Raúl Bravo y Carlos Aranda claman por lo injusto del 'Caso Oikos' y el malagueño expone su caso: "Yo he perdido 700.000 euros en apuestas"
"Ahora que ya ha pasado un poco la historia voy a contar un dato curioso. Nos querían meter en la cárcel por un partido en que perdimos dinero apostando, cada uno 30, 40, 50 mil euros", relata Raúl Bravo.

Fue sólo una noche la que estuvieron Raúl Bravo (Gandía, 1981) y Carlos Aranda (Málaga, 1980) en la prisión de Zuera por el 'Caso Oikos', que investigaba el presunto amaño de partidos de fútbol, pero les dio para escribir un nuevo e importante capítulo en su relación de fraternal amistad. "Nos dieron una celda, unos calzoncillos ahí petrificados, una cucaracha, pintado 'Policías'… Joder. Es una experiencia yo creo que válida para la vida", asegura Raúl. "Es una experiencia preciosa", ironiza Aranda, que encabezó las pesquisas judiciales por blanqueo de capitales, organización criminal y fraude en casas de apuestas. Con tres de ellas contaba en aquel momento Aranda, que el 28 de marzo de este año vio cómo la jueza Alicia Bustillo, encargada del caso, archivaba la causa al sólo ver conjeturas en las sospechas de amaños. "Fue todo surrealista. Ahora que ya ha pasado un poco la historia voy a contar un dato curioso. Nos querían meter en la cárcel por un partido en que perdimos dinero apostando. Está reflejado ahí que apostamos y perdimos cada uno 30, 40, 50 mil euros", reconoce Raúl Bravo sobre el Getafe-Villarreal en el que se vio implicado.
Muy superior es la cifra que asegura Aranda haber perdido con las apuestas, un mundo que según el andaluz es "peor que el de las drogas". "Yo he perdido 700.000 euros apostando", dice ante la atenta mirada de Raúl. "Con las apuestas te cambia el carácter, te vuelves loco, te vuelves loco. El tema de las apuestas es una mafia y una banda organizada", afirma el exzaguero del Real Madrid. "Ha sido un caso, te lo juro, que si realmente ahora lo analizaran y saliese un especialista contándolo sería un cachondeo, de película de Almodóvar. O 'Loca Academia de Policía', añade. "¿Pero tú sabes quién tiene la culpa de todo esto? Tebas. ¿Sabes por qué? Porque él está obsesionado con las apuestas", interpela Aranda en una extensa conversación sobre el caso y las vivencias en que derivó. La primera entrega de la entrevista con ambos terminó con Raúl Bravo y Carlos Aranda contándonos el mejor momento que habían vivido juntos y empezando a relatar la otra cara de la moneda. En ese punto la retomamos.
¿Y el peor momento?
CA: El peor, el del Caso Oikos. Yo creo que ese ha sido el peor. Estuvimos juntos, pero sabiendo que no habíamos hecho nada, sabiendo que eso no tenía sentido ninguno, ves que te detienen… Y más que porque te detienen y te meten preso, eso es lo de menos, ya es por todo lo que se forma. Ya cuando sales, lo que sigue formándose en las televisiones, las mentiras que se siguen diciendo…
Yo me acuerdo una vez que, ¿qué programa fue? (Mira a Raúl).
RB: El de Joaquín Prat.
CA: El de Joaquín Prat. Sale diciendo de mí que yo me había encarado con los policías, que yo me había peleado con los policías, que yo había formado la de Dios con los policías, que me habían encontrado en mi casa no sé qué, no sé cuántos… Y yo lo hablé con él (dice refiriéndose a Raúl) y digo: 'Mira, Raúl, yo tengo el atestado de la Policía, que lo tienen los juzgados'. Y él se lo mandó a Joaquín Prat y dijo: 'Es mentira todo lo que han dicho'. Y es verdad que el hombre salió después, no dijo que nosotros se lo habíamos mandado porque creo que no lo podía decir, pero sí que dijo que le habían dado una información que no era real, que él había visto el sumario y que veía que todo lo que habían dicho de mí era mentira. La verdad que se portó bien, que cuando le dimos la información verdadera con pruebas también la contó.
RB: La verdad es que son mentirosillos, porque yo he tenido que vivir otra de no sé si se llama Patricia, una colaboradora que tenía él, con una hoja en la mano, diciendo que 'este programa ha tenido acceso al dosier y puedo confirmar que Raúl Bravo le dice a tal', y yo en mi casa, con el dosier en la mano, leyendo lo mismo, pero cambiándole el nombre. Era Fulanito de tal. Y yo llamo a Joaquín y digo: 'Escúchame, ¿me estáis tomando el pelo?'. 'Mira que lo sabía, mira que lo siento, Raúl, yo no me lo creía del todo…'. ¿Tú cómo puedes mentir? Con el dosier en la mano… Hemos vivido 200.000 así. Y luego cuando terminó todo le llamé e hicieron una mención por lo menos de 30 segundos: 'Que al final han quedado absueltos'. Nada, nada para las hostias que nos dieron durante un mes en todos lados.
CA: Es lo triste de este país.
RB: Es patético, porque tenían que indemnizar ahora por todo lo que han hablado, pagar ahí como en Estados Unidos y verías cómo la gente se lo pensaría antes de hablar.
CA: Pero como es lo que vende... Lo que vende es lo que vende. Pero bueno, que lo que venda sea real también, tú no puedes hablar por hablar y más siendo mentira. Si es verdad, pues mira, como muchas cosas que han podido decir verdaderas de nosotros, pero las que son mentiras… También había mucho ahí metido por medio. Tampoco hay que echarle la culpa a los del programa, porque ellos al final reciben información.
