Los herederos de Lopera que sueñan con llevar al Zamora a Segunda: "Por meternos en UEFA le regaló a las mujeres de los futbolistas un abrigo de visón"
Javier Páez atiende a Relevo en el aniversario del fallecimiento de su tío.

El fútbol atrapa a todo el mundo. Cada persona que se acerca queda prendado de la belleza y el atractivo de este deporte. Y también es un negocio. Aunque con pasión. Que se lo digan a la familia de Manuel Ruiz de Lopera, uno de los presidentes más míticos de España y que falleció hace justo un año. Ahora, con Javier Páez -sobrino del expresidente del Betis- a la cabeza, controla los hilos del Zamora CF.
Con el lema de que el club sea "una familia?, Páez continúa con la dinastía de los Lopera en el fútbol tras comprarle el club a Víctor de Aldama. En una ciudad que les ha acogido con los brazos abiertos... y con la enseñanza de su tío por bandera. "Siempre me decía, 'Tú entérate, a ver cómo va'".
El equipo ha conseguido continuidad y el objetivo está casi en el bolsillo...
Ahora mismo nosotros tenemos muchas aspiraciones, pero primero mantenernos. Hemos tenido muchas ilusiones. Jugamos contra el Bilbao en casa y nos ganó 0-2, y estábamos a punto de meternos en peligro. Jugamos contra el Tarazona y nos pasó lo mismo. Debíamos ganar tres partidos y llegó el Tarazona. Nos ganó allí. Por eso digo, que cada vez que estamos en el punto de poder meternos en PlayOffs, nos pegan el batacazo. Tenemos dos partidos importantes ahora, que son el Nàstic y el Unionistas. Si ganamos estos dos, yo creo que tenemos que pensar en nuestras aspiraciones.
¿El orgullo de haber enderezado al Zamora es lo máximo?
Un equipo que tenía casi 3 millones de deudas, la institución totalmente rota... Hicimos el club el 27-28 de junio y liquidamos para que los futbolistas cobraran. Hacer una plantilla en un mes y pico, para competir y con opciones de PlayOffs, creo que es muy difícil. Y más en esta categoría, que cualquiera le gana a cualquiera. Y unos campos... que todavía el grupo segundo es más fácil. Te vas a Sestao, a Amorebieta. Te vas a campos que son totalmente... Cuando tienes que ir allí es en marzo. No es ni en enero, ni en febrero, ni en diciembre. Porque esto es un campo que está embarrado. No se puede hacer fútbol. Yo estuve en Sestao. Fuimos a jugar contra la Real Unión. Y estaba Emery conmigo. Y me dice, 'Mira cómo tengo el campo'. Era un patatal.
¿Coincidió con Emery?
Sí, estuvo allí conmigo. Venía de Valencia, que había estado haciendo unas cosas, y se había venido. Estuvo allí viendo el partido conmigo y me dijo, palabras textuales, 'Tienes un equipo de PlayOffs'. Este fin de semana estaba con el presidente de la Real Sociedad. Estuvo viendo su filial, y después del partido me dijo lo mismo. Y yo digo, 'Hostia, todo el mundo me lo dice, pero a ver si tengo suerte y me meto'.
Remontándonos al principio, ¿Cómo nace la idea?
