizo la Super Bowl]

¿Y por qué te decía antes que yo creo que no se fue un grupo humano? Que se fueron muchísimos compañeros, que podía haber estado yo en ese grupo, porque como mucha gente sabe, yo tenía la oferta, pero al final decido no irme, por circunstancias de vida, porque yo decido quedarme en Estados Unidos a vivir, no por otra cosa. Al final he regresado, pero en aquel momento yo decido quedarme en Estados Unidos a vivir.

Porque cuando pasa lo que pasa y se va Paco, Pepe y luego se incorpora Manolo y tal, cuando tú ponías la radio en España y tú ponías la COPE y tú ponías la SER, sonaba igual. No se habían ido unos tíos, es que sonaba igual, es que era lo mismo, es que si yo soy un marciano que había escuchado la SER durante años y de repente aterrizo en España y me ponen la COPE y no sé qué es la COPE, no sé qué es la COPE, porque sonaba a la SER, porque sonaba a lo que habían hecho siempre, porque sonaba al programa en el que yo había estado involucrado durante un montón de años.

Lo alucinante de lo que pasó, aparte de la revolución que supuso a nivel periodístico para los medios, para todos, para la SER, para la COPE, pero para el resto de medios, de medios, porque ahí estuvo pescando todo el mundo por todos lados, es que supuso un traslado de la antena, del audio, del sonido.

Históricamente eso no ha pasado en ningún lugar, eso es brutal, absolutamente brutal. Y a día de hoy sigue siendo una movida especial. Porque a mí al final esa movida me cambió la vida, pero no me la cambió porque yo decidí quedarme en Estados Unidos y no irme con Paco y con Pepe y tal, que hablamos mil millones de veces y seguimos hablando mil millones de veces.

Porque además recuerdo que a mí la oferta ellos me la hacen un 4 de julio, que yo estaba subiéndome a un avión para irme a bucear, por cierto, porque era fiesta en Estados Unidos. No pasa solo eso, sino que a mí, dos años después, provoca que yo tenga que regresar a España y que me tenga que poner junto a Manu Carreño a copresentar Carrusel Deportivo y provoca una explosión ahí de mil cosas. Es que es muy brutal lo que pasó, insisto, porque a día de hoy no existe nada igual.

Por esto que cuentas el encargo que tenías era de lo más complicado, no solo presentar un programa sino sanarlo, devolver un sonido que se ha perdido. Es mucho más que un cambio de caras.

No, no, no. Es que Carrusel Deportivo queda absolutamente tocado, claro, queda herido, muy herido. Es que tienes que ver la calidad periodística de los que se van, que estaban en lo más alto cuando se van. No es que se vaya un grupo humano de gente que está ahí en la parte baja de la clasificación. No, no, que se va el líder, que se va el tío que era número uno. Con todos. Entonces hay una segunda fase, en donde se lo proponen a Manu [Carreño], que Manu habla conmigo.

A mí me costó mucho, no lo he contado nunca, pero a mí me costó muchísimo volver, porque yo pensaba que ya no tenía que volver a España. O sea, yo realmente me iba a quedar a vivir en Estados Unidos. Yo incluso... se producen una serie de circunstancias en donde yo me puedo quedar a vivir en Estados Unidos.

Y hay una decisión tremebunda, ¿eh? Tremebunda con quien era mi pareja en aquel instante y que es mi mujer hoy en día. Yo no tenía padres, yo no tenía un vínculo brutalmente directo en España. Sí que tengo tíos, tengo primos, sobrinos, tengo un montón de cosas ahora, pero en aquel momento yo me sentía muy huérfano y mi vida se había reconstruido en Estados Unidos y yo no pensaba que fuera la pieza clave a la hora de regresar a sanar esto. Es más, no tenía claro ni si tenía realmente que aceptar, porque la oferta de la COPE continuó, no sabía si tenía que aceptar irme con ellos si ellos aceptaban que me quedase en Estados Unidos.

Hubo aquí un encargo tremendo, a mí me presentan un poco como el loco de la historia. O sea, viene Manu, pero viene aquí un tío que os va a tener enloquecidos durante todos los carruseles. Y así fue. Me volví loco con el maquinillo, con todas las cosas que hacía. Era jugar otra liga diferente, como un apoyo en buen tono, de todo lo que pasaba en Carrusel. Y fueron años divertidos.

Ponseti, sobre la presión de las audiencias tras la ruptura en los deportes de la SER. Relevo

¿Cómo viviste lo de las audiencias? Para cualquier profesional es importante, pero quizá en ese momento más, era un poco lo de Broncano y Motos con todo lo que había pasado.