RB: Alguien tendrá la culpa. El director o…
CA: En mi caso, la culpa la tenía el de El Mundo porque nada más que decía mentiras todos los días en el periódico, que se hizo amigo tuyo, por cierto (ladea la cabeza señalando a Raúl, que se ríe), porque de ti no decía nada, decía de mí nada más. Y nada más que decía cosas malas, malas, malas. Al final hizo una entrevista con él, hizo buena relación con él y le dijo: 'Oye, estás diciendo esto, esto y esto', y ya el hombre paró. Pero tampoco tiene la culpa el del periódico, porque al del periódico también le viene esa información. No se va a levantar por la mañana y decir: 'Hoy me voy a inventar esto'.
RB: Pues sí, pues ahí alguien se lo inventó cuando aquella dijo que tenía el dosier en la mano.
CA: La Policía es la que se lo inventaba, que es la que le mandaba los informes, porque de otra persona no puede salir. ¿Quién lleva nuestro caso? La Policía, pues la Policía es la que filtra cosas que son mentiras para que a nosotros nos intenten hundir, porque es la verdad. Pero bueno, mira, ya ha pasado todo, que es lo importante y de todo se aprende.
"La primera semana del 'Caso Oikos' fue surrealista. Creo que fue el año que firmó Hazard por el Madrid, o un jugador top, y no se habló de él. Yo sólo veía nuestro nombre en todos lados"
Exjugador del Real MadridRB: Es que si recuerdas la primera semana, que eso fue yo creo el año que firmó Hazard por el Madrid, creo, ¿eh? Un jugador top firmó por el Madrid ese año y no se habló de él. Yo sólo veía mi nombre y el suyo en la tele, es que no vi nada de él, sólo veía nuestro nombre en todos los lados. La primera semana fue algo surrealista. Fue como el caso de la historia del mundo de tema de escándalo deportivo, para terminar absueltos por falta de pruebas. Tú cuando tienes algo así...
CA: Pero es que prueba no había ninguna.
RB: Que entras a destrozar todo con pistolas, con no sé qué, que entras a tope… ¿Cómo puedes entrar en una casa, que tienes que estar convencido de que vas a encontrar dinero? Éste no tenía ni dos euros aquí en casa. Porque tú necesitas algo más. El primer día ya iban perdiendo. Es que no encontraron nada. Al final, para terminar todo como ha terminado. Y yo creo que es muy injusto. Y nosotros, porque al final somos fuertes y tal, pero eso destroza a cualquier persona, ¿eh? Eso psicológicamente te destroza.
CA: Hombre, a mí me hizo cambiarme de vivienda, la verdad. Yo vivía en una zona alejada de aquí de Málaga, que yo salía a la calle y todo el mundo me miraba. Esa primera semana yo le dije a mi mujer: 'Venga, vámonos para mi barrio, que allí todo el mundo me conocía...'. Pero es lo que él dice, que eso le toca a una persona débil y la destroza. Nosotros al final porque estamos acostumbrados.
RB: Yo lo único que hice, según el dosier, un dosier así (lleva una mano al suelo y otra por encima de la cabeza), de no sé cuántos folios, de una burrada, porque lo pedí para leérmelo poco a poco... Tardé cuatro años en leérmelo, porque yo ya leer (ríe a carcajadas). Lo gracioso es que yo lo único que pude leer mío es que se me acusaba, no sé si lo decía el fiscal o la Policía: 'Raúl Bravo es una persona muy astuta, que no se le puede coger nada, cambia mucho de teléfono'. O sea, lo único de lo que se me acusaba es de que yo cambiaba mucho de teléfono y que no podían encontrar nada porque era un tío astuto. ¿Y por qué estoy metido aquí? ¿Cómo podía estar metido en este berenjenal? Si en el dosier pusiese que se le pilló con medio millón de euros, se le ha pillado una… Nada, solamente dices que soy un tío asunto, que no puedes pillarme nada, ¿y me metes en este lío? Surrealista, fue todo surrealista.
CA: Yo creo que a mí me tenían tantas, tantas ganas que si a ellos les dicen: 'Decid todos que ha sido ése y os quedáis todos libres', ellos se quedan tranquilos. Porque conmigo se pasaron, conmigo y con mi familia se pasaron. ¿Qué culpa tiene mi familia? Es lo que digo yo. Si yo lo hubiese hecho pues lo he hecho yo y no pasa nada, matadme a mí, pero sacaron a toda mi familia, que creo que no era justo realmente.
RB: Pero al final lo que hablamos de la prensa de vender: que si sus tíos anteriormente, hace diez años tenían casos de narcotráfico… Como para darle más morbo a la cuestión, para pegar un poquito de dónde viene todo.
CA: Pero es que nadie de mi familia está acusado en la vida de narcotráfico.
RB: Condenados no, pero acusados sí.
CA: Pues por lo mismo, libre sin pruebas ninguna, es que no han hecho nada. Porque cuando tú sales libre es porque no has hecho nada. Al final te pueden acusar de que te has sentado con aquel, te has juntado con aquel, has ido con aquel, pero si tú no tienes pruebas para juzgar a una persona de lo que ha hecho, es lo mismo que a nosotros. Yo cuando salí de la cárcel con él, yo se lo dije a éste y a mi abogado: 'Esto no va a ningún sitio. Es que no va a ningún sitio'. Tú me dices a mí que me has pillado apostando, pues mira, me has pillado apostando a mí, pero es que en este país se puede apostar.
RB: Es que es más gracioso. Ahora que ya ha pasado un poco la historia voy a contar un dato curioso. El único partido por el que nos querían meter en la cárcel, todo el mogollón, es un partido en que perdimos dinero apostando. Es que tiene cojones. Está reflejado ahí que apostamos y perdimos cada uno 30, 40, 50 mil euros, y nos querían meter que amañamos el partido. ¿Y para qué lo hicimos, para maquillar? ¿Apostamos por otro lado? O sea, algo surrealista, surrealista. El único partido que realmente querían, perdimos dinero.
