Lopetegui exigirá un Wolverhampton reforzado para continuar tras resucitarle
Cogió al equipo último en Navidad y lo salvó del descenso con tres jornadas de margen. Le quedan dos años, pero tiene más ofertas.

Julen Lopetegui (56 años) es uno de los entrenadores más cotizados ahora mismo en Inglaterra. Su milagro al frente del Wolverhampton esta temporada le ha hecho disparar una reputación en la Premier que ya era buena de por sí tras su paso por Oporto, Selección, Real Madrid y Sevilla. El técnico vasco cogió al equipo en Navidad como colista y, tras nueve victorias y cuatro empates, ha logrado sellar la permanencia tres jornadas antes de que finalice el campeonato. Ahora, con el objetivo cumplido, sólo le queda visitar el campo del Arsenal en el último encuentro del curso y, lo más importante de todo, reunirse con los dueños de su club. Ellos quieren que siga a toda costa, pero lo cierto es que su continuidad no está garantizada.
En esa inminente cumbre, ambas partes deberán analizar estos cinco meses de relación y debatir sobre el presente y el futuro a corto plazo. Igual que hay muchas cosas que se han hecho bien según diversas fuentes consultadas (cohesión en los peores momentos, regularidad, un estilo de juego claro y compacto, mejora del aspecto físico que había...), hay otras que se han hecho regular tirando a mal. Entre ellas la planificación y ciertos egoísmos personales dentro de la plantilla que ven más a los Wolves como un trampolín que como un proyecto donde hacer carrera.
Lopetegui tiene dos años más de contrato pero, pese al estado de felicidad que vive el club en la parte media de la tabla, nadie asegura a estas horas que vaya a seguir. La sensación generalizada es que sólo permanecerá en una entidad en la que está encantado si los directivos que le ficharon cumplen con gran parte de lo que le prometieron a finales de 2022. Esto es, un proyecto muy reforzado en clara progresión, reteniendo a los grandes pilares e invirtiendo en varios refuerzos, para pelear por objetivos mayores a los de esta campaña y, sobre todo, para no sufrir tanto. Los Wolves han logrado la salvación contra pronóstico ya que, además de ser el equipo menos goleador (31), es junto al Newcastle el único conjunto que se ha salvado de la quema en los últimos 15 años tras estar colista en el Boxing Day.
De no garantizarle al entrenador español un proyecto ilusionante, será entonces cuando el representante de Lopetegui empiece a escuchar las propuestas que tiene encima de la mesa y que aún ni ha contemplado por deferencia y respeto a su actual equipo. El club sabe, y así lo ha deslizado ya entre la prensa local, que el Wolverhampton que ha dirigido desde diciembre a mayo hubiera acabado séptimo esta temporada y que, por tanto, para mantener ese nivel de exigencia está obligado a hacer dos cosas con urgencia: una pequeña revolución en la plantilla que quedó a medias en la última ventana de fichajes y persuadir al técnico con nombres y hechos cuanto antes sin tener que estar de los nervios en agosto.
La crisis y el capital chino
No será fácil el acuerdo. Según varias informaciones, el Wolverhampton dirigido por Guo Guangchang está reculando en los últimos meses en sus planes de expansión. La razón principal hay que buscarla en el fair play financiero y, más que nada, en la actual situación económica mundial, donde el capital chino está en continuo repliegue de forma estratégica para paliar los efectos de la crisis desatada desde la pandemia y que se ha acentuado con la invasión de Ucrania. Por este motivo, varios de los medios que cubren habitualmente la información del equipo inglés dan por hecho que los directivos quieren sacar tajada cuanto antes con jugadores como Neves (en la órbita del Barça) y Nunes para cuadrar las cuentas.
De hecho, en el mercado de invierno los Wolves ya se reforzaron menos de lo que pretendían en un principio. Llegaron Cunha (Atlético), Sarabia (PSG), Joao Gomes (Flamengo), Mario Lemina (Niza) y Craig Dawson (West Ham) como grandes incorporaciones en busca de la proeza, pero el cuerpo técnico y la afición esperaban algo más y de mejor nivel. Aun así, fueron muy sonadas las victorias de un equipo contra las cuerdas ante el Liverpool, Tottenham y Chelsea. El 6-0 que le endosó el Brighton fue el único gran borrón.
Esta realidad que rodea al Wolverhampton choca de lleno con los planes que tenía en mente la dirección deportiva del club, también española, y formada entre otros por Edu Rubio, con mucha experiencia en el Reino Unido; Fran Garagarza, ideólogo del mejor Eibar; y Daniel, el propio hijo de Lopetegui que está en la entidad como scouting. Los proyectos ambiciosos, al estilo del Aston Villa, ya han quedado totalmente desechados para la próxima temporada. Los propietarios prefieren mirar a los equipos con más posibilidades de descender junto al Southampton (Leicester, Leeds y Everton), para optar a alguno de los futbolistas a los que no podrán seguir pagando esos altos sueldos en la Championship. Con este panorama y varios clubes punteros pendientes, se avecina una semana en la que puede haber novedades en este caso.