PREMIER LEAGUE

Cinco años de Van Dijk: cómo pasar de fregar platos a ser el mejor central del mundo

Se cumple un lustro de su debut con el Liverpool.

Van Dijk levanta la Champions en Madrid./GETTY
Van Dijk levanta la Champions en Madrid. GETTY
Jordi Cardero

Jordi Cardero

Hace algunos días que Van Dijk aterrizó en Anfield. La noche baña Melwood, centro de entrenamiento del Liverpool, y Klopp se acerca a Virgil. "Puede que mañana seas titular. Hay algunos chicos cansados y no quiero arriegar. ¿Estás preparado?", le preguntó el entrenador. Van Dijk, manteniendo siempre su poso, respondió que sí. 24 horas después, el neerlandés debutaba y marcaba en el derbi copero ante el Everton.

Han pasado cinco años desde aquel cabezazo y durante el camino Van Dijk lo ha ganado todo con la camiseta del Liverpool. La de Virgil es una historia cultivada a fuego lento, de ascenso tardío a la élite. También fue la ficha que inició el imparable efecto dominó del proyecto de Klopp. "Sabíamos que o era él o no era nadie", reveló una vez Peter Krawietz, uno de los asistentes del alemán. Y así fue.

Cuando Van Dijk tenía 16 años pegó el estirón y creció 13 centímetros, lo que se tradujo con problemas en las rodillas y la espalda. Tiempo atrás había empezado a jugar a fútbol en las canchas que la Fundación Johan Cruyff tiene repartidas por el mundo. En su caso, fue en Breda. Mientras soñaba con el balón, Virgil se ganaba un humilde sueldo trabajando en una cocina. Fregaba platos y con el dinero que se llevaba hacía planes con sus amigos, que solían terminar en un McDonalds de la ciudad.

A Van Dijk le costó tiempo firmar su primer contrato como profesional. Lo hizo con el Groningen. Pero una vez en la Eredivisie, varios equipos comenzaron a seguirle. "Miraba videos de él y pensaba: "Este chico es especial. Debe tener algo malo, no puede ser tan bueno"", recuerda Neil Lennon, entrenador del Celtic. En 2013, el central hizo las maletas y se marchó a Glasgow.

El salto al Celtic y la crítica de Van Gaal

Fue su primera experiencia en el fútbol británico y le valió para estar en el equipo del año de la liga escocesa. Sin embargo, no llegó la llamada de Van Gaal para ir al Mundial de Brasil. "No defiende hacia adelante", justificaba el seleccionador neerlandés. Fue un punto de inflexión para Van Dijk. Durante el próximo curso rebajó casi diez kilos y su fútbol y su mirada cambiaron. "Se dio cuenta de que tenía que dar el 100% si quería dar el salto al siguiente nivel. Se centró, sobre todo, en los detalles tácticos", recuerda Ronny Deila, que también pasó por el banquillo del Celtic.

Y finalmente llegó el siguiente nivel. Dio el salto a la Premier de la mano del Southampton de Ronald Koeman. El proceso evolutivo de la próxima etapa lo cumplió a los tres años. El Liverpool había seguido a Van Dijk desde que jugaba en el Celtic y sabían que era el momento. Los Reds habían confeccionado una lista de más de 30 posibles centrales para paliar un mal defensivo endémico. Acotaron la búsqueda a únicamente a cuatro defensas: Laporte, Koulibaly, Boateng y Virgil.

Van Dijk y Neymar durante un partido de Champions. GETTY
Van Dijk y Neymar durante un partido de Champions. GETTY

Tiempo atrás, Klopp había criticado los más de cien millones que el Manchester United había puesto para fichar a Pogba. En invierno, el Liverpool eligió a Van Dijk a cambio de casi 90. "¿He cambiado de opinión? Sí, es cierto. Pero es mejor cambiar de opinión que no tener ninguna", se defendió el técnico. El departamento de estadística avanzada de Anfield, pionero en el mundo del fútbol, había calculado que el Southampton podría pedir hasta unos 120 millones. Cuando sobre la mesa respondieron que no le dejarían marchar por menos de 80, el Liverpool no tembló a la hora de firmar el cheque.

"Nos permitió jugar con las líneas más altas gracias a su sentido futbolístico", recordó Pep Lijnders, mano derecha de Klopp. Van Dijk terminó dando sentido a aquel equipo ultra agresivo en presión que ahogaba a cualquier rival que se le pusiera delante. "Primero tienes que superar a nuestro tridente, que es difícil porque ellos solos defienden a cinco o seis jugadores. Luego tienes que enfrentarte a nuestros centrocampistas, que son muy disciplinados achicando espacios. Y luego llegas a nuestra última línea, que juega muy arriba y al filo del fuera de juego. Y aun así, si lo pasas, ahí está Virgil y su zancada, que siempre puede alcanzarte", relata Lijnders.

El salto de Van Dijk a la élite absoluta sólo puede entenderse tras su comprensión de que en la mayoría de equipos grandes los centrales tienen que empujar a sus compañeros y defender hacia adelante, como le recriminaba Van Gaal. El central lo logró, pero manteniendo su esencia. De hecho, siempre es su acompañante el proactivo a la hora de saltar a defender al rival. Sólo así, y por su talento defensivo, se entiende que en dos temporadas nadie lograra regatearlo.

"Es demasiado grande, demasiado fuerte y demasiado rápido. Encima huele bien. Odio jugar contra él"

Troy Deeney Exdelantero del Watford

"Es demasiado grande, demasiado fuerte y demasiado rápido. Encima huele bien. Odio jugar contra él", dijo una vez el exdelantero del Watford Troy Deeney. Que se lo pregunten también a Heung-min Son y Moussa Sissoko. El dos contra uno que les defendió Van Dijk quedó grabado en las paredes de Anfield.

El Liverpool de Klopp, pese al constante proceso de transformación, lleva un par de temporadas dejando la sensación de haberse consumido. Primero fue una lesión de gravedad, que le dejó sin fútbol durante casi una temporada entera y desencadenó en problemas defensivos para su equipo. Este mismo curso, Van Dijk se ha vuelto a lesionar: es muscular, pero estará baja varias semanas. Las malas dinámicas también han influido en Van Dijk y le han quitado parte del aura que antes lucía. Aunque la de Virgil y el Liverpool es una historia inacabada, termine como termine en el relato, siempre figurará que el uno sin el otro nunca hubieron descubierto estos límites.