"Ahora que ya ha pasado un poco la historia voy a contar un dato curioso. Nos querían meter en la cárcel por un partido en que perdimos dinero apostando. Está reflejado ahí que apostamos y perdimos cada uno 30, 40, 50 mil euros"
Exjugador del Real MadridCA: Me acuerdo perfectamente, perdimos por el Getafe-Villareal.
RB: Tú juegas al fútbol y es lo que pasa, esto es una realidad que se puede contar: tú juegas al fútbol y te dicen: 'Éste va a perder el último partido porque no sé qué'. Y tú vas cogiendo informaciones, y un día apuestas y ganas, porque esa información ha salido y otro día no, pero no es que te dediques a amañar partidos. Pero eso es verdad, siempre se ha dicho que en el fútbol en los últimos partidos hay pacto de caballeros, salen más relajados o pones a dos o tres que no han jugado, porque no te juegas nada, pues la gente aprovecha esos datos para apostar. No es un tema de que tú vayas a comprar. Yo te hago una pregunta: si él y yo, por ejemplo, queremos ir a comprar un partido, un Villarreal o un… ¿cuánto dinero tienes que tener para pagar a esos jugadores? Si ganan un dineral, ¿qué les vas a dar? Porque tú tienes las apuestas, no es que llegue a uno y apuesta 20 millones. No, las apuestas tienen un límite.
Y si pones un partido de 300, 400, 500 mil euros, pon que sea un millón de euros para ganar otro millón, ¿tú con un millón cómo repartes a una plantilla? ¿Qué le das, 50.000 a cada uno? A un jugador del Villarreal que gana 3 millones, 4 millones... Es que si realmente entiendes un poquito de apuestas, dices: esto es surrealista, es patético. ¿Tú me dices que yo estoy amañando un partido de jugadores que entre todos ganan 200 millones de euros? Es surrealista.
CA: Sí que es verdad que cuando un equipo se juega algo y otro no se juega, se dice 'Eso seguro que está hecho', como diciendo 'éste se juega, éste va a poner a los que no han jugado, que no tienen ritmo o a los de las categorías inferiores', y lo normal es que gane el que se juega, porque se está jugando la vida.
RB: Uno va con una motivación y el otro no.
"Ha sido un caso que si ahora lo analizaran, sería un cachondeo, de película de Almodóvar o 'Loca Academia de Policía'
Exjugador del Real MadridCA: Y encima nosotros apostamos en un partido que el Villarreal se jugaba y nosotros apostamos al Getafe, todo lo contrario. Dijimos: 'Esto es increíble. Nos van a meter en la cárcel por perder'. Se lo dije yo: 'Nos van a meter en la cárcel por perder dinero'.
RB: Ha sido un caso, te lo juro, que si realmente ahora lo analizaran y saliese un especialista contándolo sería un cachondeo, de película de Almodóvar. O 'Loca Academia de Policía'. Sería algo así. Es que es surrealista todo lo que ha pasado y todo lo que está en los datos, que nada es nada. Es de risa: pierdes dinero, no tienes argumentos, tal, luego te quieres que centrar en partidos de Tercera División que se han apostado 500 euros, creo que se han apostado. Que salieron en los dosieres diciendo: 'Se apostaron 500 euros'. ¿Me estás metiendo porque en una casa de apuestas apostaron 500 euros? Del total de las apuestas, ¿eh? Unas cosas que si un analista le hiciera un reportaje, sería la hostia, muchos quedarían en muy mal lugar.
CA: ¿Pero tú sabes quién tiene la culpa de todo esto? Tebas. ¿Sabes por qué? Porque él está obsesionado con las apuestas. ¿Por qué? A lo mejor el vínculo lo tiene él con las casas de apuestas, con las marcas de apuestas, se está llevando un dinero o está haciendo algo que no le corresponde. Porque a él no le corresponde realmente el dinero que se pierde en las casas de apuestas. Las apuestas, si se perdiera tanto dinero, las cerrarían todas. ¿A que no cierran ninguna? Cada vez hay más. Que prohíban las apuestas.
"¿Tú sabes quién tiene la culpa de todo esto? Tebas. ¿Sabes por qué? Porque él está obsesionado con las apuestas. A lo mejor el vínculo lo tiene él con las casas de apuestas..."
Exjugador del Real MadridRB: Otra cosa surrealista. A mí vinieron a un Córdoba en Segunda División a decirme que no debemos apostar, que no debemos apostar, pero luego patrocina Bet no sé qué, Bet no sé cuántos, a todos los equipos. El dinero de él sí que te vale. Es que son cosas muy, muy, muy feas.
CA: Eso es la peor droga que hay en el mundo, dicen que la cocaína es muy mala, pero la apuesta es más mala todavía, porque arruina las familias.
RB: Él ha tenido salones de apuestas.
CA: Te lo digo yo de verdad, que han venido familias llorando y yo he tenido que vender mis salones porque yo veía que eso no estaba bien. Entonces, al final, van detrás de los equipos porque han perdido apuestas, pero ¿por qué no van detrás de los equipos cuando la casa de apuestas ha arruinado a esas personas? Él (Tebas) iba diciendo: 'Aranda es un pájaro, yo no creo que hayan apostado', pero el daño ya está hecho, ya habéis formado la de Dios. Que yo lo entiendo a él que vaya detrás de lo que tenga que ir, pero él que se dedique a otras cosas y que las apuestas las lleve la Policía, que es la que las tiene que llevar. Al final el daño nos tocó a nosotros dos.
RB: El tema de las apuestas es una mafia y una banda organizada, porque es que hasta te cierran las cuentas perdiendo dinero. Tú haces una apuesta, la pierdes y si no les ha cuadrado el no sé qué o el por qué has apostado, te cierran la cuenta. Ya no la puedes ni recuperar. Tú has abierto una apuesta que te ha costado 3.000 euros y te han cerrado la cuenta y dices, ¿esto cómo puede ser? Pasan muchas cosas que no salen, pero eso es un mundo aparte. Ahí hay para hacer una enciclopedia, que son muchas, muchas, muchas cosas que no se ven y que no se saben.
