Con Pedro Rocha investigado ¿ahora qué? Respuestas a una situación inédita en el fútbol español

Pedro Rocha ha pasado de testigo a investigado en la Operación Brodie, y eso ha producido un terremoto en la RFEF. Además de la causa judicial, que vigila delitos financieros ocurridos dentro de la Federación, existe un proceso administrativo en el TAD que también puede reventar las costuras del traje. Estas son algunas de las muchas dudas que genera este proceso y, en la medida de lo posible y realista, algunas respuestas.

Aunque el CSD asegura no tener constancia todavía, el TAD parece haber abierto un expediente "muy grave" a Pedro Rocha y a su Junta Gestora. Es un caso que no tiene que ver con la Operación Brodie, sino con una serie de irregularidades administrativas distintas. Al estar calificado como muy grave, la Comisión Directiva del CSD podría suspender de su cargo a Rocha el lunes, si lo estima oportuno.

Este es un proceso en el que la FIFA ha mostrado mucho interés, siendo España federación organizadora del Mundial 2030. Desde el Gobierno señalan que llevan semanas hablando con el organismo internacional y que las actuaciones que lleven a cabo estarán coordinadas con FIFA, que ve inaceptable lo que está ocurriendo y, por lo tanto, se plantean un golpe de mano. Esto sólo ocurre cuando está pasando una situación como la actual en España: que no sean capaces de llegar a unas elecciones legítimas y obtener una gobernanza normal.

En el caso de que el CSD decida suspender a Rocha es difícil de saber el siguiente paso, porque en este momento él es el único candidato a las elecciones de la RFEF y la mayor parte de gente a su alrededor está también en duda. Se necesitaría una solución transitoria que llevase a unas elecciones distintas a las que hay planteadas. La más probable sería nombrar una nueva Gestora y hacer un proceso electoral tan rápido como sea posible.

Mientras, de hecho, burocráticamente hablando, la Gestora de la RFEF debería nombrar presidente a Pedro Rocha el mismo lunes. Todo eso si su departamento de integridad decide no hacer nada, aunque no parece fácil dado el precedente de que han suspendido a todos los investigados por la operación Brodie.

La FIFA puede entrar en la RFEF sin pedir permiso a nadie ni verse afectada por la compleja tela de araña jurídica y administrativa que lastra al CSD. No sería la primera vez que interviene en una federación, aunque es cierto que nunca tan grande como la española. El proceso es más o menos sencillo, cuando se toma la decisión de intervenir se nombra una persona para hacerse con los mandos del ente y ejercer como si fuese una Junta Directiva legítima. La idea de que esa persona conduzca a un proceso electoral limpio y coherente.

Cosas más raras se han visto, pero los acontecimientos de este viernes han complicado sobremanera la posición del extremeño. Ahora mismo en su contra tiene un proceso judicial, la Operación Brodie, donde ya no es solo un testigo, sino que también está investigado. También aparece sobre él la sombra de la inhabilitación por parte del TAD, y de una hipotética suspensión por parte del CSD. Es casi inviable que pueda llegar a presentarse. Pero en la historia de las federaciones no es raro que los presidentes se encastillen cuando tienen todo en su contra.

Con todo, los reglamentos electorales actuales hablan en todo caso de inhabilitaciones y condenas en firme, que es algo que no sucederá, si sucede, hasta dentro de unos meses. Lo que abre una pequeña ventana si quisiese mantenerte en esta lucha.

Más allá de eso, en la RFEF bajo su mando se ha despedido a varios trabajadores por estar encausados en la misma trama en la que ahora él se ve puesto en duda. Es muy difícil mantenerse en el proceso electoral tras las decisiones que ha tomado en estos últimos meses. Hablar de renovación o regeneración con Rocha dentro es cada vez más difícil.

Bastante. El día 31 de julio tiene que estar cerrado el Big Book de la candidatura con FIFA, en el que tienen que estar decididas las sedes que presentará España. Hay que dejar fuera a tres o a cuatro —más probablemente a cuatro— de las candidatas españolas. Para eso tiene que haber alguien que tome decisiones, un presidente o alguien competente. Si no existe esa figura nadie representará a España en este proceso y serán Marruecos y Portugal, sino la propia FIFA, las que decidan ese paso crucial para el Mundial de 2030. Aunque quedan muchos años, y tendrán que pasar muchas cosas, todo momento en el que España esté descabezada su posición en la candidatura pierde fuerza.

Que el resto de los afectados por la operación Brodie, que han sido suspendidos por la Federación para mantener "estabilidad" y "no estar todo el día en los medios" (en palabras de la propia RFEF al suspenderlos), recurrirían la situación y sería justo la situación que querían evitar.

Pedro Rocha ha caído en lo mismo en lo que ha ido juzgando estas semanas. La RFEF tiene un problema de credibilidad, de coherencia incluso, y dejando decisiones a medias o tomándolas distintas según quién sea el protagonista, no se ayuda.

Necesitan un plan B. De hecho, podrían haber tenido una previsión de que algo así sucediese, pero no lo hicieron y ahora todo lo sucedido les deja un poco en fuera de juego. Tradicionalmente son las más poderosas en cualquier proceso electoral, son realmente las que mandan, pero un proceso tan drástico como el que vive ahora la RFEF, más todavía si entra la FIFA en la ecuación, es el que puede llevar a un cambio más importante y en el que las territoriales pasen de ser protagonistas a tener que quedarse a ver qué pasa.

Probablemente la mejor solución para los presidentes de las territoriales es que Rocha de un paso al lado y se abra un nuevo proceso electoral en el que puedan llevar a cabo una estrategia conjunta como la que han llevado estos últimos años. Si el Gobierno o la FIFA entran y van hasta el fondo su posición será menos poderosa.

Javier Tebas había decidido apoyar a Pedro Rocha en estas elecciones, después de unos cuantos procesos electorales en los que los candidatos a los que respaldaba no tenían ningún éxito. Con Rocha había conseguido una interlocución más fluida que con Rubiales y que la RFEF desistiese de algunos de los procesos judiciales que la enfrentaban a LaLiga (como CVC). Por todo eso le había mostrado su respaldo estas últimas semanas, aunque fuese también con cierto escepticismo y palabras poco gratas: "Creo que hay mil candidatos mejores que él, o dos mil, pero no pueden ganar y tengo que elegir, después de años bajo las bombas, lo que creo que es mejor para los clubes y para el fútbol profesional".

Ahora la rueda vuelve a girar, un cambio más drástico en la RFEF es una moneda al aire que puede ayudar a LaLiga en sus intereses... pero también complicarlos más de lo que estaban con Rocha.