Nueva carta de 16 clubes a la RFEF: piden reunirse para buscar consenso sobre el control económico

Este jueves a mediodía terminó el plazo de 48 horas que la RFEF otorgó a los 40 clubes que componen la Primera Federación para la segunda votación sobre los dos modelos de gestión de la categoría a partir de la temporada 2023/24. Sin embargo, cerca de la mitad de ellos siguen sin estar conformes con la circular de siete páginas firmada por Andreu Camps, secretario general de la Federación, no votarán y han remitido una nueva carta al ente federativo.

En ella, dieciséis de los dieciocho clubes firmantes de la primera carta hace 10 días (Balona, Unionistas, San Fernando, Linares, Mérida, Rayo Majadahonda, Sanse, Talavera, Osasuna, Eldense, Real Unión, Cornellà, Nàstic, SD Logroñés, Numancia y La Nucía), han expuesto a la RFEF, de nuevo, su disconformidad con la intención de construir y nunca de acabar con la competición.

Y es que la postura de estas entidades es clara: ven necesario que exista un control económico sobre los clubes en Primera Federación, pero no están de acuerdo con algunos apartados del modelo B (aquel que impone ese mencionado control económico), como la cesión de los activos publicitarios o la negación a los clubes de formar parte de las negociaciones colectivas. Además, cuestionan el sistema de ayudas de la RFEF, que dice apoyar a los clubes con 20,5 millones de euros.

Más allá de que el ente federativo no tenga un control casi total de la competición, el principal reclamo de los 20 clubes firmantes es que desde la RFEF les amplíen la información y les ofrezcan más detalles del modelo de gestión antes de votar, más si cabe con apenas 48 horas de plazo para ello. Siempre con el deseo de que la competición funcione y nunca con el ánimo de ir contra de la RFEF, consideran que lo más conveniente es que todos se reúnan y debatan para poder alcanzar un consenso. Sobre todo, insisten, piden que la Federación les escuche.

Es la gran pregunta. Y su respuesta es difícil de prever. Los 20 clubes, además de manifestar su punto de vista en una carta enviada a la RFEF, no van a participar en una votación cuya fecha límite era este jueves ante del mediodía. En una primera instancia existía la necesidad de unanimidad para que el modelo B saliera adelante. Ahora, todo queja sujeto a la existencia de mayoría simple.

Si eso tampoco sucede, el futuro de la competición quedará en manos de la RFEF, que ya anunció en el escrito remitido este martes a los clubes lo siguiente: "En caso de ser negativo, se reunirán los órganos competentes de acuerdo con los Estatutos de la RFEF para adoptar las decisiones oportunas en cuanto a la viabilidad y estructuración del conjunto de las competiciones oficiales no profesionales de la RFEF, debiendo respetar siempre y en todo momento los derechos deportivos que deriven de las normas de competición actualmente vigentes".

Toda vez que las Bases de Competición de la categoría durante esta temporada contemplan consecuencias clasificatorias para la 2023/24, en caso de que la RFEF decidiera echar el cierre a la Primera Federación, no parece probable que ocurriera al final del presente curso. Un desenlace que iría en contra de lo pretendido por los clubes, que ven la competición como atractiva y cercana al fútbol profesional.