Error a lo Gerrard, asedio final y empate para poner la Premier en un punto con el Arsenal líder

Hace poco más de 15 días, el Liverpool visitó Old Trafford en FA Cup y perdió en el descuento con un gol de Diallo en el minuto 120+1 de la prórroga. Fue un partidazo con siete goles, emoción, roja al goleador tras quitarse la camiseta y un triunfo de altura para el equipo de Ten Hag, capaz de mostrar lo mejor y lo peor en el lapso de pocos días.

Hoy era otra historia, porque la Premier League no es la FA Cup y el Liverpool es candidato a ser campeón. Mientras tanto, el United necesita seguir ganando para optar a Europa. De reojo, Arsenal, City, Newcastle, West Ham o Tottenham miraban, porque sus aspiraciones también dependían de este encuentro que no decepcionaba, con Garnacho marcando un gol que posteriormente sería anulado y Onana salvando a su equipo en tan solo tres minutos de juego.

El Liverpool, a lo suyo. A intentar buscar la portería rival, la del camerunés que cada vez está mejor en el United y su equipo lo nota. Pero cuando Luis Díaz apunta dentro del área, suele ser complicado detenerlo. Y a la salida de un córner, con un Darwin Núñez colosal que peinó en el primer palo, el Liverpool encontró el gol con un derechazo del colombiano. Conexión sudamericana y a cobrar, los de Klopp no querían que City y Arsenal tomaran ventaja.

El primer tiempo fue todo del Liverpool, pero todo, todo. Porque ni tiró a puerta, tuvo un 'expected goals' de 0.00 ni tampoco tuvo remates. Era imposible marcar así. Por el contrario, el Liverpool tiró 15 veces y sólo marcó un gol: fútbol.

Fútbol porque la segunda parte parecía ir por el mismo camino, pero esto es la Premier League y un error de Quansah terminó en los pies de Bruno Fernandes (y vivimos un dejà vú de lo de Gerrard), que ni se lo pensó porque vio a Kelleher adelantado y no falló. Gol, 1-1, Old Trafford explotando y comenzaba un partido nuevo.

A ambos equipos les gusta el vértigo, los partidos de ida y vuelta. ¿Es lo que mejor les viene? No, pero es como se sienten más cómodos. El partido se jugaba a 120 kilómetros por hora y nadie pisaba el freno.

Si en el primer tiempo el encargado de ponerle un poco de picante al partido por parte del United fue Garnacho, en el segundo tiempo el turno fue de Kobbie Mainoo, que, con 18 años, no parece que haya mucho que lo ponga nervioso. El chaval se metió dentro del área, en el vértice izquierdo, recibió, se dio la vuelta, ni miró y puso el interior de su pie derecho para que Kelleher no pudiese llegar ni en cuatro vidas. Se ponía por delante el equipo de Ten Hag y volvía a ser, por el momento, la bestia negra de Klopp.

Al egipcio no se le vio durante todo el partido, estuvo ausente tanto en la creación de juego como en el remate. Pero eso le da igual, porque en el momento que tuvo que coger el balón y tomar la responsabilidad de tirar un penalti, lo hizo. Y no falló. Venció a Onana, que se tiró al otro lado y empató el encuentro en Old Trafford para seguir soñando con la Premier. Del error de Wan Bissaka haciendo el penalti no vamos a hablar porque fue muy grosero.

Los siete minutos de descuento fueron de infarto. El Liverpool lo intentaba, el United creía en la victoria. A ninguno de los dos le 'valía' el empate y Luis Díaz tenía la penúltima, pero se iba alto.

El colombiano es un jugador tremendo, que corre hasta la última jugada como si fuese el minuto uno. Tiene un físico envidiable que le da aire a todo el equipo y también le daba la última jugada a los de Klopp, pero Onana salvaba el disparo de Elliot y con esto terminaba el partidazo de la jornada.

El Liverpool se dejaba dos puntos y el Arsenal quedaba líder con 71 puntos, uno más que Liverpool y Manchester City. Los de Arteta son líderes, sí, y sueñan. Por qué no van a ser campeones, por qué no les va a tocar a ellos. La Premier League, al rojo vivo, pero no rojo de Liverpool, que hoy no pudo en el Teatro de los Sueños.