¿Habéis vuelto a apostar? Tú (Raúl) me dijiste que no querías saber nada de las apuestas ni de fútbol ni de nada.
CA: Pero yo he vuelto a apostar, yo no te voy a engañar (se anticipa Carlos). Yo creo que antes del verano sí aposté, no mucha cantidad, poca cantidad. España-Francia fue mi última apuesta, y la gané. La verdad, la gané. Pero ya dejé de apostar, ya me fui de vacaciones. Y no voy a apostar, no por nada sino porque… Y aposté porque creo que iba a ir a recoger a mi niño al AVE y había un salón allí y mientras estaba esperando dije: 'Voy a entrar y apostar algo'. Estaba jugando España, que era el último partido, y aposté que ambos marcaban.
RB: Vamos, yo no lo sé con certeza, pero yo te digo que los equipos de fútbol de hoy en día, de 22 a 15 les gusta tener su paginita, aunque sean cosas de 100 euritos, porque es un entretenimiento que yo reconozco. Vas viendo 'hostia, gol', y te vas ocho horas de viaje en autobús, pues imagínate, te la pasas ahí. Pero al final entiendes: 'Bueno, va, voy a jugar 100 euros de cachondeo para ver lo que pasa, y haces una combinada para ganar 3.000'. Si tú de repente de ocho tienes acertadas siete, tú ese último partido es que la tensión y el carácter…
CA: Te lo decimos dos personas que han perdido mucho dinero.
RB: Dices: 'Va, 100 euros, ¿qué pasa?'. A mí 100 euros, hablando en plata, gracias a Dios no me hacen nada, pero en el momento que ya empiezas tú a ver que vas a ganar 3.000 y empieza ése que falla y no sé qué, es que es una situación...
CA: Te cambia el carácter.
"Con las apuestas te cambia el carácter. Te vuelves loco, te vuelves loco"
Exjugador del Real MadridRB: Claro, te cambia el carácter. Viene a lo mejor tu niño y tú dices: '¡Déjame un momento! ¡Déjame, déjame!'. Porque estás en tensión con eso. Te vuelves loco, te vuelves loco.
CA: Por eso te digo que es muy malo.
RB: Te vuelves loco, ¿eh? Y gracias a Dios, es verdad, que yo sí te puedo decir que hace años que ni eso de 100 euros, porque dices: 'Si es que no merece la pena'. Si es que luego vas a ganarlo y lo vas a volver a apostar y lo vas a perder. Si es que las casas de apuestas ganan más por eso, por tontos como tú que juegan, no porque vayas a ganarle tú. Es que todo el mundo va a perder.
CA: Yo las prohibiría, la verdad, las prohibiría.
RB: Hijoputa, si te escuchara al que le has vendido el local… (ríen a carcajadas).
CA: Pues no hace años que se lo vendí… Por eso se lo vendí.
RB: ¿Tú quieres prohibir los vápers? ¿A que no?
CA: Es diferente, el váper quita de fumar el tabaco.
RB: Es verdad, es sano (chocan los puños). Tienes que hacer un váper de proteínas para el gimnasio y entonces ya triunfaría. Vápers de proteínas, bicho, te acabo de dar una idea.
CA: No, pero es verdad que las apuestas yo las quitaría, las quitaría porque hacen mucho daño.
RB: Y otra cosa, lo que hablamos de pactos de caballeros, durante los años se decía mucho esto de que en el último partido ponían juveniles, ¿qué pasaba? Que no pasaba nada, ¿por qué? Porque no habían apuestas, no hacía ruido, pero ahora la gente se toma esas cosas para apostar. Antiguamente, hace 20 años, el último partido de Liga, hostia, pues 'estos vienen con la carne o el pescado', y no pasaba nada, ganaba ese equipo. Pero ¿ahora qué pasa? Que ese partido de repente hacían las casas de apuestas 'boom' y veían un volumen y dicen: 'Esto está arreglado'.
CA: ¿Pero a que no se van? Por un partido que pierdan, se pegan todo el año ganando.
Has dicho, Carlos: 'Te lo dicen dos que han perdido mucho dinero'. ¿Cuánto dinero podéis haber perdido apostando?
CA: Yo he perdido mucho dinero. Yo he perdido cerca de 800, 700 mil euros. ¿Para qué te voy a engañar? Lo he perdido. Lo que he ganado y lo he perdido. Hacer el cómputo y al final he salido perdiendo 700 mil euros.
¿Tú cuánto has perdido? (Le pregunta Carlos a Raúl).
RB: No, no, yo no creo que haya perdido mucho, la verdad. Yo he sabido jugar (se ríe). Yo he perdido, pero sí que es verdad que vas perdiendo, pero como has ganado también, al final estás ahí que no sabría qué decirte.
CA: Yo he perdido, la verdad.
¿Cuánto te dio ese España-Francia?
CA: 2.000 euros.
Para Ibiza. Pero para comer un día.
RB: No llega. Para comer, el primer día para comer... (risas).
CA: No, la verdad que yo fui a Ibiza con los gastos pagados. Era su despedida.
Quiero volver al 'Caso Oikos' y a vuestro paso por la cárcel. Pasasteis una noche en Zuera y creo que la vivisteis de manera muy diferente, ¿no? Raúl hablaba con todo el mundo y Carlos no quería relacionarse de ninguna forma.
CA: No, si él se quería quedar allí.
