CASTILLA 3 - BARÇA ATLÈTIC 0 (5-4)

Iker Bravo ya está aquí: revolución ante sus ex para responder a los insultos y a la falta de minutos

El público del Johan Cruyff se cebó con el delantero del Madrid en la ida. En la vuelta, tras salir desde el banquillo, marcó el 2-0 y liberó toda su rabia.

Iker Bravo celebra el 2-0. /REAL MADRID
Iker Bravo celebra el 2-0. REAL MADRID
Manuel Amor

Manuel Amor

La semana empezó torcida y acabó de la mejor manera posible para él. Iker Bravo (18 años) fue el hombre que revolucionó al Castilla y que lideró a los de Raúl a la remontada ante el Barça Atlètic, impotente la furia y el huracán de fútbol de los mirlos. El delantero catalán, criado en La Masia desde los cinco años hasta los 15, marcó el 2-0 con un testarazo sensacional y se reivindicó a ojos de todos. Desde su salida lo hizo prácticamente todo bien... y acabó dando la vuelta de honor mientras tocaba el bombo.

La temporada ha tenido muchos momentos difíciles para Bravo, pero uno de los más complicados llegó en la ida ante los de Márquez. Para él, nacido en Barcelona, era un partido muy especial, pero se torció desde la grada. Con sus familiares, amigos y representantes en el Johan Cruyff, el '9' tuvo que aguantar todo tipo de insultos, descalificaciones y burlas de una afición que no perdona su fichaje por el máximo rival. Él, todavía un inexperto juvenil, reaccionó con varios gestos hacia el público que no hicieron más que avivar los cánticos desde el fondo donde se alojaban los seguidores más animosos.

Iker salió del campo desanimado, de nuevo sin minutos, con el 4-2 a cuestas y con el cabreo de haber sido vejado en la que fue su casa durante una época. Era la primera vez en su corta carrera que vivía un ambiente tan hostil (los cánticos de "sigue calentando" o "hijo de puta" fueron de lo más suave) y de primeras no supo gestionarlo. El paso de los días, y la ayuda de su entorno, fueron calmándole y convenciéndole de que, si desea ser futbolista profesional, le tocará pasar por situaciones tan desagradables como la del Mini Estadi.

Su buena semana de entrenamientos le valió la oportunidad de Raúl en la vuelta y la aprovechó de manera inmejorable. Con 1-0 y la necesidad de un tanto para igualar la eliminatoria, el técnico le dio entrada en el 74' y el ex del Bayer Leverkusen le dio la vuelta al choque. Marcó a los cuatro minutos, supo jugar de espaldas y conectó a la perfección con el resto de miembros del frente de ataque, especialmente con un Arribas que llegaba entre algodones y que firmó la sentencia.

Su celebración, plagada de rabia, fue la demostración de todo lo que llevaba dentro y que tuvo que callarse. El verano pasado llegó como estrella al filial, pero el buen rendimiento de Álvaro Rodríguez y los problemas de adaptación a las órdenes del '7' le pasaron factura. Esta campaña ha jugado poco (877') y no ha gozado del protagonismo que pensaba tener cuando aterrizó en Valdebebas. El estilo directo no le beneficiaba y por momento se sintió incomprendido. La situación ha mejorado en los últimos meses, con él de vuelta a la residencia de la ciudad deportiva desde el 8 de mayo y el Madrid decidido a quedárselo un año más.

Los blancos pactaron la temporada pasada una cesión con opción de compra desde el Bayer. Creen que debe dar más para pagar la cantidad (unos siete millones) que exige su contratación, pero desean darle una segunda oportunidad y, por eso, en marzo renegociaron con los alemanes un nuevo préstamo hasta 2024 conservando la misma cláusula para ficharle. En el club confían en el potencial de un delantero que debutó en la Bundesliga con solo 16 años y creen que la temporada que viene será la suya.

El tanto, además, le da más opciones de ser importante en la siguiente eliminatoria ante el Eldense y de acudir al próximo Europeo Sub-19, que se disputará entre el 3 y el 16 de julio en Malta. El seleccionador contó con él para la Ronda Élite de clasificación, pero sus pocos minutos con el filial le colocaban en duda. Ahora, después de la tempestad, se reivindica... y contesta con goles a los insultos.