Quique Pina: "A mí me han sorprendido negociando dos personas: Miguel Ángel Gil y Mateu Alemany"
El agente de futbolistas relata en esta segunda entrega de nuestra entrevista sus anécdotas de negociaciones con clubes.

"Mateu Alemany es el mejor gestor del fútbol español. Seguro que el Valencia lo echa de menos cuando se ha marchado y el Barcelona lo puede echar de menos", asegura Quique Pina (Murcia, 1969) antes de reflexionar los porqués y cómos en torno al directivo mallorquín. A los directivos, en verdad, porque su labor como agente de jugadores le ha llevado a negociar el traspaso de futbolistas con ejecutivos como Joan Gaspart, Augusto César Lendoiro o Miguel Ángel Gil, sobre los que nos cuenta sus experiencias. "A mí me han sorprendido negociando dos personas: Miguel Ángel Gil y Mateu Alemany", declara el expresidente del Granada.
En los diecisiete días que pasó en prisión en el marco de la 'Operación Líbero' sobre la que hablamos en la primera entrega de esta charla, Quique Pina coincidió con Sandro Rosell, que le recordaba de las negociaciones con el Barça por Alexis Suárez. "Sandro Rosell y su socio me arroparon en la cárcel", nos contó sobre su doble periplo: el laboral y el judicial. Nos centramos ahora en el primero, que nos deja nombres como Anelka, Riquelme o Iván Helguera, entre otros.
¿Cómo empiezas en el mundo de la representación y gestión deportiva? Tú estuviste al otro lado, fuiste futbolista.
Da la casualidad que cuando muere Juan Gómez 'Juanito', que estábamos en el Mérida, el propio representante de Juan Gómez en ese momento me quiere captar dentro del mundo de la agencia del fútbol, de representación, y ahí tengo la disyuntiva de seguir jugando al fútbol o pasar a su empresa, que en esos momentos era la mayor empresa prácticamente que había en España. Me acuerdo que se llamaba Afisa. Afisa llevaba a José Antonio Camacho, había traído en el Espanyol a Brnovic, había hecho la operación de Mijatovic del Valencia al Real Madrid, había traído a Petkovic al Real Madrid y llevaba a Pochettino. Entonces, como me agradaba esa situación para cuando dejara el fútbol, y me impactó tanto la muerte de Juanito que me hizo seguir jugando al fútbol, porque no lo dejé, dije: 'Pues, mira, hay una fórmula que es jugar al fútbol e intentar empezar a avanzar en lo que es mirar jugadores, visionar, tener tu propia visión de cómo captar a esos jugadores para ser agente en el futuro'. Y llegó el momento que acepté esa oferta de Afisa.
Y a partir de ahí participaste en grandes operaciones. Cuéntanos: Riquelme y Saviola por el Barcelona; Albert Luque y Tristán, al Deportivo; Juninho por el Atlético; Cristian Vieri, también por el Atlético; Solari, Turu Flores, Iván Helguera, Anelka por el Madrid…
Sí, particularmente y solo llevé la representación de Iván Helguera, de Güiza. Los capté, inicié su carrera prácticamente con ellos y luego se consiguieron grandes traspasos. Me acuerdo de Iván Helguera cuando se traspasó a la Roma, luego se cedió al Espanyol y del Espanyol pasó al Real Madrid. Y luego con Güiza, que le ayudé en lo personal, que estaba en una situación difícil, lo llevé a un club que en ese momento estaba gestionando el Ciudad de Murcia, y ya llevé su carrera hasta el Fenerbahçe, que fue prácticamente lo último. Y lo llevé al Cádiz, que justamente su gol supuso el ascenso a Segunda A contra el Hércules de Alicante. Luego de intermediario tuve la gracia pero desgracia, porque aguantar a Mateu Alemany y a Lendoiro para las negociaciones de Tristán y Luque fueron mortales. ¿Por qué? Porque estaba ante dos grandes negociadores, ante dos perspectivas diferentes, donde uno trabaja por la noche y otro trabaja por el día, donde llevar esas negociaciones eran tres meses, como mínimo, y eso era una desgracia a nivel del estrés que te conllevaba y que siempre pensabas que no se iba a hacer la operación. Entonces, viví dentro del mundo del fútbol lo que es la intermediación entre Mateu Alemany y Lendoiro para conseguir a Tristán y Luque con la suerte de que se consiguieron al final.
