Ancelotti, ¿y si probamos a Bellingham de organizador?

Si la justa victoria ante el Villarreal no era para sacar pecho, el percance de Carvajal dejó el Bernabéu mudo de palabras y pleno de rabia e impotencia. Cuando una lesión como la que puede tener uno de los capitanes del Real Madrid aparece en escena todo lo demás queda en un último plano. Cuesta encadenar palabras y centrarse en el partido en sí, que era de lo que se trataba y, de hecho, se trata. Los blancos sacaron con cierta solvencia adelante su partido contra el tercero de la Liga, pero su juego no termina de mejorar. Dos fogonazos de luz, los golazos desde fuera del área de Valverde (gran acción de estrategia) y de Vinicius y las sombras de casi siempre a la hora de explicar las sensaciones que da el equipo.
Ancelotti sabe mejor que nadie dónde están los males de su equipo y, por eso, en cada duelo busca y prueba una solución distinta. Contra un Submarino amarillo desteñido, metió a Tchouameni de central y concedió a Valverde y Camavinga la responsabilidad de la salida del balón, con Modric y Bellingham en sus flancos. Si hubiera que definir la colocación de los cuatro hombres de la franja central, se podría decir que estaban colocados en un cuadrado. Dos mediocentros y dos mediapuntas. En dos líneas diferentes. Llamaba la atención que el uruguayo fuera el centrocampista más retrasado. Cuando el bloque salía, Valverde se quedaba; cuando saltaba a presionar a campo contrario, Valverde intentaba mantener la posición. Solo se atrevió a descolgarse en la acción del gol... y era una jugada a balón parado.
Después de tantas pruebas en esa posición central, tanto en el 1-4-4-2 en rombo, como en el 1-4-4-2 en línea, o cuando el equipo se ha mostrado en el 1-4-3-3, a Ancelotti solo le falta una prueba: Bellingham, de mediocentro, de organizador puro. Tanto futbolística como físicamente el inglés está capacitado para ello. La jugada siempre mejora cuando pasa por sus pies y por su cabeza. Tiene planta de mediocentro. Es trivial que ponerle en esa demarcación sería alejarle del área contraria y, en teoría, del gol, pero puede que, en estos momentos, sea más importante para el equipo un hombre que lidere la organización del juego que uno que ayude a marcar los goles. Arriba están Mbappé, Vinicius, Rodrygo, Endrick, Guler, Brahim (lesionado)... suficientes piezas para llegar al área rival.
Visto lo visto en los 11 partidos de lo que va de temporada, el Madrid tiene más problemas de juego que de goles. La variante de Bellingham es una opción. Una más. Este sábado comenzó de medio zurdo para pasar a mediapunta y acabar como hombre más adelantado del equipo después de todos los cambios. Después de su explosión goleadora en la primera vuelta de la temporada pasada, Bellingham volvió en el último tramo a la media goleadora que había mantenido en el Borussia de Dortmund. Esta campaña, aunque ha jugado más cerca del área rival que de la suya, no se ha estrenado como goleador... con lo que el retraso de su posición sería menos traumática.