RB: Con él no se puede discutir, si dice 'nos tenemos que ir', nos tenemos que ir. Ahí no hay tutía. Si dice que nos vamos a quedar, nos quedamos. A ver, eran 200.000 euros lo que había que pagar para poder salir y nos dijeron que si aguantábamos ahí una semana, eso siempre se rebaja a la mitad, y digo: 'Pues si estamos de puta madre. Nos van a traer una tele, la gente con nosotros que no veas… Digo: '¿Para qué vamos a pagar 200.000? Son 100.000 euros de diferencia'. Y éste: 'Que no, que nos tenemos que ir de aquí ya, que estar aquí es una pérdida de tiempo'. Y digo: 'Pues vámonos', y movimos hilos para poder salir.
Ahora os pregunto por la salida, pero ¿cómo fue ese tiempo? Lo que os decía, actuasteis de forma muy distinta.
RB: Él no hablaba, y luego le regaló la sudadera de 800 euros a un tío allí cuando se fue. Al final estás allí y la gente viene a hablarte, tú eres un tío conocido, venían…
CA: Yo le regalé la sudadera cuando ya me iba por la puerta a un chico que se portó muy bien con nosotros, que encima era de Valencia. No, de Valencia no, no me acuerdo de dónde era.
"Le regalé una sudadera de 800 euros en la cárcel a un chico que se portó muy bien con nosotros"
Exjugador del Real MadridRB: Era muy gracioso. ¿Era el que le había robado el coche a la Policía? Sí. Te sientas allí con la gente y dices: '¿Tú por qué estás aquí?'. Y dice: 'No, porque un día estaba el coche de la patrulla ahí, lo cogí y me fui con él' (se ríe). O sea, que te cuentan historias que, joder, que es una experiencia… Yo lo tengo como una experiencia buena, te lo prometo. A mí me dicen de borrarlo de mi vida y digo pero ¿por qué? Hemos estado ahí dentro, ¿qué nos han hecho? ¿Nos han hecho algo malo? No, hemos estado ahí dentro. El primer día que llegamos, eso fue un... Imagínate, nos dieron una celda, unos calzoncillos ahí petrificados, una cucaracha, pintado 'Policías'… Joder. Es una experiencia yo creo que válida para la vida.
CA: Es preciosa la experiencia.
RB: Pues a mí no me pareció algo... Me la tomé como una buena experiencia. Yo creo que en la vida hay que aprender de todas las situaciones, y hay que aprender que no hay que hacerlo más para no volver a entrar (se ríe). Bueno, no hay que hacerlo más, ¿el qué? Si es que al final no hemos hecho nada (ríen). Uno sabe lo que hay que hacer y lo que no.
CA: Pero sales de ahí pensando que puedes entrar y que no tienes que hacer nada más. Para mí no fue una buena experiencia, la verdad, porque haces daño a las personas que están fuera también, y sufren. A ver, yo si tengo que estar diez años ahí, cinco, mi chip cambia y estoy ahí como uno más y ya está, pero sin haber hecho nada, sin tener pruebas contra mí y después todo lo que estaba saliendo en la tele, porque a mí me detuvieron y me llevaron a mis salones y yo nada más que veía en las pantallas mi nombre, el de él, y digo 'madre mía, que se está liando' (se tapa los ojos con la mano).
RB: Es verdad que uno no le tiene miedo a la cárcel, pero si piensas en tus niños, ellos sí que lo van a sufrir más que tú, porque tú ahí dentro al final, encima estás con tu amigo, estás ahí y es pasar días, dormir. Ahí no hay nada, ni te comen, ni te... Una pérdida de tiempo. Pero es verdad que tus niños (resopla) o tu pareja vienen a verte y eso es un sufrimiento.
CA: La familia lo sufre. Mi mujer tuvo que ir con mi primo en coche desde aquí hasta allí.
RB: Nosotros lo hemos vivido de pequeños. Yo he ido a ver gente a la cárcel y cuando te despides (resopla), eso de ver cómo se van por el cristal es muy, muy, muy duro.
CA: Es más duro para el que está fuera que para el que está dentro. El que está dentro se va, hace su rutina, pero tú piensas en cómo estarán los de fuera, por eso hay que llevar otra vida y no pensar ni en que eso existe.
Hubo una parte muy bonita que fue el tema de la fianza. Había un problema con el pago de tu fianza, Carlos.
RB: Había un problema con su banco, que no había dinero (contesta entre risas).
CA: En mi banco sí había dinero, si no, ¿cómo te lo pagué? Que te lo pagué a los dos días. A los dos días ya me estaba diciendo: '¿Me haces la transferencia?'.
RB: Me dice: 'Cuando salga te lo pago'. Estábamos en las últimas, ahí estábamos bajo tierra.
CA: ¿Entonces qué pasa? Yo no tenía nadie a quién autorizar para sacar dinero de mi cuenta y él tenía a su mujer, entonces le dijo a su mujer que o pagaba las dos fianzas o él no se iba de ahí. Yo le dije: 'Olvídate, vete de aquí y arréglalo desde fuera, pero tú vete de aquí'. Yo para salir tenía que venir un notario para hacer un poder, los dos o tres días no me los quitaba. Y encima era viernes, nos tocaba fin de semana y yo sabía que hasta el lunes o martes no salía de allí. Pero vamos, que a mí tres o cuatro días allí tampoco… Yo sabía que iba a salir.
RB: Te hubiesen venido bien para reflexionar.
CA: No, si yo ya había reflexionado desde el primer día que me metieron de aquí a Zaragoza.
RB: Vaya, eso otra cosa. El pobre, el viaje que se pegó, yo aún vivía más cerca, pero éste desde aquí, en un furgón de esos… Seis, siete horas…
CA: No, en un coche más duro que una piedra.
RB: Sí, sí, sí. Eso yo creo que fue peor, el antes de entrar allí, los tres días pegando bandazos por calabozos, para aquí, para allá...
¿En qué momento os encontrasteis? ¿Dónde?
CA: En el juzgado de Zaragoza ya, en el último momento. Ellos fueron al otro sitio, a mí me apartaron.
