Dotor seda al Barça en la remontada blanca y el Castilla jugará la final por el ascenso a Segunda
Los de Raúl fueron superiores al Barça y sellaron la victoria con un gol de penalti de Arribas en el último minuto.
La grada convirtió Valdebebas en una de las grandes noches del Bernabéu. El Madrid Castilla salió con las ideas más claras ante el Barça Atlètic y culminó una remontada redonda. Lo hizo con el aura que caracteriza al club: con pegada y agarrados al peso del escudo. Los blaugrana no llegaron a sentirse cómodos en ningún momento del encuentro y el Madrid se coló entre sus dudas. Los de Raúl gestionaron mejor el marcador y dominaron el partido. Jugarán la final del playoff de ascenso contra el Eldense.
El Barça Atlètic saltó a Valdebebas con la honestidad con la que había avisado Rafa Márquez, fiel a sus ideas. Jugaba con el oxígeno que era la bola extra que le daba el marcador de la ida. Abrazado al balón, intentó que pasaran las mínimas cosas posibles. Hasta que el Madrid Castilla mostró las garras. Los de Raúl mantuvieron la forma pero su fútbol sumó puntos de rebeldía en comparación a la versión que mostraron en el Johan Cruyff una semana atrás.
El primer aviso fue de Álvaro Martín. El Madrid comenzó a reconocerse, más que en el fútbol, en aquella aura que sobrevuela la ciudad cuando el equipo tiene que remontar. Cuando tenía el balón, Nico Paz comenzó a despegarse de Álvaro para caer a la zona de gestación. Silencioso, desde atrás, Dotor se presentaba al área. Minutos después del primer susto, el primer golpe. El capitán del Madrid remató académicamente un centro de Álvaro Martín, imposible para Astralaga. Arnau Tenas, capitán y jerarca del equipo, tuvo que ver el partido a 30 kilómetros de distancia, convocado con la Sub-21.
21’ GOAAAAAAAAAAAAAL CARLOS DOTOR!!!!!!!!
— Real Madrid Fabrica (@FabricaMadrid) June 11, 2023
Assist from Álvaro Martín!!
CASTILLA 1-0 BARÇA ATLÈTIC!!!! pic.twitter.com/k70P1V3iFu
El estímulo que fue para los blancos el 1-0 impidió Barça la posibilidad de que retener el balón fuera a aletargar al Madrid. Se empezó a jugar únicamente en la mitad de campo blaugrana. Y al filial catalán le empezaron a brotar dudas hasta en salida de balón, la columna sobre la que sostiene Rafa Márquez su fútbol. El Barcelona llegó al descanso con la necesidad de ordenar ideas y redefinir el plan. El Madrid, con el objetivo de agudizar sus ataques.
El Madrid dominó la segunda parte
El segundo tiempo comenzó como lo había hecho el primero: con el Barça amo del balón y el Madrid protagonizando un plan reactivo. Álvaro Núñez tuvo la primera gran ocasión blaugrana del encuentro. Y cuando Raúl decidió no esperar más y lanzó la carta de Arribas, Estanis a punto estuvo de empatar el partido. Fue su última aparición. Márquez invirtió la última media hora de partido en Lamine Yamal. El canterano, abandonado a la izquierda, vio cómo los balones volaban por encima de su cabeza.
Cuando las agujas del reloj empezaron a sonar más fuertes, los futbolistas se olvidaron del marcador y optaron por jugar con el alma. El partido se convirtió en un Clásico y todo lo que ello emana. La grada aceleró el juego y el corazón de los blancos y el Barça Atlètic pasó a competir como si cada uno de sus jugadores ya lo hubieran vivido todo en su carrera. Era competir o morir. Y como las ironías de la vida marcan el camino, Iker Bravo anotó el segundo. Tradujo la pegada en goles. El que en su día estuviera once años en Can Barça le metió una estacada y lo celebró señalándose el escudo.
En la última jugada del encuentro, tras un paradón de Astralaga a tiro de Aranda, el árbitro concedió un penal al Madrid por manos de Dionkou a la salida de un córner. El lateral del Barça saltó de forma algo descoordinada y llegó a tocar el balón con su brazo. Arribas culminó la remontada blanca desde los once metros. El Madrid tiene ante el Eldense la última prueba antes de culminar el ascenso a Segunda División.