La prueba de la muñeca que decide o rompe fichajes de porteros

En el fútbol, cada pequeño detalle cuenta. En el caso de los porteros, por ejemplo, cada centímetro también lo hace. Sobre todo a edades tempranas. Cuando la técnica individual y la calidad no son determinantes, las condiciones físicas marcan la diferencia. Desde hace varios años, muchos son los equipos de la Premier League que han tomado decisiones en base a esta norma no escrita: en el caso de los guardametas, prioridad absoluta a la estatura. Y es que, a través de diferentes pruebas, los clubes ingleses priorizan un perfil de portero alto sobre cualquier otra cualidad o característica.

De entre los test que se realizan a los diferentes porteros de las categorías inferiores de los equipos que militan en la Premier League, la prueba de la muñeca es una de las más comunes y, al mismo tiempo, menos conocidas. "Consiste en una radiografía en la muñeca izquierda, al entenderse que es la mano no dominante y la que menos se utiliza. Se firmó un acuerdo internacional para que así fuese. Se tienen en cuenta los huesos del carpo y los cartílagos de crecimiento, con el objetivo de elaborar una comparación entre la edad cronológica (edad de la persona que se somete a la prueba) y la edad ósea (edad de los huesos de esa persona)", expone el Doctor César Salcedo, especialista en cirugía ortopédica y traumatología infantil, en una charla con Relevo.

En base a los resultados y a la comparativa, se realiza una estimación de altura, con un margen de error de 10 centímetros (+-5 cm). En líneas generales, y llevándolo a un caso práctico que permita entenderlo mejor, si una persona de 15 años se somete a la prueba de la muñeca y los resultados arrojan que tiene una edad ósea atrasada (es decir, menor de 15 años), se entenderá que a esa persona todavía le queda bastante por crecer: "En el caso de los equipos ingleses, buscan que, por ejemplo, con 15 años los chicos a los que fichen tengan una edad ósea de once o trece años, porque eso significará que todavía tienen un margen de tiempo considerable para crecer y desarrollarse". En base a esta estimación, a la que hay que añadir los antecedentes familiares (altura de los padres y de los abuelos, prestando especial atención a la de las mujeres) y la longitud de los huesos largos (fémur y tibia, por ejemplo), hay clubes que acometen o desechan fichajes.

Álvaro Fernández (Madrid, 2000) aterrizó en las categorías inferiores del Real Madrid en 2011 y su etapa en La Fábrica finalizó cinco temporadas después, en junio de 2016. Internacional por España y piedra angular de la Sub-17 de Santi Denia que ganó el Europeo y quedó subcampeona del Mundial contra la Inglaterra de Foden y Sancho, el Liverpool y el Newcastle se interesaron en hacerse con sus servicios cuando abandonó Valdebebas. En ese momento, y con 16 años, ambos equipos le realizaron la prueba de la muñeca. "Me hicieron la prueba de la muñeca, estimaron que iba a medir 1.79 y, ahora mismo, mido 1.84. Hubo una variación de tres o cuatro centímetros. También me pidieron antecedentes familiares. Se prioriza la altura", reconoce el mirlo blanco a Relevo. Finalmente, su destino fue el Málaga y no la Premier League.

En España, pese a no ser tan común como en Inglaterra, también se utiliza. "Mide la fisis, por donde crece el hueso. Se hace una predicción de lo que se va a crecer, pero no es tan fácil, porque corres el riesgo de equivocarte. Esa prueba también se usaba en chicos africanos para calcular la edad", explica a Relevo un equipo de LaLiga Santander. En el Athletic Club, una de las mayores factorías de porteros del fútbol español, la prueba de la muñeca no entiende de posiciones y es algo habitual en cualquier jugador, ya sea portero, defensa, centrocampista o delantero: "Está todo muy controlado. Se hacen pruebas de genética, crecimiento, maduración precoz, normal y tardía. También test de velocidad y de resistencia".

El Real Madrid y el FC Barcelona son otros de los equipos que realizan la prueba de la muñeca de manera seriada; es decir, se radiografía la muñeca en una de las primeras etapas de desarrollo (categoría infantil, aunque también puede darse en alevín) y, a posteriori, con 15 o 16 años, momento en el que los resultados de la prueba son más concluyentes y arrojan mayor precisión.