La puerta que le cerró Laporta en el Barça y una promesa de México están detrás de la espantada de Márquez

El camino de Rafa Márquez en el Barça ya es historia. Este pasado domingo se desvinculó de la entidad azulgrana para poner rumbo a la selección mexicana. Se marcha tras dos muy buenas temporadas al frente del filial, donde ha conseguido jugar el play-off de ascenso a la Liga Hypermotion. En su primer curso le apeó el Real Madrid Castilla. Esta pasada temporada, el Córdoba le dejó con la miel en los labios y muy cerca de ese deseado objetivo.

El club valoró el trabajo y esfuerzo de Márquez. Moldeó a varios futbolistas que ya han despuntado en el primer equipo. Otros están camino de ello, y Hansi Flick se llevará a unos cuantos chicos del filial a la gira por Estados Unidos. Especialmente meritoria ha sido esta última temporada teniendo en cuenta que no ha podido contar con jugadores determinantes como Pau Cubarsí o Lamine Yamal, además de, por ejemplo, Héctor Fort.

El papel de Márquez nunca ha pasado desapercibido para la dirección deportiva del club. Siempre se le ha tenido muy en cuenta, e incluso estuvo en la terna de candidatos para relevar a Xavi Hernández en el banquillo del primer equipo. El egarense vivió al filo del alambre y en caso de una destitución, Márquez hubiera sido la apuesta de Deco. El director deportivo luso lo tenía en la lista. La relación del entrenador con Joan Laporta siempre ha sido muy cordial y cercana, a pesar de algún toque de atención que deterioró su imagen y fuerza en el club. ¿Pero qué pasó para que Márquez pasase de posible relevo de Xavi a marcharse?

Unas declaraciones tras vencer el 'B' en Fuenlabrada (1-2), la misma noche que Xavi anunció su marcha a final de temporada, no sentaron bien e internamente se las consideró inoportunas y fuera de lugar. "¿Quién no querría ser entrenador del Barça? A una oportunidad así no le puedes decir que no", reconoció Márquez.

Tampoco agradó en la zona noble del Camp Nou sus reiterativos mensajes en X promocionando una casa de apuestas mexicana. Eso le apartó del banquillo culé, aunque no tuvo un peso capital en la decisión final de escoger a Hansi Flick como el nuevo patrón de la nave azulgrana. Sin embargo, sí fue clave a la hora de que Márquez eligiera coger la opción de México y marcharse del Barça. Ver las puertas del primer equipo cerradas con la llegada del alemán, supuso un cambio de postura ante la llamada de su país.

La figura de Rafa Márquez en su país está muy bien vista. Se le considera un ídolo. El excentral ha sido uno de los seis futbolistas capaces de jugar cinco mundiales. El 'Kaiser de Michoacán' no ha podido decir 'no' a la llamada de todo un país. El proyecto le seduce y la posibilidad de entrenar al lado de Javier Aguirre también. Y una promesa, la de ocupar el cargo una vez que el ex de Osasuna deje el banquillo.

Márquez será el ayudante del extécnico del Mallorca durante dos años, hasta después del Mundial de 2026. Posteriormente, pasará a convertirse en el seleccionador mexicano. El contrato es por seis temporadas con vistas al Mundial de 2030 y la Federación Mexicana le permite seguir viviendo en Europa.

La imposibilidad de subir al primer equipo y la llamada de su país hicieron dudar a Rafa Márquez, que a 24 horas de arrancar la pretemporada con el Barça Atlètic (empezó este lunes) deja huérfano el banquillo del filial para enrolarse en una nueva aventura. Un mes después de haber renovado su contrato hasta 2025, Márquez se marcha del club por la puerta de atrás.