RB: Lo más gracioso es que cuando me detienen a mí yo digo: '¿Yo qué coño he hecho, tío?'. Yo no pensaba en nada, que si tú tienes algo claro, te dedicas a vender lo que sea, tú tienes algún miedo y dices 'Ya está, algo ha pasado', pero es que yo no tenía ni idea de qué coño era. Y yo estaba ahí y 'ahora viene tu amiguito Aranda'. Ya sé de qué va el tema (dice entre risas), ya me lo podía imaginar, digo, por lo menos ya estamos bien. Y ya me encontré allí dentro con amigos, con Íñigo, a varia gente allí, y ya más o menos sabías, ya tenías esa tranquilidad de que sabes de qué es. Hostia, al final te asustas. ¿Qué ha pasado? Porque hoy en día está la gente muy loca, te han podido denunciar por cualquier cosa, algo muy fuerte para que te entren así en la casa y tal.
CA: La verdad es que sí.
Y cuando os visteis...
CA: Cuando los vi ya estábamos más tranquilos.
RB: Como en las películas, hablando así (hace como que habla por un agujero): 'Tú…'. Cada uno estábamos en una… '¿Ey, ¿qué ha pasado? ¿Íñigo?'. Es de película.
CA: Yo les preguntaba: 'Pero bueno, ¿tú por qué estás aquí? ¿Y tú por qué estás aquí?'. Yo pensando: 'A ver si yo estoy por alguno de ellos'.
RB: Yo llamé a no sé quién para preguntarle.
CA: Imagínate cuando yo veo a Borja…
RB: Borja Fernández, por ejemplo. Ese chaval también, mira el destrozo de vida que le han hecho.
CA: ¿Quién le arregla ese problema ahora? Yo cuando lo veo le digo: '¿Tú que haces aquí?'.
RB: Un tío superbien mirado en el Valladolid, ya con mentalidad de futuro, entrenador, estaba ahí… Y de repente te hacen eso, pam, te pegan un mantelazo.
CA: Nosotros no teníamos ningún proyecto deportivo. Nuestro proyecto eran los negocios que teníamos, pero ese chaval que iba a ser director deportivo del Valladolid… Ese tío es para que denuncie por daños y perjuicios.
RB: Si lo ha dicho, si quiso denunciar para inhabilitar a los policías que fueron…
CA: Porque es una vergüenza lo que hicieron.
RB: Una irregularidad.
CA: Si hay alguien correcto en el fútbol español son tipos como ese chaval. Lo conocemos nosotros desde pequeñito.
RB: Ése sí que fue mi compañero allí en Madrid, en el hotel. Más buen chaval, más tranquilo que la hostia y de repente que te veas…
CA: Y delante de su familia.
RB: Por hablar, por hacer una llamada con nosotros o por cualquier cosa.
CA: ¡No, por tomarse un café contigo!
RB: Vaya, vaya, es verdad.
CA: Por tomarse un café con él en una cafetería.
RB: Claro, perdona que rebobine. Vale, surgió la posibilidad.
CA: De entrenar.
RB: Por mi asesor, muy bien. Yo me acababa de sacar el título de entrenador y surgió la posibilidad de yo ir allí. Pues yo me cité con esta persona en Valladolid y en el tren hablé con Borja: 'Oye, Borja, voy a estar aquí, por si quieres que nos veamos'. Y hay constancia, yo me senté con esa persona del Valladolid, yo no fui a ver a Borja. Yo estuve en las oficinas del Valladolid, me senté, estuvimos hablando. 'Ah, pues no te preocupes, yo lo que haga falta, de segundo entrenador'. Voy a Valladolid, ¿no voy a llamar a mi amigo para verlo? Pues me llevó a comer el chaval, pero no dicen que estuve en las oficinas con la gente de Valladolid hablando de un futuro negocio. Es alucinante.
Ésa fue la parte negativa de un proceso en el que para mí, visto desde fuera, hay una parte de amistad muy bonita, ese 'si tú no sales, yo tampoco, me quedo contigo'.
RB: Yo te digo una cosa, yo porque entré con él y todo me parecía viva la pepa. Yo entro solo e igual me hundo. Entonces, yo pensaba en él y dije: '¿Cómo me voy a ir yo y se va a quedar él aquí?'. Y yo digo que 'yo hasta que no esté tu fianza, yo no salgo, yo me quedo contigo'. Yo soy muy consciente de eso, uno solo allí, entre cuatro paredes, y a ver quién te toca de compañero…
CA: No era para tanto.
RB: Ya, pero no es lo mismo.
CA: No pasa nada, al final es tu persona.
RB: Si no lo digo por ti, lo digo por mí. Yo me imagino allí, que al final estás contigo y estás de cachondeo, riéndote, no sé cuánto, y acordándote 'éste la cara que tenía y el otro está ahí de cachondeo', pero claro, estás solo y el que entra a lo mejor es un poco complicado…
CA: Creo que solo yo hubiese descansado mejor…
RB: (Se ríe) Éste tenía experiencia ya en calabozos. Nada más llegar dice: 'Llama al médico que nos dé dos pastillas para dormir, que hoy no vamos a poder dormir'. Y es verdad, tío, nos tomamos dos pastillas y dormimos como bebés.
CA: Hay que sobrevivir.
RB: La experiencia siempre es un grado.
¿Os ha unido más el 'Caso Oikos'?
CA: No, ya estábamos unidos. Nos ha separado un poco más. Él se ha ido para Gandía y ya no ha venido más (bromea). No, siempre estamos igual: tienen su vida allí, sus negocios allí, yo los tengo aquí, pero siempre estamos en contacto, siempre nos vemos. Si no nos vemos en Madrid, nos vemos aquí en Málaga. Si no, ahora los veranos en Ibiza.
RB: Él ha venido a Gandía una vez en cinco años. Y dice: 'Ya no vengo más, ya no vengo más, esto es un aburrimiento' (dice imitando a Carlos).
