FÚTBOL

¿Se puede forzar una tarjeta amarilla para cumplir sanción?

El reglamento castiga a aquellos jugadores que vean una cartulina por voluntad propia para decidir cuándo ser sancionado.

Amarilla a Gavi en un partido del Barcelona./EFE
Amarilla a Gavi en un partido del Barcelona. EFE
Jonás Pérez

Jonás Pérez

El escenario que se describirá a continuación se da decenas de veces a lo largo de una temporada: un jugador X suma cuatro cartulinas amarillas y está amenazado de perderse un partido Y que llega en varias semanas. Entonces, jugador X decide hacer una entrada a destiempo, un agarrón extraño, una protesta desmesurada y ve una tarjeta que no le molesta en exceso.

Esta circunstancia también se ha utilizado en tesituras como en la previa de un parón de selecciones, antes de vacaciones de Navidad o cuando simplemente acuerdan entrenador y jugador para dar rotaciones. Por ejemplo, cuando hay jornada entre semana y el futbolista tiene demasiados minutos en sus piernas. ¿Pero el reglamento permite a los protagonistas decidir cuando ven una cartulina amarilla?

¿El reglamento permite forzar una amarilla?

Eran tantas las veces que un jugador forzaba una cartulina amarilla que a las autoridades del fútbol no les quedaba otra que intervenir. Es más, no tenían reparo alguno en reconocerlo públicamente tras hacerlo e, incluso, ¡antes de la disputa del partido! Si hasta era un habitual en la casa de apuestas.

UEFA, por ejemplo, lo prohíbe en el artículo 15.1 del Reglamento de Disciplina: "Sanción de dos partidos de suspensión para el jugador que fuerza una tarjeta amarilla de forma intencionada". El Código Disciplinario de la RFEF también recoge (112.3) un castigo extra: un partido adicional de suspensión y una multa de 600 euros. Lo introdujo en 2020.

Otro asunto es la capacidad de demostrar por parte de un comité que una cartulina ha sido provocada y no fruto de la naturaleza del juego. En otros tiempos, la no existencia de una reglamentación que lo regulase hacía a los jugadores ni siquiera disimular. Una vez hecha la norma, se crea la trampa.

La sutileza está a la orden del día y es difícil establecer con rotundidad que los jugadores han decidido ver la quinta amarilla por voluntad propia. Por ello, salvo acciones excesivamente descaradas, no es tan habitual ver un castigo extra como si lo es intuir que un futbolista decide encontrarle la trampa a la ley.

Mourinho inventó un paso extra

José Mourinho llevó el truco a la máxima potencia. En un duelo ante el Ajax de la quinta jornada de la fase de grupos de la Champions, el Real Madrid ya estaba clasificado y Xabi Alonso y Sergio Ramos habían visto cartulina amarilla y ya sumaban dos en su cuenta particular.

Entonces el técnico portugués decidió que sus futbolistas no pasaran a la siguiente fase con riesgo de cumplir ciclo de tarjetas y les ordenó autoexpulsarse para así seguir con una única cartulina y estar a dos de cumplir el partido de sanción correspondiente. Efectivamente, en esa época no existía castigo y quedaron impunes.