Luego sí es cierto que Turu Flores lo traje de Argentina, como a muchos argentinos he traído, nombres que ahora mismo no se recordarán: Walter Pico, Simeonato, Armentano, Zárate, entre otros. El más importante quizá fue la de Solari cuando vino al Atlético de Madrid, que tengo que darle a Paulo Futre su mérito, porque lo hice con él, igual que has nombrado a Vieri y Juninho, eso fue mérito del trabajo de Paulo Futre por la relación que tenía en el Atlético de Madrid. Los dos hicimos una oficina y estábamos juntos dentro de ese mundo. Actualmente tengo un gran recuerdo de Quique Sánchez Flores, que lo tengo entre los mejores técnicos, para mí, del mundo, no solamente por su sabiduría futbolística, que prácticamente todos los entrenadores ya están súper preparados, sino por la forma de saber ver al jugador dentro de un vestuario. Yo creo que es uno de los grandes entrenadores para saber llevar los grupos difíciles, que hoy los vestuarios son complicados porque no están acostumbrados al fútbol anterior, donde el respeto al entrenador estaba por encima de todo. Ahora es diferente el método y la forma en la que hay que tratar ahora un vestuario. Quique Sánchez Flores lo lleva fundamental y en dos ocasiones lo llevé al fútbol inglés, al Watford. Tengo un gran recuerdo de Jokanovic, que también lo llevé al Watford y consiguió el ascenso a la Premier League y, a raíz de ahí, está teniendo una trayectoria muy importante como entrenador.
"Quique Sánchez Flores es uno de los grandes entrenadores para saber llevar grupos difíciles"
Agente de futbolistasY, luego, como bien hemos dicho, jugadores de Udinese como ha sido Benatia, de la selección marroquí, que luego fue a la Juventus. Doukouré es un jugador de los cuales me acuerdo mucho. Kiko Femenía, que ahora está en el Villarreal, lo llevé a Premier League. Se me han dado muchas situaciones en el fútbol y he vivido muchísimas experiencias en todas las facetas, tanto cuando empecé jugando, cuando llevé a jugadores como agente individualmente, como en intermediaciones, como en colaboraciones con clubes que tengo buena amistad y les he tratado de asesorar en jugadores que luego han servido para ser grandes traspasos. Por ejemplo, Doukouré ha sido traspasado en cuarenta y pico millones al Everton.
¿Algún gran nombre con el que tengas alguna anécdota especial?
Todas esas 'tratativas' han sido especiales. Ten en cuenta, por ejemplo, que en Barcelona he tratado con Joan Gaspart, fue lo de Riquelme que hice venir a Mauricio Macri, que sabéis que ha sido presidente de Argentina y era presidente de Boca, y esa fue una negociación agradable porque consideraba que eran personas pintorescas. Luego, por ejemplo, la vida de Güiza me ha agradado ayudarlo a nivel humano en situaciones difíciles que ha tenido y he sido, aparte de representante, amigo en muchas ocasiones. La situación de Iván Helguera es la más sorprendente del mundo, porque llevaba dos o tres partidos en el Albacete y pude conseguir que el director deportivo de la Roma, que era Pruzzo, que fue uno de los grandes delanteros de la Roma, se montara en un coche en Madrid y viniese a Albacete sin conocerlo y a los veinte minutos del encuentro se le ocurrió irse del palco y decirme: 'Vamos a regresar y dame una buena cena, que yo ya lo tengo todo visto'. Claro, yo pienso… a los 20 minutos, un jugador que llevaba seis partidos en Segunda A, digo pues lo mismo no le gusta el nivel de Segunda A, aunque a mí me impactó los veinte minutos de Iván Helguera, digo: 'Lo ha hecho todo bien'. ¿Qué pasa? Que a mitad del viaje de Albacete a Madrid se le ocurre llamar a Sensi, que era el presidente de la Roma, y decirle: 'A este jugador, súbito, hay que firmarlo'. Eso me impactó y fue una de las primeras operaciones grandísimas que uno hacía.
En el Barcelona te he dicho, por ejemplo, a Joan Gaspart y me ha tocado con Rosell y Bartomeu negociar a Alexis Sánchez, porque Alexis Sánchez vino del Udinese a Barcelona y parte de la negociación la inicié yo justamente con Bartomeu y con Rosell. De hecho, cuando me encuentro con Rosell, me recuerda por esa situación. Salió fenomenal, porque los números de Alexis Sánchez en el Barcelona fueron espléndidos.
"Con Lendoiro cuando se negocia no se duerme y lo peor es que no se habla del negocio, se habla de todas las anécdotas del mundo"
Muchísimas anécdotas. Y ya con Mateu Alemany y Lendoiro, que nunca se encontraron, es la anécdota. Para hacer las dos operaciones de Tristán y Luque, cada operación duró tres meses en dos veranos diferentes. A lo mejor digo tres meses, han podido ser cuatro, donde me suponía muchos viajes a La Coruña y muchas noches de no dormir, porque con Lendoiro cuando se negocia no se duerme y lo peor es que no se habla del negocio, se habla de todas las anécdotas del mundo. Es pintoresco y gracioso contando anécdotas, pero te tirabas meses y nada más que hablaba de pegas, que 'esto no puede ser, que todos los pagos tienen que ser ese año'. De hecho, esa operación es la primera que he visto en mi vida que se pagaba en seis años. Se aceptó en seis años. Eso lo proclamó el señor Lendoiro. Cuando todo era pago máximo a un año, dos años, pues con Lendoiro la operación no se podía hacer si no eran seis años.
