El Real Madrid C, la incubadora de la cantera que convive con "las niñas bonitas": "Hacerlo desaparecer fue un error"
El segundo filial blanco, sin actividad entre 2015 y 2022, ascendió el pasado domingo a Segunda Federación.

El ascenso del Real Madrid C a Segunda Federación, conseguido el pasado fin de semana en el segundo año tras su recuperación, es de todo menos casualidad. Ya la campaña pasada se quedaron a las puertas, con un tramo final de temporada aciago en el que una derrota ante el Paracuellos Antamira frustró el ascenso directo. Después, el Getafe B apeó a los de Pau Quesada en el playoff. Un duro revés para jugadores, cuerpo técnico y también para el club. Pero todo ha cambiado este curso. El segundo filial logró el salto de categoría con tres jornadas de antelación y obtuvo el premio que la mala fortuna le arrebató en la 22-23.
El Real Madrid decidió recuperar el C en 2022, con una temporada de transición bajo la denominación de RSC Internacional. El equipo se entrenaba y jugaba en Valdebebas, pero, aun así, los jugadores no terminaron de sentirse parte del club: no vestían los colores del Madrid; sus partidos no se emitieron por la televisión oficial hasta el tramo final del ejercicio; no podían subir ni entrenarse con el Castilla; trabajaban y jugaban sobre césped artificial... El cambio en la 23-24 ha sido notable, con futbolistas que arrancaron ahí y han sido importantes para Raúl (Aparicio, Quique Ribes o David Cuenca) y con un soporte mayor que ha integrado definitivamente al conjunto en la estructura.
Su desaparición en 2015 recortó un gasto, pero dejó por el camino a los jugadores que terminaban su ciclo juvenil y que todavía no tenían el nivel suficiente como para formar parte del Castilla. En aquel momento, la decisión que se tomó desde la cúpula encontró una oposición casi total en Valdebebas: los rectores de la cantera llegaron a enumerar en un informe dirigido a Florentino Pérez los múltiples argumentos por los que, creían, se debería haber salvado al C. Uno de los principales era el elevadísimo número de cracks que se foguearon en el segundo filial antes de subir (Casillas, Raúl, Guti, Morata, Lucas, Diego López, Arbeloa...) y su papel de incubadora en la cadena de producción, ayudando a 'cocinar' a las perlas que salen del Juvenil, o se fichan de otros clubes, y que están destinadas a terminar en el Castilla.
Como reconocen en La Fábrica y hasta en la propia plantilla del C, el segundo filial resulta, en muchas ocasiones, un equipo "más de vida que de desarrollo futbolístico", eclipsado en la cantera por el peso del Castilla y hasta del Juvenil A. "Siempre que ha desaparecido ha sido porque han pensado que no es necesario, pero es un error. El nivel en División de Honor ha bajado muchísimo y el salto es cada vez más difícil. Todo va cada vez más rápido, los chicos cada vez más jóvenes… pero un punto intermedio siempre es necesario. Jugadores como Aparicio lo han demostrado", enfatiza Abraham García, entrenador del Real Madrid C entre 2004 y 2007. Él, que dirigió a muchos de los que después triunfaron el fútbol profesional, resume como nadie el papel del segundo filial.
"El Castilla está por encima del Real Madrid C, eso es normal, pero el Juvenil A también. Son las niñas bonitas de La Fábrica y el C está entre los dos, de ahí que no haya tenido nunca un papel protagonista. Es un equipo para tapados, de transición. Brilla gente que no ha sido una primera espada. Tiene una cosa buena, que es que pegas un zarpazo y te puedes colocar, porque estar en el Real Madrid siempre pesa. La etiqueta 'canterano de' o 'jugador de' tiene mucho peso. Yo siempre les decía que no se quitasen nunca el escudo, que aguantasen lo que fuese posible", analiza.
Rubén Belima, otro ex que ha hecho carrera en el extranjero, especialmente en Portugal, se sitúa en la misma línea: "Es muy complicado dar el salto y el punto intermedio es ese. El objetivo del Madrid ha de ser que esté lo más arriba posible, también para que los chicos ganen experiencia. El Castilla es el equipo estrella, nosotros estábamos en la sombra, pero internamente la cantera está para eso. Es útil porque con el C evitas cesiones y que los chicos se pierdan en el camino, que es lo que ha pasado cuando no ha estado el C, que muchos chicos con potencial se han tenido que ir fuera. La etiqueta 'jugador de' pesa mucho, de ahí que la mayoría prefiera estar en el C que salir".
Este año, sin olvidar lo que ocurrió la temporada pasada, el equipo de Quesada ha adquirido el grado de madurez necesario para ascender y ha sacado a varias perlas a relucir. Desde el vestuario resaltan que la mejora ha venido desde la portería, con Fran González como uno de los nombres propios. Enamoró a Llopis, es una copia de Courtois y sus condiciones lo convierten en una apuesta de futuro de claro. Entre el resto de destacados sobresalen los nombres de David Ruiz, un lateral zurdo con clara vocación ofensiva y fenomenal golpeo que aterrizó en 2022 desde el Valencia; el goleador Aparicio, cada vez más autosuficiente y letal al espacio; Andrés Campos, talentoso centrocampista firmado desde el Villarreal; o Loren Zúñiga, fichaje invernal que, cuentan desde dentro, "juega muy bien... y se entrena todavía mejor".
La ansiada estabilidad en el banquillo
Para ellos se abre un panorama ciertamente esperanzador, con opciones de subir al Castilla y de seguir creciendo en la escalera después de que hace un año se les escapase el ascenso. El 3 de abril de 2023, Luis García, hasta entonces técnico del C, dejó el banquillo del segundo filial blanco para fichar por el Espanyol. Pau Quesada, del Cadete A, ocupó su sitio al frente del equipo. En plena disputa por el ascenso directo y bajo la premisa de terminar la temporada de la mejor manera posible, la marcha del entrenador asturiano supuso un jarro de agua fría para la plantilla. Aunque los resultados siguieron siendo positivos, el cuadro blanco pagó la inexperiencia, también la inestabilidad, y se despidió de la temporada sin ascenso directo y eliminado en primera ronda de los playoff.
La figura de Pau Quesada, ahora, ha sido clave en el ascenso. El técnico 'bombardea' a mensajes a sus jugadores con cortes de vídeo, correcciones, consejos sobre cómo afrontar determinadas situaciones de juego... Es muy intenso desde la banda, pero cercano y cariñoso con los jugadores. Igual que su cuerpo técnico, en el que también están Rubén González, su segundo, y Jordi Codina, entrenador de porteros.
"El Real Madrid C está entre el Castilla y el Juvenil A, las 'niñas bonitas' de La Fábrica, y por eso no tiene un papel protagonista"
Exentrenador del Real Madrid CLos momentos de inestabilidad trascendieron más allá del cambio de entrenador. En septiembre de 2023, tres jugadores del Real Madrid C resultaron detenidos por un caso de revelación de secretos de índole sexual. El vestuario vivió momentos de mucha tensión y los implicados, primero, fueron apartados. Después, todo volvió a la normalidad.
Más allá de un caso que hizo temblar los cimientos de Valdebebas, en lo deportivo el año ha sido para enmarcar. El ascenso a Segunda Federación es sólo el primer paso; para el club lo ideal sería tener al Castilla en Segunda y al C en Primera Federación, un objetivo (por aquel entonces en Segunda B) que ya se cumplió en varias ocasiones en la década de los 90 y en la 12-13. Ese resultará la siguiente meta para un equipo de vida que, sin hacer ruido, ha protagonizado la gran alegría del año en La Fábrica.