El Liverpool le da la razón a Guardiola y pierde en Anfield

El pasado 1 de abril les contábamos en Relevo que el vestuario del Manchester City, con Pep Guardiola a la cabeza, creía que esta Premier no iba a estar en los triunfos, si no en las derrotas y empates. "Ninguno de los tres equipos va a ganar los 27 puntos que quedan en liza, la liga no se va a ir a los 100 puntos ni mucho menos, todos van a fallar, pero que el secreto estará en el que menos falle" escribimos en su día y hoy, el Liverpool le da la razón a Guardiola y su cuerpo técnico.

El Liverpool, en casa, ante el Crystal Palace. A priori, un partido asequible, que el equipo de Klopp tenía que solventar. Pero el último precedente en Anfield de apenas hace tres días contra la Atalanta en Europa League hacía dudar a todos, porque ese día los italianos fueron mucho mejores y Klopp admitió la derrota, algo que hoy no debía ocurrir.

Oliver Glasner planteó un partido 'perro'. Tapando a Alexis MacAllister, que no podía darse la vuelta en ningún momento, tapando a los laterales y siendo fuerte atrás, con tres centrales y dos pivotes. Encima, arriba, Mateta aguataba todos los envites de Konaté y Van Dijk. En el primer tiempo el gol de los visitantes obra de Eze acentuaba más este plan, que le salía de lujo a los londinenses.

El Liverpool no iba a vender barata la derrota, eso estaba claro. Klopp, antes de dejar el club, hará todo y más por llevarse la Premier League a casa y por fin poder celebrar con gente, ante su público. Pero como enfrente estén porteros como Henderson, que hacen casi imposible que el rival meta un gol, será complicado.

Ni los titulares podían ni los que entraban desde el banquillo tampoco. Szoboszlai, Alexander-Arnold, Diogo Jota, Gakpo y Elliot. Casi nada lo que entraba desde el banquillo para intentar una remontada que vimos tanto esta temporada a favor del Liverpool, una remontada que los aficionados de Anfield soñaban. Pero pasaban los minutos, la remontada se escapaba y también el Manchester City.

El Liverpool llegaba al descuento perdiendo y en el primer minuto del mismo, Salah tuvo una de las más claras del encuentro que Michel se encargó de evitar sobre la línea. En Anfield nadie se lo podía creer, nadie. Pero todavía quedaban seis minutos y creían.

En el segundo minuto otra vez la tuvo Salah, pero el colombiano Lerma se encargó de quitarle el balón en la misma línea del área chica. Alisson jugaba en la línea... del centro del campo. El Liverpool no terminaba de generar ocasiones, los 'expected goals' seguían creciendo pero el tanto, lo bonito del fútbol, no aparecía.

Y el gol no llegó, porque ni Alisson, que subió en la última jugada del partido, pudo conseguirlo. El Liverpool se quedaba a dos puntos del City y esperaba una ayuda del Aston Villa para que el Arsenal no se se escapase en la tabla. Ya lo dijo Guardiola, los equipos van a pinchar y hay que estar preparados.