Decías de Mateu y de Lendoiro que uno trabajaba de día y otro trabajaba de noche.
Sí, Mateu trabajaba las horas normales que se trabaja en un despacho, por la mañana y por la tarde, y ya a partir de las ocho ya pasábamos siempre al día siguiente, y ya me tocaba la negociación con Lendoiro, que solía ir al club sobre las siete de la tarde. Y, sobre todo, que a Lendoiro lo que más le gustaba era decirte: 'Vente para aquí a La Coruña, que es mejor tratarlo en persona'. En La Coruña era estar tres días cenando y a los tres días a lo mejor ni habías hablado de la operación, y cada vez que había que llamar a Mateu Alemany, era para decirle: 'Pues esto sigue igual, esto sigue enroscado, porque es que ni habla'. Pero claro, son situaciones que uno ha vivido, que, en ese momento, con la ilusión de sacar la operación... Lo bueno es que al final se sacaban las operaciones y por eso te quedan buenos recuerdos.
¿Cómo valoras a Mateu Alemany como gestor?
Yo lo valoro como el mejor gestor del fútbol español, sin ninguna duda. Es decir, a mí me han sorprendido negociando dos personas, Miguel Ángel Gil y Mateu Alemany. De Miguel Ángel Gil, aparte de gestor, me impactó, cuando yo comenzaba, el hecho de que no le tenías que explicar los problemas para una negociación porque se adelantaba en la misma conversación y lo entendía todo perfectamente, que es lo más difícil que tiene, en este caso, un intermediario para una operación, porque siempre hay problemas. Y él daba soluciones rápidas y de un gran gestor. Pero yo a Miguel Ángel ya lo considero un dueño.
Si uno tiene un club de fútbol, yo no dudaría en firmar a Mateu Alemany: ordena, hace las cosas con sentido, aplica bien la parte deportiva, cosa que no es normal en un gestor económico como él, que domina la parte económica, pero es que en la parte deportiva tiene mucho sentido las decisiones que toma. Y, por supuesto, que es un gestor que seguro que el Valencia lo echa de menos cuando se ha marchado y el Barcelona lo puede echar de menos, porque es algo diferente a un presidente, en este caso. Conlleva muchísimas cosas que un club necesita tener y una de las cosas que tiene es liderazgo. Entonces, cuando tú tienes a alguien que gestiona bien lo económico, que sabe lo que es un club de fútbol, que sabe tener relación buena con Federación y Liga de Fútbol Profesional y aparte, la parte deportiva la domina y tiene liderazgo, eso de cara a la imagen de un club es muy importante.
¿Y cómo te defines tú?
Yo, la parte deportiva. Yo no me he metido nunca en parte económica, administrativa. Tengo que reconocer que no es mi materia y que para eso hay profesionales dentro del mundo del fútbol. Sin embargo, he dominado siempre el liderazgo ante un vestuario, he sido de bajar a un vestuario, he sido de hablar con el grupo entero y hablar individualmente con jugadores en los momentos difíciles. Y el tema de dominar la visión de jugadores, tanto internacional como nacional y el hecho de llevar las negociaciones con los representantes, tanto cuando quieres traspasar a un jugador como cuando tienes que adquirir a un jugador en tu propio equipo. Para mí, hubiera sido un honor, ahora mismo, una idea de club donde estuviera Mateu Alemany y yo pudiera tenerlo dentro de mi grupo de trabajo. Yo creo que sería ideal para lo que hoy es un club de fútbol.
Suena muy ambicioso...
Bueno, no creas. Yo, por lo que conozco y bien a Mateu Alemany, no creas que siempre se ha movido por el nombre, sea el Barcelona o el Valencia. Pero a Mateu Alemany donde yo lo he visto brillar es en la dificultad y la dificultad era el Mallorca. Es decir, cuando el Mallorca lo cogió Mateu Alemany, desde muy joven, yo trabajaba mucho en ese club cuando empecé de agente. Lo he vivido mucho y Mateu Alemany hacía milagros. Estamos hablando que el Mallorca se puede comparar a un Cádiz en Primera División, por supuesto. No lo veo la típica persona que rechazaría lugares modestos si él es feliz y él encuentra su liderazgo y su particularidad que tiene de tomar decisiones.