El debut soñado de Lucas Pérez: doblete y oda al fútbol de siempre

La vuelta de Lucas Pérez a Riazor fue una oda al fútbol de siempre, desde todas sus aristas. Se juntaban el 'debut' del futbolista más mediático de los últimos días -el que abandonó el Cádiz en busca de un sueño- con la afición del Dépor -parecían jurarle amor eterno en cada toque de balón- con su rival: el Unionistas de Salamanca, un club gobernado por y para sus socios.

Todo iba encaminado hacia un guión de película, que comenzó en el minuto 49. Lucas Pérez aprovechó un balón a la espalda de la defensa, regateó al portero rival y empujó el balón a la red. Riazor se vino abajo. El éxtasis deportivista. En el 93', ya con 2-0 en el marcador, el ex jugador del Cádiz completó la victoria y una noche para el recuerdo para una afición que no las vive muy a menudo últimamente.

La estrella del Dépor y Riazor formaron la comunión perfecta. Goles con aires de nostalgia. La última vez que Lucas Pérez pisó Riazor fue en el descenso del Dépor a Segunda. Ahora, su gol contribuyó a una victoria que les acerca a su regreso a lo más alto del fútbol español.

"Yo me tengo que ir, no sé si lo sabéis... ¡que tengo que jugar"!. Era Lucas Pérez. Nada más bajar del coche, un numeroso grupo de aficionados deportivistas se abalanzaron sobre él. Fotos, algún "Te quiero", autógrafos, de todo. El camino de Lucas desde el coche al interior de Riazor -unos 200 metros- se convirtió en una carrera de obstáculos. Lejos de parecer agobiado, Lucas estaba encantado.

El regreso del de Monelos inundó Riazor de ilusión. Otro de los momentos álgidos de la previa del día de Lucas Pérez -llamarlo así no sería ninguna exageración- fue cuando un grupo de aficionados recitó la alineación del Dépor en alto. La locura estalló cuando llegaron al nombre de Lucas Pérez, al igual que cuando su nombre sonó en la megafonía del estadio: "Lucas, Lucas Pérez. Lucas, Lucas Pérez".

La tienda del Dépor también rebosaba ilusión. Tanta, que se acabaron las letras que formaban el nombre de Lucas, tan solo estaban disponibles para las camisetas de niños. "Me han dicho que vuelva el miércoles o el jueves", decía un aficionado resignado. "Hemos perdido la cuenta de las camisetas con su nombre que hemos vendido", confesó el encargado de la tienda del Dépor.

Durante el partido, la locura fue a más. Riazor rugía cada vez que Lucas tocaba el balón, que estuvo muy participativo durante todo el encuentro, pero sin fortuna de cara a portería. Hasta que anotó el primer gol. Finalmente, fueron dos, aunque pudieron haber sido más. Pero Lucas Pérez, que ya es uno de los pesos pesados del vestuario, también es consciente de que su liderazgo también será clave en la marcha del equipo. En el minuto 65, el delantero deportivista le dio el balón a Quiles cuando Marta Huerta, la colegiada del encuentro, señaló penalti. Quiles transformó la pena máxima en gol y marcó el momentáneo 2-0.

La noche del ocho de enero permanecerá para siempre en la memoria colectiva del deportivismo. El partido acabó con la grada de Riazor haciendo la ola y coreando el nombre del rival, que se coló en la fiesta. "Sabíamos a dónde veníamos. El estadio lleno, el ambientazo y el efecto Lucas Pérez", destacó Raúl Casañ, el entrenador del Unionistas. "Riazor nos llevó en volandas, queremos que siempre sea una fiesta", afirmó el delantero deportivista en la zona mixta.

"Sigo cumpliendo el sueño de cuando era niño, jugar en el equipo de mi ciudad", dijo Lucas Pérez en su presentación. A juzgar por lo vivido, su ciudad vive el mismo sueño.