'Malagueñizar' el club, una economía de guerra y un delantero que huele a grande explican el ascenso agónico a Segunda
El goleador Roberto, el portero Alfonso Herrero y chavales como el héroe Antoñito, las claves del retorno del Málaga a la categoría de plata.

Vuelve el Málaga a Segunda un año después de su traumático descenso del año pasado. Diez años después de jugar la Champions League y quedarse injustamente a las puertas de las semifinales de la máxima competición continental, el conjunto boquerón regresa al profesionalismo. De lo que no hay ninguna duda es que su afición es de Primera, como se demostró en La Rosaleda el pasado domingo y este sábado en el Nou Estadi de Tarragona.
Desde primera hora de la tarde, se vieron decenas de camisetas blanquiazules en el centro de Tarragona y en los aledaños del estadio del Nàstic... y terminaron festejando como pocas veces lo habían hecho tras el gol de Antoñito en el 124' y saltando desde su grada visitante, en la parte alta del estadio, para invadir el césped del Nou Estadi casi a la medianoche.
Mucho tiene que ver en el ascenso, el papel de Roberto Fernández, el joven delantero del Málaga que ha sido la revelación de la temporada en Primera RFEF. Más de 20 goles lo avalan y varios clubes de Primera ya han preguntado por él. Se antoja complicada su continuidad en La Rosaleda. "Es un niño maravilloso. Lo que está haciendo hasta ahora... Trabaja, lucha, lo da todo, incansable. Y luego tiene gol. Muchos delanteros tienen gol y a lo mejor no trabajan, pero él lo tiene todo. Reúne muchas cualidades de presión, anticipación, remate, te oxigena el juego. Es muy completo. Puede jugar en Primera, es un delantero muy top", analizó en Relevo Basti, la leyenda del Málaga que tiene el récord de ascensos en España.
Roberto allanó el camino al ascenso con sus dos goles en la ida en un partido marcado por la polémica por el 0-1. En Tarragona no vio puerta, pero su trabajo fue incansable. También su fe. El delantero fue aclamado por los aficionados andaluces, que terminaron cantando "Roberto, quédate", conscientes de que está en la órbita de clubes de primera fila y de que un delantero de tantos goles e impacto en el juego es muy difícil de suplir. Retenerle se antoja como la empresa más complicada que tiene por delante el club ahora.
Roberto, Pellicer y un plan de retorno
El otro futbolista clave en el regreso del Málaga al fútbol profesional es su guardameta Alfonso Herrero, que, además, es uno de los capitanes del equipo. El toledano ya fue el portero menos goleado de su grupo y el más determinante del conjunto boquerón durante la liga regular. La semana pasada, justo cuando acababa de arrancar la eliminatoria, le detuvo un mano a mano a Godoy que a la postre ha sido definitivo para subir a Segunda.
Durante la celebración en el césped, fue el más aclamado por parte de los aficionados que invadieron el terreno de juego. Apenas podía articular palabra entre el cansancio y el esfuerzo, mientras decenas de personas lo paraban para pedirle una foto y abrazarle. No dijo que no a nadie, pese a estar buscando a sus familiares con el móvil en la mano.
¿Y el entrenador, Sergio Pellicer? Llegó al club para intentar salvar al equipo a última hora, pese al descenso no dudó en renovar y encontró el equilibrio a la hora de repartir minutos entre jugadores veteranos y canteranos a los que ya conocía de su etapa en el juvenil y en el filial. Sin embargo, su modelo de juego estuvo discutido por su pobreza en ataque. Un equipo que empezó luchando por el ascenso directo y que terminó haciendo números para entrar en playoff lo mejor clasificado posible. Sus decisiones, especialmente los cambios, fueron muy discutidos en Málaga esta temporada. Además, le tocó capear en numerosas ocasiones el temporal institucional, siendo el único cargo del club que comparecía en rueda de prensa, algo que le ha desgastado de cara a la afición. De Tarragona salió aliviado y reforzado.
Desde que se conoció el descenso, el club habló de "malagueñizar" al equipo. Ese era el primer paso para intentar regresar a la categoría de plata. Así, se recuperó a jugadores de la tierra que jugaban en otros equipos de la categoría como Dioni Villalba (pichichi de l temporada pasada en 1ªRFEF) o el propio Roberto Fernández (volvió de cesión en el Barça Atlètic). El fin, que uno de los motores para intentar ascender fuera el del sentimiento y el del 'Sabor a Málaga'.
Después de una temporada con muchos altibajos, al final logró meterse en la pelea y conseguir un ascenso de categoría que también asegura su viabilidad económica. En su primera temporada en 25 años fuera del fútbol profesional logró crear una plantilla competitiva con una economía de guerra. El director deportivo Loren Juarros supo confeccionar un grupo que reuniese veteranía, jugadores libres y promocionar a canteranos con proyección como David Larrubia, Kevin Medina, Aarón Ochoa o el héroe Antonio Cordero. Antoñito pasó de hacer la pretemporada con el filial a salir en todas las portadas, el botón de muestra del valor que el filial y la cantera siempre tuvo en este club.