El Liverpool - City deja una patada voladora, un enfado y un abrazo de leyendas: "Podría jugar al pádel, es español"

En un duelo magnánimo entre Manchester City y Liverpool siempre quedan grandes imágenes detrás. El partido, de ida y vuelta, con ocasiones y con un nivel excelso de algunos de sus protagonistas fue una nueva oda al deporte. La emoción se desbordó ante un Anfield lleno hasta la bandera y deseoso de una nueva Premier de Jurgen Klopp antes de su marcha.

Más allá del frenesí, el partido tuvo de todo. Desde el enfado de Kevin de Bruyne con Guardiola por ser cambiado antes de tiempo hasta el sentido abrazo entre los técnicos, conscientes de que quizás no se vuelvan a enfrentar tras años de lucha encarnizada. Y, por supuesto, polémica.

Tras el pitido final, Klopp y Guardiola se acercaron y se abrazaron conscientes de que ya no habrá una siguiente vez. Al menos, de momento. El técnico alemán ya anunció su marcha del Liverpool y que se tomará un año sabático antes de dar el salto a un nuevo reto profesional. Por ello, quizás el destino no les vuelva a juntar.

Hasta el final de campaña, dos amigos pasarán a ser rivales acérrimos. Con la batalla por la Premier al rojo vivo, mirarán con detenimiento los resultados del rival y siempre se reconocerán mutuamente. Guardiola lo hizo no solo en ese abrazo, sino también en los micrófonos de Sky Sports.

"No necesitaríamos un abrazo para mostrar ese respeto que nos tenemos. Él defiende su club y yo defiendo el mío. Nuestra historia habla por sí sola. Todavía nos quedan diez partidos y pueden pasar muchas cosas", expuso el técnico del club mancuniano. Y Klopp tiró de su habitual simpatía: "Cuando nos retiremos tal vez nos hagamos amigos. A él le gusta el golf, a mí no me gusta el golf... Yo juego al pádel. Él podría jugar al pádel, es español".

Una de las grandes imágenes del partido la protagonizó Kevin de Bruyne, visiblemente enfadado con Guardiola tras sustituirle en el minuto 69 del encuentro para dar entrada a Mateo Kovacic. El belga estaba cuajando un buen partido y él mismo se había inventado de la nada la asistencia para el gol de John Stones.

Al ver su dorsal en la tablilla abandonó el terreno de juego cabizbajo. Tras llegar al banquillo, chocó la mano con Pep Guardiola y le hizo un par de aspavientos que en primera instancia se pudieron interpretar como diferentes visiones tácticas en un momento en el que el Liverpool estaba sometiendo y encerrando en su área al Manchester City.

Minutos después, el belga volvió a mostrar su disconformidad, ya sentado en la butaca. Pep Guardiola tuvo que resolver la duda en la televisión y hasta elogió a su futbolista: "¿Su enfado? Eso es bueno. Tiene la oportunidad de demostrarlo en el próximo partido. Necesitábamos a un jugador que retuviese el balón. No se trataba de presionar. Kovacic es realmente bueno en eso. Estábamos contentos con Kevin. No es un problema. Estamos bien".

Todo gran partido tiene que tener, al menos, alguna pincelada de polémica. Esta vez no iba a ser menos. Doku dio una patada voladora al más puro estilo De Jong con Xabi Alonso e impacto en el pecho de Mac Allister. Sin embargo, parece tocar levemente el balón y eso fue suficiente para que ni colegiado ni VAR consideraran que era para señalar pena máxima.

Algo que dejó atónitos a seguidores y futbolistas 'reds'. Y más a Jurgen Klopp: "Fue penalti al cien por cien. Ya encontrarán una explicación. Es falta en todas las zonas del campo y probablemente tarjeta amarilla. Todas las personas con tablets a mi alrededor decían: 'Guau, es claro'. Tal vez puedan esconderse detrás de la frase 'no es claro ni obvio' (lo que en España sería un error claro y manifiesto)".

Y cierra: "Por supuesto que es penalti, pero no lo señalaron y está bien. Lo más importante para mí es que podemos jugar al fútbol así. Hoy vi muchas actuaciones sensacionales". Jurgen, tú y todos. El Liverpool-Manchester City fue un nuevo regalo al espectador.