CA: Pues si aquí estamos mejor, es por los niños.
RB: Pues sin niños.
CA: Pero nos vamos a otro lado.
RB: Lo de la despedida no es broma, es verdad. Me refiero a lo de que se va a casar, que ya estamos preparando la despedida para el año que viene.
Yo me apunto.
CA: Claro, estás invitada, y a la boda también.
¿Habláis mucho en el día a día? ¿Discutís? Porque tendréis cosas en común pero parecéis un Zipi y Zape curioso.
CA: Él y yo es más difícil que discutamos así fuerte.
RB: No, no nos vemos capacitados para corregir al otro.
CA: Nosotros tenemos muy buena amistad.
RB: A ver, yo le puedo aconsejar de algo, si veo algo que no me gusta, temas de empresa, algún conocimiento que yo tenga le voy a decir: 'Ten cuidado con esto porque te va a pasar esto, esto y esto', pero temas sanos, porque yo sé que él es un poco más alocado, entonces a lo mejor ahora está facturando mucho dinero y 'tema IVA, ten cuidado, que te lo lleve una persona tal, no cojas un mindundi'. Cosas así que yo puedo tener a lo mejor un conocimiento, que siempre he sido un poquito más que él, procuro tener cuidado en ese sentido. Digo: 'Ten cuidado, porque te va a ir un día Hacienda y te va a meter un palo que te va a dejar cojo'.
CA: Yo soy más valiente que para los negocios que él. Él es menos valiente que yo (sonríe mientras ladea la cabeza hacia Raúl).
¿Eso es bueno o malo?
RB: Es muy pesado, es que siempre está con lo mismo. Yo he tendido un periodo ahora en el que me retiré del fútbol, debía 1.200.000 euros de hipoteca y yo no tenía ningún incomes como aquel que dice. Pasó todo esto, digo ¿a mi quién coño me va a contratar ahora para trabajar? Yo tenía un dinero ahí parado, 400, 500, 600 mil euros que yo lo necesitaba para ver qué iba a pasar, sobre todo porque yo debía 1.200.000 de hipoteca, tenía como seis casas por pagar. Por cierto, que ésta era mía y se la quedó él al final.
Entonces, ¿qué pasa? Yo no puedo hacer ningún negocio y él siempre está con el tema ese. 'Es que es un cagón'. Es que yo no puedo arriesgar ni un euro. Yo pagaba todos los meses, mira, de Madrid, 3.500 euros al mes; de aquí, 2.500; 1.700 de otra. Yo pagaba 12.000 euros al mes, más mi vida, más todo. Yo pagaba 20.000. Digo: 'Carlos, que yo no puedo salirme del tiesto, que yo tengo que esperar a vender Madrid', que finalmente la vendí, una casa de un millón y medio de euros, que ya pagué la hipoteca y me desahogué y tal, pero hasta que no pegara el petardazo ese de Madrid yo no podía invertir. Y él todas las semanas: 'Tío, que ha salido esto'. Digo: 'Carlos, que no puedo invertir, tío, que no puedo invertir ahora'.
CA: Que yo tenía la suerte de tener a mi mujer, que tenía a su madre, que tiene otro amigo que le puso dinero. Pusieron dinero, montaron la empresa.
RB: Claro, él tampoco podía hacer nada al final. Todo fue idea de la mujer y de su suegra, que tuvieron que empezar a firmar con bancos y tal.
CA: Al final lo que yo he hecho es trabajar para ellas. Yo soy el director de la empresa y yo como tengo buena visión para eso, pues les propuse. Se asustaron, por cómo yo soy, pero cuando vieron el proceso poco a poco, al final creamos nuestra propia marca, la familia, y gracias a Dios por ahora va bien.
Me lo contó Carlos fuera de micro cuando vinimos a charlar con él, que esta casa era tuya, Raúl, y no deja de ser una muestra más de que os ayudáis, porque tú necesitabas dinero y se la quedó él.
RB: Sí, invirtió. Le salió bien lo del tema de la empresa de vápers y 'me quiero comprar una casa', y le arreglé un precio por debajo de lo que había en el mercado y a mí me venía de lujo porque me quitaba una hipoteca de 380.000 euros creo que faltaban y, hostia, para mí era un desahogo. Yo me iba quitando poco a poco, me quité una en Gandía, me quité otra y yo iba viendo que de 1.200.000 euros a día de hoy me quedan 150.000 de hipoteca. Que yo me río ahora, yo ahora soy capitán general con mis cuatro cositas que hago, pagando una letra, que la casa encima la tengo alquilada, que no me pide pan.
Ahora me río, ahora digo: 'Dame el negocio'. ¡Ahora no me lo trae! Ahora como él ya se está haciendo de oro, ahora ya no me mete en ningún lado (se ríen los dos). Ahora no me dice: 'Dame 100.000 y te doy todos los meses…' No, ahora ya no existe. Yo para mí que me estaba vacilando, porque desde que me he recuperado no me ha ofrecido ningún trabajo. Ahora está él aquí arriba y no quiere...
CA: No, eso es mentira, es mentira. Cuando salga el próximo le diré: '¿Quieres entrar?'
RB: He hecho con él mil negocios. Un millón de negocios hemos hecho juntos, un millón. Ninguno ha salido bien. No me entro yo en los vápers y se hace de oro.
CA: Te dije de entrar conmigo en los salones, tampoco quisiste.
RB: Pero que no podía entrar, si fue la época esa que yo no podía entrar en ningún lado.
CA: En los salones tú tenías dinero, coño.
RB: Sí, tenía dinero… (ironiza mientras cabecea).
¿Qué negocios habéis hecho juntos?
CA: En una cocina.
