FÚTBOL

¿Por qué se produce una cesión al portero en fútbol?

Esta acción del juego, muy habitual, sufrió un cambio importante cuando se cambió la normativa del saque de portería.

El portero espera el balón./Getty
El portero espera el balón. Getty
Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Pocos pases son de mayor seguridad que el de un jugador de campo hacia su portero. Una acción que, en algunos países, motiva los pitos de la afición, que prefiere un fútbol más ofensivo y que su equipo juegue hacia adelante y no en dirección a su propia meta. En Inglaterra, por ejemplo, sucede así en la mayoría de los casos, no tanto en el fútbol español.

Es un lance del juego que conlleva restricciones, puesto que los porteros no tienen la posibilidad de coger el balón con sus manos en todas las situaciones. Incluso, si procede de una parte del cuerpo legal (cabeza, pecho o rodilla) de un compañero, puede violar el reglamento.

Así lo definen las Reglas del Juego: "Se concederá un libre indirecto si un jugador inicia una acción que trate de burlar la Regla deliberadamente para hacerle llegar el balón al guardameta (incluso desde un tiro libre o un saque de meta) con la cabeza, el pecho, la rodilla, etc., independientemente de que el guardameta llegue a tocar el balón con la mano o el brazo. Se sancionará al guardameta en caso de ser responsable de iniciar la acción de manera deliberada".

Llevado a la práctica, por ejemplo, sería aplicable el párrafo anterior si un defensa tiene la posesión en su poder, sin que le presione ningún rival, y eleva el balón a su cabeza para dar un pase a su portero, de modo que sí podría cogerlo. Sin embargo, la normativa, por lo ya mencionado, prohíbe esta maniobra, que se castiga con un libre indirecto dentro del área para el conjunto adversario. También, si un portero, en un saque de puerta, eleva el esférico para un defensa y este se la devuelve de cabeza. Esto último llegó a extenderse cuando se permitió, a partir de la temporada 2019-20, que en un saque de meta no fuera necesario que el balón saliera del área grande.

Lo que no admite ningún tipo de dudas es la existencia de infracción cuando un jugador de campo cede el balón a su guardameta de manera intencionada con el pie. No es muy habitual que se produzca, ya que los porteros son plenamente conscientes de la consecuencia que puede acarrear: un libre indirecto para el rival dentro del área; o lo que es lo mismo, con peligro inminente de gol.

En la temporada 2023-24, por ejemplo, sucedió en el Lens - Sevilla de fase de grupos de la UEFA Champions League, con una cesión de Kevin Danso hacia Samba. El central dio un pase forzado hacia atrás que, en ningún caso, podía contemplarse como un despeje, única razón que hubiera anulado la infracción. El árbitro, el alemán Felix Zwayer, castigó la acción, aunque el Sevilla no pudo aprovecharlo, al estrellarse el tiro de Gudelj contra la muralla francesa.

También, en el curso 23-24, aunque en la Premier League, se produjo una cesión... que el árbitro no indicó para aplicar la ventaja. La jugada, finalmente, culminó en gol. En el Tottenham - West Ham, Udogie soltó hacia atrás a Vicario, que se lanzó en plancha y tocó el balón con la mano, aunque para despejarlo, no para atraparlo, suficiente para señalar la infracción. Eso sí, ante la existencia de una ocasión clara de peligro, el colegiado dejó seguir y no sancionó la cesión, algo que es aún más inusual. Esta vez, eso sí, acabó siendo la mejor decisión por parte del árbitro.