Siempre, aunque Lopera ya no estaba metido tanto en el fútbol, le gustaba. Yo le decía, 'Me han ofrecido un equipo'. Y él me respondía, 'Bueno, a ver, tú entérate, a ver cómo va. Tú entérate'. Siempre. Teníamos la ilusión, porque nosotros, en verdad, cuando ya nos quitamos del Betis, teníamos que reinvertir el dinero utilizado por el fútbol. Estuvimos en la Tercera División y no nos fue bien. Llegó un paraguayo y nos pagó lo que lo invertimos. Nos fuimos. Nuestro planteamiento es de no tener socios, ¿me entiendes? Nosotros dependemos de nosotros mismos porque somos personas que hemos vivido esto mucho. Yo entré en el Betis en 1992 con mi tío. Yo llevaba 30 años al lado de él. He estado con Luis Aragonés, Víctor Fernández, Lorenzo Serra Ferrer... y yo te puedo decir que viajaba diariamente con ellos cuando estábamos en la liga. He vivido de todo. Y sé lo que es el fútbol. Sé las penurias del fútbol, y que cuando entra la pelotita eres el mejor, y cuando no entra la pelotita eres muy malo, ¿me entiendes? Y esto del fútbol es así. Nos decidimos por el Zamora y fue una acción buena. Estaba yo en Costa Ballena y me llamó el abogado nuestro deportivo y me dijo, 'Oye, Javier, me han dicho que el Zamora lo venden'. Y le dije, 'Si quiere venderlo (Aldama), nos vemos el lunes'. Hice varias llamadas y cogimos el AVE a Madrid. Nos sentamos con él y lo cerré en siete días.
Fue todo muy rápido, ¿no?
Rapidísimo. Teníamos diez días para cerrarlo. Nosotros lo cerramos el día 27, y el día 30 desaparecía el Zamora porque no le ponía el dinero que tenía que recibir (6:48) los jugadores, que eran, me parece, 300 o 400 mil euros. También un embargo que vino de las acciones de 500 mil euros, que lo pagamos nosotros. Lo firmamos aquí en la Calle Jabugo. Vino Aldama y se llevó su correspondiente dinero. Todo perfectamente. Estoy muy emocionado en este proyecto.
La ciudad os ha acogido bien...
Sí. Es una ciudad seria, tanto como su Semana Santa. Hay mucha historia y es preciosa, pero lo más bonito que tiene es la afición, que se ha volcado con nosotros totalmente. Yambién todas las instituciones. El Ayuntamiento quiere invertir 1.200.000 en el campo, para el césped nuevo. Es un proyecto precioso. Nuestro proyecto es de 3 años, pero lo que podamos conseguir antes mucho mejor. Queremos asentarnos en la categoría de Segunda División. Es mi ilusión. Pero es fútbol. Es muy ingrato. Muy bonito, pero muy ingrato muchas veces.
Lo aprendido en el Betis cuenta como ayuda...
Sí, totalmente. Se aprende a convivir con la gente de fútbol, ¿Me entiendes? Porque yo cuando llegué al Betis, me gustaba el fútbol como aficionado, pero aprendes de él de convivir con la gente. A mí Serra me decía, 'Tú puedes tener un buen equipo, pero si eres el menos goleado, estás entre los cinco primeros'. Me contaba muchas veces eso. También Luis Aragonés me decía que si tú tienes un top en la portería, la defensa, el medio y el delantero, tendrás mucho más éxito. Y todas las comidas de equipo... oye, comía tanta pasta, tanta lechuga, que me iba a poner como los jugadores (risas). Y nosotros hemos llevado todo eso a este equipo, que no lo hacía. Nosotros dormimos el día antes en todos los desplazamientos. Después nos venimos en autobús o como tengamos que venir, pero primero vamos a dormir. Si jugamos el sábado, dormimos el viernes. Sabemos que el jugador tiene que estar tranquilo y relajado. La mentalidad de un futbolista es muy egoísta, te lo digo sinceramente. Porque vive de él mismo. No es como yo, que vivo de mis inmuebles o de mis alquileres. No. Él vive de que las piernas estén bien, de que no le duela hoy el brazo y que esté bien la cosa.
¿Mantener la mente del futbolista despejada es la clave?
Tú puedes hacer una gestión fantástica, tener dinero, que las cuentas vayan bien, pero todo depende de un tercero. Del futbolista. Tú no metes el gol. Tú tienes que hacer que del uno al cinco cobre todo el mundo, que tus proveedores cobren, que el campo esté bien, que toda la afición esté contenta, pero cuando llega el momento de que mi delantero tenga que darle el balón y lo meta para la portería, yo no empujo el balón. Yo puedo soplar, pero el que mete el gol es el futbolista. ¿Y qué le pasa al futbolista? Pues tiene que estar pensando en eso solamente, y eso es muy importante. El futbolista que esté contento, que cobre, que vaya a trabajar... y todo se genera así.
