PRIMERA FEDERACIÓN

Diego Rivas, el entrenador de porteros que defendió al Arenteiro en Riazor: "Al principio dije que no, no me ilusionaba cambiar mi rol"

El meta 'fichó' por el equipo por las circunstancias. Incluso remató en el gol. Ahora, cuenta en Relevo su semana más agitada: "Me merecía esta despedida".

Diego Rivas, portero del Arenteiro./ARENTEIRO
Diego Rivas, portero del Arenteiro. ARENTEIRO
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Si el fútbol no fuese uno de los principales motores del planeta y una ilimitada fuente de narrativas, entonces, no sería fútbol. Lo vivido esta semana con el Arenteiro, desde luego, es el mejor ejemplo de ello. Diego Rivas, exguardameta y su entrenador de porteros, vio ante sus ojos un hecho insólito. El club necesitaba hacerle una ficha por la lesión de dos de sus tres cancerberos y la cláusula del miedo aplicada sobre el restante. Para colmo, tocaba ir a Riazor, un templo y campo del líder de la categoría.

No quedó otra alternativa y Diego Rivas se colocó los guantes, realizó varias paradas de mérito y participó en el gol del empate subiendo a rematar. Una historia cargada de belleza a la que se llegó entre baches del camino. En una entrevista con Relevo, el ya guardameta del equipo rememora cómo fue el momento en el que el director deportivo le comunicó que estaban meditando esa posibilidad.

"Al principio era totalmente reacio a tener que participar. Mi cabeza ya estaba en otro rol, en otra perspectiva. Tener que volver a cambiar no era algo que a mí me ilusionara ni mucho menos", cuenta. Sin embargo, con el paso de los días fue concienciándose de que tocaba dar la talla y, de paso, vivir el broche final a una carrera de la que no se había podido despedir en condiciones.

Diego Rivas explica cómo se gestó su regreso al fútbol.RELEVO

Diego Rivas nunca llegó a tener ese partido de despedida, ese encuentro en el que él mismo pudiera ser consciente de que era el último. Y le llegó en Riazor, precisamente uno de los campos que le vio nacer como profesional. El curso de la vida, las sorpresas inesperada, la segunda oportunidad del destino... El fútbol y cómo un portero volvió a nacer en una semana que ni el mayor de los ilusionistas hubiera previsto.

El teléfono te estará ardiendo...

Está siendo una locura. La semana pasada no quería atender a nadie, para estar más tranquilo y centrado en el partido. Esto ha tenido una repercusión increíble. Hoy me toca un día liado (ríe).

¿Cómo fueron las sensaciones?

Muy buenas. Evidentemente no era fácil después de tanto tiempo sin competir. Cómo se desarrolló, cómo estuvo el equipo de competitivo ante un rival que seguramente es el mejor de la categoría… Te deja muy buena sensación. Acabé muy contento.

Se dice mucho que lo importante de un portero es parar, pero participaste en el gol del empate… Muy llamativo tras regresar un año después.

Es más anecdótico. El míster me mandó subir en los últimos ataques del partido. Me cayó el balón y no lo pude ver bien. No me lo esperaba, había mucha gente delante… No sé muy bien ni lo que pasó, un rechace, Santos que intentó una chilena, otro rechace por ahí… Por suerte le cayó a Romay que él si sabe lo que hay que hacer en esa situación y la pudo meter dentro. Me alegro mucho por él, que es deportivista y de Coruña. Imagino que habrá sido un gol muy especial.

¿Alguna vez en tu carrera estuviste tan cerca de participar de un gol de tu equipo?

No, ya te digo que no. De hecho no tengo mucho recuerdo de haber tenido que subir a muchos córners. Probablemente sea la primera vez que me he visto en una situación así. Ha querido que haya sido en el último partido y que encima consiguiéramos marcar.

Diego RIvas y su primera reacción para volver al fútbol.RELEVO

Lo importante: varias buenas paradas y sensaciones como portero. Ha pasado tiempo, pero firmaste un gran papel.

Era el objetivo, tratar de ayudar. Sabía que no estaba en mi plenitud física después de meses sin hacer trabajo específico de portería. Por suerte soy una persona activa, estoy entrenando… Nada específico del portero, pero no es solo el físico. En nuestra posición se puede ayudar desde otras habilidades. Cuando me tocó intervenir, pude hacerlo con acierto. Y ha servido para que el Arenteiro consiguiera un punto en un campo dificilísimo, con una valentía de los chicos que tiene mucho mérito. Es el motivo por el que el Arenteiro está haciendo la campaña que está haciendo.

Una revolución en tu vida, mucho ruido en los medios… Pero esto es cosa de un partido. Ahora vuelve Brea. ¿Cuál es la idea? Imagino que juegue él y tú estés por si acaso.

Tal cual. Esto ha sido una situación extraordinaria, límite. El club no ha sido capaz de encontrar una solución diferente porque era compleja. Tuve que dar ese paso adelante para tratar de ayudar al equipo en ese momento. Sirvió para que yo pudiera tener una despedida inolvidable. Sin sonar soberbio, me la merecía. Ahora Pablo (Brea, el que no pudo jugar en Riazor) es el que tiene que ser protagonista y el que debería haberlo sido. Las cosas vienen como vienen y estoy seguro que dará su máximo nivel en lo que está por venir.

Pero si continuarás en el banquillo, por si acaso.

Sí, estamos pendientes de que Manu (otro de los porteros) vuelva, que está en la última fase de recuperación. Quizás hasta dentro de una semana o diez días no pueda estar al cien por cien. Mientras tanto estaré yo ahí por si acaso. La idea es recuperar a Manu cuanto antes y que esté en dinámica para que puedan competir. Es lo que realmente todos queremos.

