FUTBOLERO SOY YO

Pep, yo me rindo, tú y Carletto sois los 'putos amos'

Guardiola dando instrucciones durante el Manchester City-Bayern. /EFE
Guardiola dando instrucciones durante el Manchester City-Bayern. EFE

Llevaba un servidor todo el día rendido al discurso de Carlo Ancelotti en su comparecencia ante la Prensa, Radio y Televisión en vísperas de la eliminatoria contra el Chelsea. "Soy algo, mucho, más que un buen gestor", vino a decir el italiano para reivindicar su historial como entrenador y, preferentemente, su presente o pasado inmediato en el Real Madrid. Sus palabras, su intención, su discurso, me recordó a la conversación que tuve en agosto con él y con su hijo para el libro de la Decimocuarta. Juntos los dos, como nunca habían estado públicamente.

Entonces fue Davide quien saltó al escenario para poner en valor a papá Carlo. "Mi padre es mucho más que un buen gestor, mi padre es un entrenador en el más amplio sentido de la palabra". Y tanto.

Y al mismo servidor de antes, que estaba con ese asunto de 'Carletto' en la cabeza, le llega la alineación del Manchester City. Leo. Releo. Y me rindo. ¡Quién va a frenar ese vendaval! Tres centrales que asaltan el campo contrario. Un lateral, Stones, que ya no es que salte a la posición de segundo mediocentro, a la altura de Rodrigo, cuando el equipo tiene el balón. No. Es que ya vive de segundo volante central.

Y por delante, cuatro fieras, cuatro superdotados: Bernardo Silva-De Bruyne-Gundogan-Grealish. Y, aún más arriba, un depredaron del área a quien todavía nadie le ha encontrado nombre. Yo soy Tuchel, veo ese equipo y rindo armas. ¿Para qué voy a jugar? Incluso con el equipazo que puedo montar y he montado. Hablo de Tuchel, claro. Se permite el lujo, Tuchel, claro, de tener de suplente y asesor a su lado a Thomas Muller, ¿Qué vas a hacer? Pedir ayuda al Espíritu Santo, si hace falta.

Este City comienza a coquetear futbolísticamente con los equipos de época aunque no haya ganado una Champions. Te envuelve con su juego. Te supera con su ritmo. Te engatusa con su juego posicional que acelera y desacelera cuando le viene en gana. Si el partido se te empina y no llegas porque el Bayern te cierra bien los espacios, aparece un tal Rodrigo y te retuerce una bota para colocar el balón en una escuadra que ni el suizo Sommer había conocido en su dilatada carrera.

'Carletto' ya sabe lo que le espera si se mete en semifinales, que se tiene que meter porque este Real Madrid que viene y que va, es mejor que el Chelsea en todos los conceptos del juego. Al italiano, hoy por hoy, ni siquiera le impresiona la locomotora de Pep. Conoce el percal. Y si llega el caso, gestionará el grupo y ejercerá de entrenador en la pizarra. Si a Guardiola le gustan las flechas, a Ancelotti le encantan. A sus años son menos sofisticadas, pero igual de afiladas.

A falta de lo que suceda este miércoles en el Bernabéu, este martes, el City se ganó otros miles de puñados de aficionados de esos que pueden pero no quieren rendirse a una evidencia. No hay equipo, en estos momentos, que juegue a un deporte llamado fútbol como lo hace el de Guardiola. Es una mezcla de todo. De posesión, de ocupación de los espacios, de pragmatismo, de descaro, de presión como si no hubiera una siguiente jugada, de circulaciones engañosas... Sin olvidar que tiene unos soldados que sabe cada uno lo que tiene que hacer en cada momento. Hasta Grealish. El último rebelde del fútbol británico.