¿Es importante mantener la calma?
Sí, exactamente, y te lo voy a demostrar. En las primeras cinco jornadas hice un punto. Y yo tuve a Juan Sabas. Y tengo a Juan Sabas. Y mi proyecto del año que viene es Juan Sabas, ¿sabes lo que tengo que decir? Tranquilidad. Hay mucha gente, muchos presidentes, que se ponen nerviosos. Y lo entiendo perfectamente porque la presión es importante, pero más lo es que estés tranquilo cuando los momentos malos. Lo bueno lo lleva todo el mundo bien, lo malo no lo lleva nadie así, y hay que saber llevarlas bien, ¿sabes? Cuando los resultados no sean buenos hay que saber cómo gestionarlo.
Lopera era de mantenerse confiado ante los malos resultados...
Totalmente. Cuando muchas veces nosotros fichamos a alguien corriendo y nos salió mal, Héctor Cúper... él me lo decía. 'Lo importante es confiar en lo que tú tienes'. Yo eché a David Movilla. Y hubiera sido más fácil mantenerlo y tenerlo este año en Primera RFEF. Pero digo, bueno, meto a Juan Sabas. Y a Movilla le he pagado una pretemporada entera, se ha llevado su dinero correspondiente sin trabajarlo. Pero yo lo hice así porque yo creía que tenía que confiar en lo que yo pienso.
El próximo partido del Zamora coincide con el derbi. Con un ojo puesto en lo que ocurra, ¿no?
Totalmente. Nosotros jugamos a las cinco y el derbi es a las nueve. No me da tiempo verlo allí, pero lo veré en Zamora. Pero yo también mi Betis que le gane a Sevilla. Yo creo que tenemos mucha mejor plantilla que el Sevilla, y pienso que es el momento de ganarles. Para pegar un golpe de efecto, sobre todo en estos derbis que siempre nos comen desde que falleció Ruiz de Lopera. Cuando estaba él, yo creo que los derbis eran mucho más igualados, y ahora se pusieron un poquito más a favor del Sevilla. Pero yo pienso que este es el momento.
Lopera le daba mucha importancia a los derbis...
A mi tío le gustaba mucho, antes de los derbis, comer con los futbolistas o darles sus primas, las de los cheques regalos. Cosas de estimulación, de tener al equipo contento. Pero esa semana convivía mucho más de lo habitual con los futbolistas, con el cuerpo técnico, hacíamos comida... hacíamos cosas diferentes. Sobre todo los cheques, los regalos típicos que daba del Corte Inglés por ganar al Sevilla, ¿me entiendes? Los derbis siempre son diferentes para todo. Para todo. También para el mundo familiar. Yo digo siempre cuando juega mi equipo, que gane el mejor y que siempre sea el Zamora. Y cuando hay un derbi digo que gane siempre el mejor, pero que siempre sea mi Betis.
¿Cómo era aquello de los cheques?
Los cheques regalos de Don Manuel era que si ganaban, pues le daban un cheque regalo. Y le decían a los niños para estimularlos, 'Eso es para tu mujer, para tu mujer'. Les daba una prima de 500.000 pesetas en aquella época. Pues mira, 250.000 pesetas se las ingresaba en su cuenta con su nombre y 250.000 en un cheque regalo del Corte Inglés. Y reunía a las mujeres y le daba una comida en el restaurante de la isla. 'Señores, doy una comida, pero que vengan las mujeres'. Y antes del partido, un jueves o un miércoles, les incitaba a las mujeres de esa forma. 'Así que ponédmelos contentos, que estén a gusto los niños, que tenéis un cheque regalo también para ustedes'. Y se lo daba también a las mujeres. Un año por meternos en UEFA, le regaló un abrigo de visón a cada mujer o novia.