A nivel anímico, ¿cómo planteaste el partido?, ¿tenías miedo de no estar al nivel?

He ido pasando por diferentes etapas. Al principio era totalmente reacio a tener que participar. Mi cabeza ya estaba en otro rol, en otra perspectiva. Tener que volver a cambiar no era algo que a mí me ilusionara ni mucho menos. Pero viendo la situación límite y que la mejor solución era esta, ya me fui mentalizando y poco a poco me fui convenciendo que lo que tenía que hacer era disfrutarlo. El destino me había preparado un regalo en un marco inigualable. Mi carrera profesional empezó en ese mismo estadio con el filial del Depor, consiguiendo un ascenso a Segunda B. Ahora poder cerrar ese círculo, en ese estadio y dando ese último baile… Fue algo que quería disfrutar y lo conseguí.

El partido de despedida de Diego Rivas.RELEVO

¿Cómo fue ese momento en el que el club te planteó por primera vez la posibilidad de inscribirte?

Fue Álex Vázquez, nuestro director deportivo. Estábamos los dos junto con el cuerpo técnico trabajando de la mano para tratar de incorporar un portero. Ya habíamos tenido muchas negativas por parte de la Federación por la tramitación de licencias o por parte de los chicos porque no era una situación sencilla. Debimos contactar con siete u ocho porteros y no llegamos a un acuerdo con ninguno. Él es el que me dice que están intentando tramitar mi licencia, que ahí sí había posibilidades, que la Federación se lo iba a permitir. Me dijo que le diera una vuelta.

En principio yo soy bastante reacio, le dije que no y que había que seguir buscando un portero. No me veía en disposición de tener que hacerlo. Analizándolo y pensándolo sosegadamente vi que las soluciones que podíamos tener no eran nada sencillas y que un jugador de campo iba a tener que exponerse y jugar en Riazor. Ante esta situación decidí dar un paso adelante. Mi carrera deportiva estaba hecha y no quería pasarle ese marrón a un jugador de campo con toda su carrera por hacer. Era la mejor solución en una situación límite. Desde ese momento lo llevamos con la mayor naturalidad posible y con filosofía. Todo el mundo me ha arropado de forma increíble, el club, el míster, el cuerpo técnico, los chicos… Ha sido una semana diferente y especial, demostrando por qué el Arenteiro está ahí. Capaces de adaptarse a cualquier situación de las que le están ocurriendo. Ese es nuestro gran valor, el grupo de personas que somos.

Dime la verdad, ¿se te ha quedado el gusanillo tras la adrenalina de Riazor?

Tengo claro que se acabó. Se acabó de una forma que es casi imposible que fuera mejor. Tendría que haber sido el gol de la victoria en el último minuto. Es la guinda perfecta del pastel. Acabar mi carrera deportiva donde la empecé de forma profesional es la mejor forma. Este verano, cuando tuve que tomar la decisión de cambiar el rol, me quedaba esa espinita de que no pude haber jugado un último partido sabiendo que seguramente fuera el último. El destino me tenía preparada esta grata sorpresa. Fui muy consciente de que iba a ser el último y que tenía que disfrutarlo. Y así ha sido.

Hay un entrenador en Segunda RFEF, David Movilla, del Zamora, que renuncia voluntariamente a llevar portero suplente en algunos partidos para tener más recursos de jugadores de campo en el banquillo. ¿Qué te parece?

Tiene su justificación y evidentemente la entiendo, pero yo no la comparto. Hay un valor diferencial en la especialidad del portero. Cualquier otro jugador de campo es capaz de adaptarse a otras posiciones, pero ningún otro jugador es capaz de adaptarse a la portería. Cuando había convocatorias de 16 jugadores era algo que te limitaba mucho. Ahí era hasta buena y coherente esa perspectiva. Pero ahora con convocatorias de 18 o de 22 como se hacen en Primera RFEF hay espacio para todos. Se ajustan más a que todo el mundo pueda ir convocado. Entiendo su postura y su razonamiento. Todo es válido. Si crees en algo y estás convencido de que es lo mejor para tu equipo, ¿por qué no? A él le habrá dado rédito. Es difícil que un portero suplente pueda participar, pero igual el día que te pasa te estás jugando algo. Nunca sabes cuándo los puntos van a ser determinantes.

¿Qué importancia tiene para ti la figura del portero suplente en un vestuario?

Para mí es clave. A mí me ha tocado estar en ese rol. A todos los porteros antes o después nos toca excepto para los que están tocados por una varita. Tienes que ser muy duro mentalmente, saber que es un trabajo a largo plazo. Tienes que tener pequeños objetivos individuales de mejora para que la espera no sea solo jugar o no jugar, que es algo que no depende de uno. Nosotros tenemos dos ejemplos magníficos con Pablo y con Manu. Diego hasta la lesión tuvo un rendimiento increíble y será culpa que Pablo y Manu estén por detrás a este nivel apretando todos los días.

Es un rol que no es grato ni agradecido, pero los que estamos dentro y creemos en el trabajo en equipo tratamos de reconocerlo siempre. Es básico para que el nivel del equipo sea bueno.

Y ahora, a ver. Desde luego, tienes una oportunidad más sencilla estando sentado en el banquillo.

Ojalá que no, que eso querrá decir que algo raro ha pasado. Espero que no, que ya bastantes cosas nos han estado pasando para que nos sigan pasando más.