FEDERACIÓN

Rafael Louzán quiere 'vivir' en el centro de Madrid y mantener la parte más futbolera de la Federación en Las Rozas

La RFEF comunica a los 'barones' que intenta comprar una subsede y ya mira alternativas al plan inicial de la antigua casa en la calle Albert Bosch. La parte más institucional se trasladaría allí.

Rafael Louzán, presidente de la RFEF. /AGENCIAS
Rafael Louzán, presidente de la RFEF. AGENCIAS
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) confirmó en una reunión el pasado jueves uno de sus planes de expansión más ambiciosos. Después de sopesar la medida durante un tiempo, compartió con todos los presidentes de federaciones territoriales la estrategia de lanzarse a la compra de un inmueble en el centro de Madrid donde pueda trasladar sus departamentos más institucionales y representativos. De materializarse esta ofensiva, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas permanecería la parte más futbolera de la RFEF. Es decir, la sección de licencias, el Comité Técnico de Árbitros y todo lo relacionado con las diferentes selecciones nacionales.

La decisión original del presidente Rafael Louzán era recuperar la sede de la calle Alberto Bosch 13, tal y como informó AS el pasado 6 de marzo, situada en una de las mejores zonas de Madrid entre el Parque de El Retiro y el Museo del Prado. La situación económica anima al intento (pese a que el presupuesto de 400 millones de Rubiales es menor ahora con tantas indemnizaciones), así como la venta de algún que otro inmueble. La Federación compró el antiguo edificio en 1982, con Pablo Porta como presidente, por 110 millones de pesetas (660.000 euros) y fue en tiempos de Ángel María Villar cuando autorizó en 2003 —cuando se iba a marchar a su actual casa— vender las seis plantas (y un ático espectacular) por 24, 5 millones de euros. Llegó a tener una hipoteca de casi 18 millones suscrita con Caja Madrid, que fue utilizada como aval para la concesión de un crédito estimado en 6 millones, y la RFEF ya pensó incluso volver ahí cuando el Tribunal Supremo decretó hace 20 años la nulidad de la cesión de los terrenos donde se sitúa ahora mismo la sede federativa.

Sin embargo, según ha podido saber Relevo, las negociaciones ahora mismo no están siendo nada sencillas para ese regreso deseado pues El Corte Inglés, que finalmente fue quien se hizo con el edificio de Alberto Bosch, lo vendió en 2022 a Mapfre y Swiss Life con el objetivo de construir unos apartamentos turísticos que no terminan de levantarse. Por eso, ante esta incertidumbre, la RFEF ya está mirando otras opciones alternativas en una zona céntrica e igual de señorial pero en un lugar diferente. Su paso al frente, más que consultado abiertamente para llevarlo a debate con los barones, fue compartido en la cumbre de la semana pasada para que todos estén informados por la dirección y no tengan que leerlo en los periódicos. En concreto, el tema fue expuesto en el punto décimo del orden del día por el responsable de todos los temas relacionados con Patrimonio, Inmuebles y Propiedades.

Las razones de este movimiento de la Federación varían según las fuentes consultadas. Hay quien fundamenta esta decisión dentro de la casa en la gran cantidad de trabajadores que hay en Las Rozas y a la necesidad de tener unas buenas condiciones de trabajo para todos en esa obsesiva mentalidad de modernizar cada uno de los rincones de la institución. En la RFEF hay unos 320 profesionales sumando los que están en las oficinas y los técnicos, y a ellos hay que sumar unos 200 árbitros que pasan por allí habitualmente, más los 45 del Hotel-Residencia, más los 35 de Novanet. En total, unos 600.

Todo lo que haga falta para el Mundial 2030

Otras corrientes apuntan a la urgencia de que la Federación tenga parte de su centro de operaciones en el centro de la capital con vistas al Mundial 2030, para que las relaciones con todos los agente que deben empujar en la organización (ayuntamiento, Comunidad, Consejo Superior de Deportes, empresas, patrocinadores...) sean más sencillas sin la obligación de que nadie se desplace continuamente a Las Rozas (a 24 kilómetros y varios atascos de distancia de la Puerta del Sol). Y, sobre todo, se quiere cerrar esta operación para que el enclave sea mucho más atractivo para Marruecos y Portugal, compañeros de viaje en esta aventura mundialista, así como para las continuas reuniones que habrá que mantener con FIFA. Todas estas instituciones tendrán su oficina específica dentro de esta nueva vivienda.

Sede de la RFEF en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.  AGENCIAS
Sede de la RFEF en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. AGENCIAS

Aunque en un principio se ha verbalizado la intención de trasladar únicamente a esta nueva sede a la cúpula de la Federación, con el presidente y su Gabinete a la cabeza, se da por descontado que la candidatura del Mundial 2030 y otros departamentos que necesiten de su impulso también se trasladarían allí: Protocolo, Relaciones Institucionales, una parte de Comunicación... Es una medida muy habitual para eventos especiales, tal y como pasó con el Comité Olímpico Español y la candidatura de Madrid 2020, que abrió una oficina en pleno corazón de la ciudad a orillas de la Plaza Mayor.

Hasta el momento, el descabezado grupo de trabajo en el que formaban parte Jorge Mowinckel, María Tato y Fernando Sanz —todos ya fuera de la RFEF—, se reunía habitualmente en la planta 0 de la Ciudad del Fútbol, al lado del Área de Operaciones, aunque a veces se alternaban esas reuniones con otras en la primera planta e incluso —cuando aparecía el CSD de por medio— se hacía en la Sala de Juntas del tercer nivel. Louzán quiere que la Federación salga de esa imagen anquilosada que, a su juicio, había antes. No es casualidad que su primera Junta Directiva la celebrase en enero en plena calle Alcalá (número 21), en el Edificio Generali junto al Metro de Sevilla, con una azotea en la que entraba la luz y se vislumbraba el horizonte tras una larga época oscura y sin un rumbo claro.