RB: Qué va. En muchos negocios, muchos (se ríen). No, ya ni me acuerdo, pero muchos negocios…
CA: Pues… inmobiliario, compra aquí y vende aquí, o compra allí y vende aquí, o comprar una parcela y la vendes, eso sí, hemos hecho muchos. Pero lo que es de negocio, de decir 'vamos a montar una empresa, vamos a hacerlo los dos bien'… ¿Sabes lo que pasa? Que él tiene una mentalidad y yo tengo otra, y él tiene un carácter y yo tengo otro.
RB: Éste el all in este juega y sale bien, bien. Yo no soy así. Yo ya he sufrido mucho, me ha costado mucho lo que tengo y yo si tengo un millón me gasto 100 o 200. Yo no me voy a gastar un millón de euros para ganar cuatro, porque si se pierde, ¿qué? Él es… a la ruleta.
CA: Él es más… (se lleva los índices a la sien). Yo, si tengo cien, pido un millón para echarlo con los 100 míos.
RB: Así no puedes ir siempre, jugando a all in, all in, porque llega un momento que pierdes. Doblarte, doblarte, 'hostia, qué de puta madre', y llega un momento en que te salen tres bien, de puta madre, pero llega un momento en que se te va todo. Tú tienes que decir 'tengo esto, pues una quinta parte lo entiendo, pero no todo'. Por eso te digo que me ofrece cada cosa que yo digo: 'Tú estás mal de la cabeza'.
CA: Ha salido bien, que es lo importante, y ya estoy centrado…
RB: Yo, mira, si hay alguien en este mundo que no sea yo que pueda ser multimillonario es él, porque al final lo voy a disfrutar igual (se ríen). Ahora estoy aquí en la casa, se la he vendido, estoy disfrutando aquí una semana de vacaciones. Al final es así.
CA: Nosotros la verdad que nos ayudamos mutuamente, quien lo necesite está el uno y el otro para el otro. Yo siempre te lo digo y te lo dije la otra vez: para mí es igual de importante él que mi familia (le pone Raúl la mano en la pierna). Mi familia te hablo mi mujer y mis niños.
RB: Se va a poner romántico ahora.
"Para mí Raúl es más que un amigo. Llevamos mucho tiempo, hemos pasado mucho también los dos juntos y si a él le va bien y a mí me hace falta, él va a estar ahí, y si a mí me va bien y a él le hace falta, yo estaré ahí"
Exjugador del Real MadridCA: No, es la verdad, se lo dije a ella en privado también. Para mí él es más que un amigo realmente. Yo amigos tengo pocos realmente, y familia tengo mucha, pero familia es la que te toca, pero en la calle no te sueles encontrar mucha gente que tú puedas poner la mano en el fuego por ellos. Nosotros llevamos mucho tiempo, hemos pasado mucho también los dos juntos y si a él le va bien y a mí me hace falta, él va a estar ahí, y si a mí me va bien y a él le hace falta, yo estaré ahí. Eso es así.
RB: Y que dure.
Dile algo «romántico» tú también, Raúl.
RB: No, joder, pues eso, que al final es un tío que tiene su carácter, pero luego te lo da todo. A él pídele lo que quieras. Mañana te hacen falta 300.000 euros, pídeselo. Ahora, no le digas que vaya al aeropuerto a recogerte a las 8 de la mañana (se ríen). Escúchame, llego con mi familia a las 8 de la mañana y dice: 'Pues yo no voy a ir a recogerte a las 8 de la mañana, cógete un taxi'. Digo: 'Tío, voy con mi bebé'. Que le da igual. Es que al final tienes que entenderlo, tienes que quererlo como es. Yo, por ejemplo, llega a las 5 de la mañana y me dice: 'Yo cojo un taxi', y digo: '¡Qué vas a coger un taxi!' Yo voy y lo recojo, tío. Es mi amigo.
CA: Él me recoge. Pero que todos perfectos no somos.
RB: Es lo que te digo del sueño. Esto es algo innegociable. Él no se puede levantar antes de 9 de la mañana.
CA: No fui yo, ¿vale? Pero fue mi mujer.
RB: Porque ya se lo puse más fácil. Digo: 'Escúchame, que no llego a las 8, que yo salgo a las 8 y llego a las 9 y media. Yo puedo estar ahí 10, 10 y media'. Y ya dejó a la niña en la guarde y nos recogió (su mujer). Pero que no le nace. Si yo voy a decir a las 7 de la mañana, dice: 'Tú estás loco, que vienes a las 7 de la mañana'. Que no, que no. Su prioridad es dormir.
CA: No es mi prioridad, es que... ¿Qué hago yo a esa hora en la calle?
RB: ¡Recoger a tu amigo, cabrón! (ríe a carcajadas).
CA: ¡Mi amigo se coge un taxi y lo veo yo aquí!
RB: ¿Cómo voy a coger un taxi con bebé, si no hay sillita ni nada? Era un poco lío. Pero bueno, que al final es lo que te digo, tú pides y él te da un brazo, pero él no se va a levantar a ningún lado. Pero bueno, ya he aprendido a convivir con ello.
CA: Como si yo le digo a él que se acueste a la una de la mañana, no se va a acostar.
RB: No, el otro día me acosté a las doce.
CA: Ufff (dice irónico y levanta los brazos).
RB: Se durmieron los niños antes, el viernes creo que era, digo vamos a aguantar un poquillo.
CA: Le dijo a la mujer: 'Hoy nos vamos a acostar todos a las doce'. '¡Qué va, qué va, Raúl'. 'Gordi, vamos a estar hasta las doce' (dice imitándoles). Y qué va. Veníamos de cenar. Estaba la mujer muerta en el sofá.
RB: Es que es verdad, los niños cansan mucho.
Ca: ¡Pues no los tengáis, coño!
RB: Estás todo el día de mal humor, es que te acuestas a las dos de la mañana y estás de mal humor. Es que no puedes tener buen carácter, es imposible, estás destrozado.