FINAL MUNDIAL SUB-17

El Barça con Noah Darvich también juega la final del Mundial sub-17... y suspira por que sea su trampolín

El blaugrana disputa este sábado la final del Mundial Sub-17 contra Francia.

Noah Darvich escucha al seleccionador alemán, Wück./DFB
Noah Darvich escucha al seleccionador alemán, Wück. DFB
Jordi Cardero

Jordi Cardero

"No nos cruzamos todo el mundo para jugar únicamente un ratito", bromeaba Noah Darvich justo antes de iniciar el Mundial Sub-17. Unas semanas después, Alemania se ha clasificado para la final. Se enfrentará a Francia, a quien ya derrotó durante el verano en el Europeo. Fue justo cuando Noah terminó de convencer a los ojeadores blaugrana de su fichaje. Este torneo le ha servido al mediapunta para demostrar y demostrarse que está preparado para pasar al siguiente nivel de su carrera.

Los primeros meses de Noah como culer forman parte del proceso lógico y esperado de adaptación a un nuevo club, a un nueva ciudad. Y a vivir solo, lejos de su familia. "Estoy viviendo solo por primera vez y estar lejos de casa al principio es difícil, pero creo que mejora cada semana y por eso estoy satisfecho", comentó a los canales de la FIFA.

Residir en La Masia le está permitiendo estudiar el ADN blaugrana a mayor velocidad. Su español, además, ya es más que fluido. Ha tumbado la barrera idiomática. Sobre el terreno de juego, sin embargo, ha participado poco. Está llamado a ser importante con el Juvenil en Youth League -donde marcó su primer gol- y a ir escalando en el Barça Atlètic de Rafa Márquez. La competencia en el centro del campo, eso sí, es muy grande. Jugadores experimentados como Unai Hernández, Moha o Aleix Garrido tienen parte de la culpa. También Marc Bernal.

El Mundial, un reto a nivel mental y futbolístico

Darvich se tomó el Mundial como un reto. Lejos del protagonismo que tenía en Friburgo, que ya le había diseñado un camino hasta el primer equipo, quería corroborar que su primera etapa en Barcelona le había sido beneficiosa. A nivel futbolístico, Noah sigue siendo un futbolista diferencial en una Alemania que se ha abrazado al desequilibrio y la explosividad de Brunner, una de las sensaciones del torneo.

Noah se ha encontrado un contexto muy distinto al del Barça. En primer lugar, porque no juega encorsetado a posiciones interiores. Está jugando como un diez clásico, mediapunteando se siente libre y es donde nace su mejor fútbol. Así han llegado las cuatro asistencias que ha repartido durante el Mundial. También su primer gol. Pero los teutones no han dominado todos los encuentros. Ante España y Argentina se dejaron someter. Fue un examen psicológico para el equipo, que resistió ante La Rojita y venció en penales a una albiceleste de Echeverri y Ruperto, que les había empatado las semifinales en el minuto 99.

El liderazo de Noah

Darvich, uno de los mejores jugadores del Europeo veraniego, era uno de los nombres marcados en rojo a seguir en este Mundial. Como también otros blaugrana. Ha sabido manejar la presión, resistir a los focos que le pedían que su bota izquierda dirigiera el fútbol alemán. Además, ha vuelto a liderar jerárquicamente a la selección. El capitán toma la palabra delante de sus compañeros. "Trato de ser yo, de hablar mucho, pero no pretendo otra cosa que ayudar en lo que puedan necesitar", explicó recientemente en una entrevista.

El Mundial, y sobre todo la fase final, está siendo un ejercicio de resistencia para Darvich y Alemania. Mentalmente, le está sirviendo para seguir sumando grados de madurez. Mientras que futbolísticamente sigue dejando destellos del talento que asombró Europa el verano pasado. En clave blaugrana, espera que el torneo pueda repercutir en su crecimiento como futbolista. Habiendo sido líder de todos los equipos en los que ha jugado, se ha encontrado evidentemente un contexto distinto. Este Mundial podría ser el trampolín hacia la siguiente pantalla con el Barça.