Mira, la presión era descomunal, no había un poco de presión, no, era descomunal. Yo recuerdo haber hablado con Paco y tal, porque nos llamamos y decirle, "madre mía, que ya estamos otra vez en estas", y me decía, "no me jodas tío, que estamos...". Porque es que era descomunal en los dos lados, ellos tenían tanta presión en la COPE como nosotros en la SER, y éramos conscientes de eso, y éramos conscientes que todos hacíamos cosas diferentes, ellos hacían el programa que siempre habían hecho y habían incorporado mucha gente y nosotros intentamos romper un poco, el intentar girar para pescar a gente que no estuviera ya con ellos porque obviamente la gente que estaba con ellos estaba con ellos.

Y era tremendo, era tremendo. La gente no sabe que nosotros, entre nosotros hablábamos un montón y que nos descojonábamos de muchas cosas, pero que teníamos una espada de Damocles encima constantemente, porque se miraban al milímetro, se analizaban todos, se hacían grupos de audiencias para ver cómo podía ir, qué funcionaba mejor, si yo tenía que reírme más o menos, si tenía que tocar el botón más o menos, si nos escuchaban más las señoras de 50 para arriba o las chavalas de 25 para abajo. Era brutal, era brutal. Recuerdo que aparte del programa teníamos sesiones con lo que llamaban ellos los grupos de audiencias de analistas y tal que era descomunal.

Me acuerdo haber ido a comer con Pepe Domingo, que era de otra manera, y decía "a tomar vientos y tal...". Como que le quería quitar presión a todos, a ellos y a nosotros. Eso era una locura, nunca la gente sabrá lo que se vivieron los tres años que nosotros estuvimos, que además nos fue genial de audiencia.

Nosotros conseguimos incluso pasar los dos millones o sea tuvimos años muy buenos, a ellos les costó un poco más según qué años. A nosotros nos fue muy bien y bueno luego fue la locura de la SER, que decidieron que nos quitaban a nosotros, porque nosotros en aquel momento también hacíamos, tanto Manu como yo, tele.

Manu hacía su parte y yo presentaba El Día Después, precisamente. Y la SER ahí hizo unas cosas extrañas. Luego llegó Gallego y detrás de Gallego llegó Dani. Pero realmente los años que nosotros tuvimos fueron descomunales y nadie ha vivido la presión que nosotros vivimos. Ni el primer año de Javi Hoyos, porque el primer año de Javi Hoyos, que fue el año puente, Javi Hoyos jugó una liga muy extraña, porque aún estaba Manolo Lama, no se había ido, narrando partidos.

Nosotros vivimos la realidad. La realidad es que todo el equipo que se había ido de la SER ya estaba incorporado en la COPE y que nosotros empezábamos con los que quedábamos de kilómetro cero y con un producto que le teníamos que dar forma, que tenía una forma ya estándar, que era Carrusel Deportivo, pero que había que hacer.

Ponsetti, sobre la narración de la Superbowl que desencadenó la tormenta radiofónica. Relevo

Para terminar de contar esta historia falta un hito importante que ya has apuntado antes de alguna manera: aquella Super Bowl que desencadenó todo.

La famosa noche.

Fue una Super Bowl como... Es que no fue una Super Bowl. Yo creo que fue un detonante, pero que ahí había cosas acumuladas. O sea, que eso fue como la gota que colmó un vaso X de una relación que ellos tenían en Madrid con los que en aquel momento dirigían la radio y que nada tenía que ver conmigo, porque yo vivía en Estados Unidos. Yo no fui ni consciente de muchas de las cosas que pasaron, yo me fui de mi casa de Miami al estadio que me tocaba a hacer esa narración, yo narré, sí que hubo momentos en donde la cosa se subió de madre, pero escúchame, se subió de madre como se había subido en otras Super Bowl.

O sea, no es una cosa que dijeran... Fue el desparrame, porque fue el desparrame. Pero había sido desparrame en Super Bowl anteriores. Eso afecta directamente a Hevia y Paco entra, como habríamos hecho todos los jefes en su momento, a ponerle el paraguas a uno de sus empleados, porque, insisto, esa noche hubo barbaridades por todas partes, pero una vez más entro a decirte que había habido barbaridades antes.

Eso se junta con el famoso Mundial de aquel año, con una estrategia distinta que quiere hacer la radio, una estrategia que desde la parte de contenidos no se comparte porque se quería hacer unas historias fuera y eso provoca un enfrentamiento ahí tremendo.

Yo recuerdo desde Miami haberme enterado de todo lo que está pasando y de haber llamado a unos y a otros, a jefes y a no jefes, a amigos y decir "hostia, tíos, es que no podéis entrar en esta guerra tan descomunal". Eso acaba como sabes, pero insisto yo creo que la Super Bowl de ese año fue una gota más de otras 200 cosas que estaban pasando interiormente, que yo, insisto, no viví porque yo vivía en mi mundo, yo vivía en Estados Unidos y las cosas que yo me enteraba es porque me llamaban, no porque las vivía. Y bueno, y esa fue la historia.